El exastronauta Franklin Chang confía que en 10 años Costa Rica será distinto. Aspira a que sea mucho más rico y más limpio, gracias al hidrógeno verde que investiga y desarrolla desde el 2011. “Podemos transformarnos en cinco o diez años. Se necesita un disruptor y el hidrógeno verde puede serlo. Pasó con los aviones, las computadoras, los celulares. En pocos años todo cambió”, dijo desde su compañía, Ad Astra Rocket, en Liberia, Guanacaste, donde instaló un sistema que ya produce hidrógeno verde pero a escala reducida.
Chang supo de las bondades del hidrógeno verde en uno de sus siete viajes al espacio (entre 1986 y el 2002), como miembro de tripulaciones de la NASA. Hoy está inmerso en el desarrollo de esta tecnología, no para transbordadores espaciales, sino para su industrialización. Según contó a AFP, una de sus principales aplicaciones sería el transporte, sector que abarca el 65% del consumo energético de Costa Rica y usa mayormente combustibles fósiles, los cuales son importados en su totalidad por 2.000 millones de dólares anuales, de acuerdo con el Gobierno.
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Chang afirmó que el hidrógeno verde podría independizar al país de su factura petrolera y usarse en el corto plazo en autobuses, camiones, barcos y aviones. También puede beneficiar la producción de fertilizantes, acero, vidrio y cemento, entre otras industrias, que, según Juan del Valle, director de operaciones de Ad Astra Rocket, no pueden descarbonizarse de otra manera.
Chang, ingeniero nuclear de 71 años, explicó que “la producción de hidrógeno verde se basa en la descomposición del agua con electricidad producida con energía limpia y renovable (solar, eólica, geotérmica, biomasa) y que Costa Rica tiene excedente de agua y electricidad.
“El agua se separa en hidrógeno y oxígeno por electrólisis. El hidrógeno, como gas, es una poderosa fuente de energía, más que la gasolina o una batería. El oxígeno lo liberamos a la atmósfera, pero podría tener otros usos, como tanques para hospitales”, expuso. En Ad Astra Rocket, el hidrógeno verde se genera a través de electricidad producida por unos 40m2 de paneles solares y una turbina de viento. Luego, un electrolizador descompone el agua que llega de un pozo, dijo del Valle, quien no ocultó que, por ahora, el costo económico es alto.
Por esa razón es que actualmente solo se piensa en la industrialización y no en aplicaciones caseras, a diferencia de, por ejemplo, los vehículos eléctricos a batería. La compañía, que también desarrolló el motor de plasma VASIMR para misiones espaciales, recibió apoyo financiero de la NASA, así como de empresas privadas, como Toyota, que le facilitó los primeros cuatro automóviles livianos propulsados por hidrogeno verde en Latinoamérica.
También tiene un autobús que donó la ciudad de Connecticut, Estados Unidos, el cual se probó prestando servicio de transporte público en la zona, bajo el nombre Nyuti, palabra indígena chorotega para “estrella”. Todos esos vehículos demoran entre cinco y 15 minutos en cargarse en el dispensador de hidrógeno verde instalado en Ad Astra Rocket, el cual es similar al de cualquier estación de gasolina, mostró Del Valle.
La tecnología también es explorada en países latinoamericanos como Colombia y Chile. Sin embargo, Chang afirmó que Costa Rica fue pionera y tiene todas las condiciones para ser líder como productor y exportador de una variable determinante para la descarbonización del planeta para el 2050, en línea con los Acuerdos de París.
El gobierno costarricense, uno de los pocos con un Plan Nacional de Descarbonización, reconoce el nicho. El presidente Carlos Alvarado firmó en diciembre un decreto para promover “el desarrollo de una economía de hidrógeno verde”. ”Las grandes economías no generan mucha electricidad de energías renovables. Les faltan años para eso. En cambio, nuestra matriz eléctrica es 99,8% limpia y renovable, por lo que estamos un paso adelante. Además, tenemos capacidad para producir más”, dijo el mandatario en aquel momento.
Mediante un estudio de mercado del 2021, realizado con datos del 2020, la consultora en energía sostenible Hinicio concluyó que Costa Rica podría producir casi seis millones de toneladas de hidrógeno verde anualmente, equivalente al 8,5% de la demanda mundial. “Se vive una dependencia de los combustibles fósiles que está destruyendo al planeta. Una alternativa es el hidrógeno verde (...). Hay gran demanda en algunos países que quieren descarbonizar sus economías”, añadió Alvarado.
Entre ellos están Alemania, Japón, Corea del Sur, Australia y Canadá, entre otros, según Chang. Por su parte, el viceministro de Ambiente y Energía, Rolando Castro, dijo a la AFP que empresas extranjeras podrían instalarse en el país para producir su hidrógeno verde o bien importarlo (como amoníaco verde, para poder ser trasladado como líquido), en ambos casos, dejando grandes ganancias.
De acuerdo con el estudio de Hinicio, para el 2050, esta industria podría generarle al país 221.000 empleos y su Producto Interno Bruto (PIB) podría aumentar anualmente en 484 millones de dólares. “Tenemos una gran oportunidad de convertirnos en un baluarte, porque, además, Costa Rica tiene una marca que tiene que explotar, una marca de país verde y ecológico”, aseguró Chang.
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