Desde las 8 a. m., empleados de los hospitales, clínicas y Ebáis de la Caja Costarricense de Seguro Social, profesores y maestros del Ministerio de Educación Pública y trabajadores de los muelles de Limón marchan a lo largo de todo el país contra lo que llaman políticas neoliberales del Gobierno.
En San José, el Tránsito reportó el cierre de la autopista General Cañas, frente al Hospital México. En ese sector el paso se encontraba completamente bloqueado a las 11 a. m.
Otro grupo bloqueó la calle frente a la rotonda de Juan Pablo II. Desde ahí marchó hacia Sabana este.
También, otro grupo de protestantes tomó la vía que va del hospital San Juan de Dios hacia el parque La Merced. Desde ahí funcionarios públicos del sector salud y educación caminaron hacia Casa Presidencial en Zapote con el fin criticar la gestión de la mandataria Laura Chinchilla, con banderas y bajo el sonido de cornetas.
Sobre avenida segunda de San José marcharon médicos, enfermeros y otros empleados públicos. Sin embargo, los gritos que más se hacían oír eran de los vendedores ambulantes que ofrecían sombreros, helados, refrescos, cornetas y banderas de Costa Rica.
La huelga sería una "despedida para la presidenta Laura Chinchilla", gritó por el megáfono alguien que viajaba dentro de la tumbacocos que encabezaba el movimiento.
Sin embargo, la mandataria se sacudió desde su perfil oficial en Facebook:
"La protesta que hoy organizan los sindicalistas más que para despedir a nuestro gobierno, es para advertir a quienes gobernarán en los próximos años. Su intención es anunciarles, desde ya, que no permitirán que se siga con una política de ordenamiento fiscal".
"Es esa una actitud repudiable y contraria al espíritu de diálogo y civismo que debe prevalecer en nuestro país en la antesala de un proceso electoral", escribió Chinchilla.
Al mismo tiempo, en las calles, los manifestantes impedieron el paso de conductores, en algunos casos con ofensas y rodeando sus vehículos.
Sobre la afectación de servicios, el sindicato de UNDECA aseguró que se atendieron las urgencias y desconocen el número de citas que se suspendieron debido a la manifestación.
El ministro de Trabajo, Olman Segura, pidió a los sindicatos retomar el diálogo. "Hemos sido más que claros en el sentido de que la mesa de negociación está abierta, de que el Gobierno está abierto a conversar sobre una posible nueva fórmula de cálculo del ajuste salarial en el sector público, además de un ordenamiento salarial que permita cerrar las brechas odiosas que tienen los salarios de este sector", escribió en Facebook.
"La convocatoria no solo es improcedente por lo ya expuesto, sino que crea una atmósfera de conflicto que no beneficia a ningún grupo. Se convoca a una manifestación que coartará el derecho a la educación que tienen nuestros niños y jóvenes, sin mencionar el caos vial y los atrasos en las citas en las clínicas de salud, en los hospitales y otros servicios públicos para el gran porcentaje del país que no saldrá a bloquear las calles".
Por su parte, el ministro de Comunicación, Carlos Roverssi, fue mucho más duro en sus palabras para con los huelguistas, a quienes calificó incluso de "filibusteros", en declaraciones dadas a la emisora ADN 90.7 FM.
"Aquí los filibusteros son todos estos gobernantes encabezados por Chinchilla, que han saqueado el país con su corrupción en proyectos como la trocha fronteriza", dijo Luis Chavarria, de la Unión de Empleados de la Caja (UNDECA), en reacción al comentario de Roverssi.
Fuera de San José
La Policía de Tránsito reportó más de diez bloqueos en distintos puntos fuera de San José durante la manifestación de este jueves.
En Cartago, un grupo de manifestantes cerró la carretera, frente al hospital Max Peralta.
En el centro de Turrialba, sindicalistas se concentraron desde las 8 a.m. y no permiten el paso de vehículos.
En Siquirres, de ruta 4 hacia ruta 32, presencia de manifestantes dificultó el paso vehicular.
En San Ramón, desde las 10 a. m. un grupo de conductores marchó a paso lento hacia Palmares.
En San Carlos, cerca de 400 manifestantes se congregaron en el centro de Ciudad Quesada.
Por otra parte, en el centro de Ciudad Neily alrededor de 200 personas se congregaron para protestar.
También, en Puntarenas, cerca de playas de Doña Ana, los manifestantes cerraron un carril de la vía principal.
En el parque de Pérez Zeledón se dio una manifestación de unas 700 personas .
En el cantón puntarenense de Buenos Aires, unas 600 personas marcharon desde el cruce de la carretera Interamericana Sur hacia el centro de la comunidad.
En Heredia, aproximadamente 60 personas se reunieron frente al liceo de la ciudad.
Por último, en la carretera Bernardo Soto un grupo de sindicalistas cerró la vía a la altura del cruce de Palmares. Ahí únicamente se habilitó el paso de Palmares hacia San José.
Puertos paralizados
Los muelles de Limón y Moín fueron cerrados desde las 9 a.m. de este jueves, debido a la huelga promovida por varios grupos sindicales a la que se sumaron los trabajadores de Sintrajap (Sindicato de Trabajadores de Japdeva).
Según Allan Hidalgo, presidente de Japdeva, el paro provoca una gran afectación pues ambos puertos están llenos, con al menos cinco barcos esperando.
Hidalgo dijo que procederían a solicitar la declaratoria de ilegalidad del movimiento.
En total más de 500 trabajadores de los puertos caribeños se sumaron a la huelga.
Hidalgo dijo que las pérdidas que dejan estos paros son millonarias, pues cada hora que un barco pasa en bahía sin ser atendido tiene un costo de $1.000
Además de las navieras, las compañías estibadoras también se ven afectadas pues a sus trabajadores se les paga a destajo.
Por su parte José Luis Castillo, vocero del sindicato, negó que hubiera barcos a la espera de ser atendidos, pues según dijo cuando se anuncian este tipo de huelgas las navieras toman previsiones.
Castillo confirmó que la totalidad de trabajadores de los muelles se encontraba en paro y que en las próximas horas se les sumarían los empleados administrativos.
El vocero dijo que en el caso de Sintrajap protestan por la anulación de la cláusula 9.1 del contrato de concesión APM Terminals, que según dicen crea un monopolio.
Por su parte, la oficina de prensa de Japdeva reporta que las pérdidas en los puertos ya ascienden a ¢60 millones, porque se paralizó la carga de banano en Moín.
En total, cinco barcos están sufriendo los problemas en muelles (cuatro en Moín y otro en Limón), dos de ellos descargaban hidrocarburos y químicos.