Limón. Un sistema de tratamiento de aguas negras, que después las vierte en el mar Caribe, ya está en operación en esta ciudad y ayer fue inaugurado por el presidente, Abel Pacheco.
El denominado emisario submarino beneficia a los 70.000 habitantes de este puerto.
La construcción de la planta se inició en junio del 2002 y tuvo un costo aproximado a $4 millones.
El emisario es la primera obra en su género en todo el istmo centroamericano, pero en Latinoamérica hay más de 80.
Consiste en dar tratamiento en una planta en tierra y después, a través de una tubería de 800 metros de longitud, depositar las aguas en el fondo del Caribe, en las cercanías de isla Quiribrí (Uvita).
"Desde el punto de vista ambiental se constituye en un sistema de primer orden para evitar la contaminación de aguas servidas y se convierte en una acción favorable para la prevención de enfermedades", manifestó Pacheco.
Tanto la planta de preacondicionamiento como el propio emisario han sido proyectados para 20 años de operación.
En estos momentos se estima que recibe un caudal de aguas residuales de 200 litros por segundo y para el final de su vida útil, 550 litros residuales.