El comercio es la actividad que emplea a más personas en Costa Rica.
Sin embargo, en los últimos cinco años perdió 82.500 puestos de trabajo en medio de la incertidumbre económica del país, el alto endeudamiento de los consumidores y la competencia con el mundo virtual.
Así lo revela la serie histórica de la Encuesta Continua de Empleo, del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
De acuerdo con esta medición, a inicios de 2014 el comercio empleó a 437.700 personas. Cinco años más tarde esa cifra cayó a 355.200 trabajadores, es decir una reducción de 18,9% en puestos de trabajo.
Dentro del concepto de “comercio y reparación” detallado en la encuesta, se encuentran labores como dependientes, cajeros, vendedores, cobradores, administradores de tienda, gondoleros, ferreteros, mecánicos, carniceros, entre otros.
El director de la Cámara Costarricense de Comercio, Alonso Elizondo, atribuyó la extinción de esos puestos de trabajo a las altas cargas sociales, a la informalidad y a la incertidumbre económica en el país.
“Efectivamente se puede ver una pérdida sostenida de empleo en los últimos años. Hemos advertido como cámara que muchos comerciantes se pasan a la informalidad.
"Lo que realmente necesita un comerciante es que le suelten las amarras regulatorias. Quitando esas trabas y haciendo que las cosas sean más fáciles se podría generar más empleo”, manifestó Elizondo.
A pesar de que este sector perdió esos miles de puestos en cinco años, el comercio es la principal fuente de trabajo en el país y emplea hasta el doble de personas que otras actividades.
Según con la Encuesta Continua de Empleo, 16 de cada 100 trabajadores se desempeñaban en labores comerciales a inicios de año.
Puestos y trabajadores disponibles
FUENTE: INEC || C.F. / LA NACIÓN.
Tomando en cuenta los trabajos que se crearon y se perdieron en todo el mercado laboral, Costa Rica presentó un aumento en los puestos en los últimos cinco años.
En ese periodo se generaron 87.500 empleos, con un crecimiento de 4,2%.
No obstante, en ese mismo tiempo, la fuerza laboral -personas con trabajo o que buscan uno- lo hizo a un ritmo más acelerado.
138.000 personas se incorporaron a la fuerza laboral en cinco años, con un crecimiento de 6%.
Hasta que el empleo no crezca a un ritmo más acelerado que la fuerza laboral, el desempleo en nuestro país continuará en aumento.
Para el primer trimestre del presente año había 2,4 millones de personas aptas para trabajar, pero solo 2,2 millones de empleos disponibles.
Ese desbalance entre la oferta y demanda de empleo genera la cifra de 276.000 desocupados, sin contemplar a otros 60.000 ‘desalentados’ que desistieron de buscar empleo por falta de oportunidades.
Según estima la coordinadora de la Encuesta Continua de Empleo, María Luz Sanarrusia, la reactivación del comercio podría reducir las cifras de desempleo.
“Si el comercio creciera, solventaría mucho del problema del desempleo. El acceso a algunas de estas actividades no ocupan un nivel académico muy alto”, aseguró Sanarrusia.
De los 276.000 desempleados que tiene el país, el 60% no concluyó la secundaria o incluso tiene un grado académico menor.
Esta población es la que tiene menos probabilidades de encontrar un trabajo.
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¿Qué pasa con el sector comercial?
Los locales desocupados en los centros de las ciudades y las plazas comerciales del país, evidencian la contracción de este sector de la economía costarricense.
Para el economista Daniel Suchar, este fenómeno de locales vacíos se puede explicar desde tres perspectivas: bajo consumo, inversión cautelosa y competencia virtual.
El primer factor está vinculado con la incertidumbre de la economía nacional, lo que provoca que los consumidores reduzcan sus compras, algunos de ellos propiciados por el alto endeudamiento en tarjetas de crédito y préstamos, obligaciones que disminuyen la capacidad para adquirir bienes y servicios.
“Cuando empieza a haber un entorno negativo la gente es más meticulosa a la hora de comprar. No es cuestión de clase social, es un análisis general en donde la gente retrasa compras y tomas de decisiones”, explicó Suchar.
Esa poca certeza del futuro económico del país, también provoca que los inversionistas, los comerciantes y los patronos retrasen inversiones.
Por último, Daniel Suchar menciona a la competencia con las tiendas virtuales.
“Las plataformas de intercambio de servicios están migrando a Internet y dejando de existir las tiendas físicas. Los comerciantes optimizan sus tiendas y también la cantidad de trabajadores que necesitan para sus operaciones”, explicó el analista.
Un lector de La Nación, quien prefirió mantener su nombre y el de su negocio en el anonimato, contó que piensa cerrar su establecimiento deportivo, ubicado en la ciudad de Heredia, por bajas ventas.
“Los alquileres, las patentes, los servicios públicos y las cargas sociales son muy caras y se deben pagar mes a mes, pero lastimosamente las ventas son muy malas”, mencionó el comerciante.
Contó que su negocio vende camisetas originales de equipos deportivos internacionales y que se ha encontrado “mucho comercio informal” por medio de las plataformas sociales.
“Para nuestro caso, es probable que la tienda que con tanto cariño e ilusión desarrollamos, en los próximos meses tenga un rótulo que indique ‘se alquila’, y pasará a ser parte de pequeños negocios que desaparecieron por estas condiciones", sentenció.
¿Cómo se soluciona?
Necesitados de una reactivación económica, los empresarios acudieron el pasado miércoles al Gobierno para pedir ocho acciones que, según ellos, contribuirían a salir del estancamiento que enfrenta el país en esta materia.
El director de la Cámara Costarricense de Comercio, estima que tres de esas peticiones impactarían de forma inmediata la realidad laboral en este sector.
Una de ellas es modificar la base mínima contributiva que el patrono debe pagar ante la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), por cada empleado. Actualmente ese rubro es de ¢251.000 mensuales.
“Esto no incentiva que más personas sean contratadas. Solo por ponerle un ejemplo, si yo lo contrato a usted por medio tiempo y le voy a pagar ¢150.000 por esas horas, tengo que reportar a la Caja ¢251.000, haciendo que las cargas sociales relativas sean más altas".
Los empresarios proponen que esa base contributiva no exista, sino que se pague de acuerdo con las horas laboradas de cada trabajador.
Otra de las peticiones del sector empresarial al Gobierno, es la activación de las cargas sociales escalonadas para micro y pequeñas empresas.
Aunque ese reglamento está aprobado desde diciembre del año anterior, la Caja todavía no lo ha puesto en funcionamiento, según demandan los empresarios.
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El tercer punto tiene que ver con las tasas de intereses en las tarjetas de crédito y préstamos.
“En el corto plazo hay que incentivar el consumo y la inversión, y si la gente no tiene plata y los intereses están elevados, usted le quita capacidad de compra e ingreso disponible”, manifestó Elizondo.
De acuerdo con la Cámara Costarricense de Comercio, esta actividad económica enfrenta 26 meses continuos de estancamiento.
Juan Diego Córdoba González
Bachiller en Periodismo de la Universidad Latina de Costa Rica. Estudiante de la Maestría en Comunicación y Mercadeo. Especializado en cobertura política.
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