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Un terremoto potente siempre conduce a sismólogos y geólogos a preguntarse cuándo será el próximo. En el caso de Limón, podría ser cada siglo.
El análisis de cuándo podría ocurrir un sismo consiste en determinar cuándo tiempo pasa entre cada movimiento.
Para el caso de la falla de Limón, depende de la velocidad a la cual se mueven las placas tectónicas ubicadas alrededor, explicó Marino Protti, sismólogo y exdirector del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori).
Aclaró que el movimiento de esos bloques tectónicos es más lento respecto a la zona de subducción del Pacífico.
Protti cree que un sismo como el ocurrido en 1991 podría ocurrir en algún punto de esta larga zona de colisión entre la placa Caribe y la microplaca Panamá cada 100 años.
Mejor preparados. Para el sismólogo, no obstante, sismos menos intensos pueden ser destructivos, según la cercanía de centros de población al epicentro.
“Sin embargo, hoy estamos más preparados. El sismo de Nicoya (5 de setiembre del 2012) tuvo la misma magnitud que el de Limón y casi no hubo pérdidas qué lamentar. Eso refleja aprendizaje”, comentó Protti.
Mientras ocurre otro, la mejor defensa contra un sismo es la preparación y el país sí ha mejorado, apuntó Álvaro Poveda, secretario de la Comisión del Código Sísmico, del Colegio Federado de Ingenieros y de Arquitectos de Costa Rica.
“Este país tiene décadas estudiando su sismicidad. Los materiales que utilizamos para construir y aprendiendo y estudiado experiencias. Estamos mucho mejor preparados que bastante países del continente”, concluyó Poveda.
