Angelita, de 65 años, recibió su primer depósito de pensión este mes de enero, luego de laborar toda su vida como empleada doméstica. En los últimos años trabajó en una vivienda cuidando a un adulto mayor, pero en los primeros días de diciembre de 2021 le indicaron que al señor lo ingresarían en un hogar de larga estancia. Esto la motivó a iniciar su proceso de jubilación.
Ella es una de las 156 servidoras domésticas que lograron pensionarse el año anterior bajo el seguro de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Dicha cifra representa el doble de trabajadoras que se jubiló en 2011, cuando solo 79 mujeres concretaron el proceso. Según datos de la institución, un total de 1.000 empleadas han accedido a una pensión en los últimos 10 años.
Carmen Cruz Martínez, presidenta de la Asociación de Trabajadoras Domésticas (Astradomes), comentó a La Nación que la organización ayudó a doña Angelita a completar los trámites porque eran extensos. “La verdad nos costó mucho porque eran varios documentos. Los llenamos aquí juntas, ella los presentó y hace unos días nos avisó que ya retiró su primer depósito”, relató.
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Cruz señaló que aunque el monto de pensión no es alto, “es mejor que nada” y refleja los logros que ha conseguido Astradomes en más de 34 años de lucha por los derechos laborales de este sector. Detalló que anteriormente muchas empleadas no eran aseguradas, porque sus patronos debían pagar a la CCSS más dinero del que les daban de salario y que eso los “desmotivaba” de formalizar el servicio.
“Entonces nosotras les propusimos que nos pudieran cubrir a las que trabajábamos por horas o por medio tiempo. Esa lucha igual nos duró muchísimo tiempo, hasta que por fin lo logramos y de ahí para acá la verdad es que la misma Caja nos ha manifestado que el aseguramiento ha aumentado porque ahora se hace proporcional, si yo trabajo medio tiempo me aseguran por eso y la cantidad de salario que reciba”, explicó.
Aunque la cantidad de trabajadoras jubiladas se duplicó en la última década, la proporción según la cantidad de empleadas aseguradas continúa siendo muy baja. Para el año anterior, según datos de la CCSS, un total de 15.987 trabajadoras estaban registradas en planillas de Servicio Doméstico, lo que quiere decir que las 156 que accedieron a una pensión apenas representaron un 0,9% del total de aseguradas.
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Dicho porcentaje disminuye si se toma en cuenta que en el país laboran alrededor de 170.000 trabajadoras domésticas, la gran mayoría en la informalidad, de acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu). El Ministerio de Trabajo confirmó a este diario que no cuenta con una cantidad exacta de las empleadas que laboran actualmente y que la cifra más cercana es la antes citada.
Esto quiere decir que apenas un 9,4% de las trabajadoras cuenta con seguro de salud y solo un 0,09% logró pensionarse el año anterior. Aunque la cantidad de aseguradas aumentó en casi 2.700 en los últimos cinco años, la realidad es que todavía queda un gran reto por superar, especialmente en las regiones Brunca, Chorotega y Huetar Atlántico, donde el porcentaje de aseguradas es mucho menor que en la región central.
Actualmente, la edad promedio de las empleadas formalizadas es de 45 años y la edad promedio de jubilación pasó de 63 a 65 años en la última década, por lo que, según Astradomes, muchas mujeres no logran concretar la cantidad de cuotas necesarias para acceder a una buena pensión y en la mayoría de ocasiones el dinero que reciben no les alcanza para asumir los gastos que requieren y a veces prefieren seguir laborando.
Destacó que esto es perjudicial porque el trabajo doméstico implica un gran esfuerzo físico, que con el pasar de los años provoca problemas de salud que ya no les permiten seguir laborando u ocasiona que los patronos decidan despedirlas porque ya no pueden realizar las tareas de la misma manera. “Cuando ven que padecen de dolores en los brazos, rodillas, espalda o columna, les dicen que ya no las van a necesitar más”, dijo Cruz.
Problema histórico
Consultada por este tema, la Caja respondió a La Nación que “las trabajadoras domésticas han constituido históricamente la actividad ocupacional con el menor nivel de cobertura contributiva en los seguros sociales administrados por la CCSS y este fenómeno es producto de una serie de factores que inciden negativamente en el reconocimiento por parte de sus patronos de sus derechos laborales y a la seguridad social”.
Sin embargo, rescató que con la reforma aprobada en agosto de 2017, se logró avanzar en tres grandes objetivos: reducir el costo del aseguramiento de las trabajadoras que laboran jornadas parciales; contar con una solución financieramente equitativa para la figura del multi-patrono; y simplificar el proceso de registro y afiliación a través de un trámite totalmente en línea y a disposición en horario 24/7.
Asimismo, señaló que para lograr mayores niveles de cobertura se necesitan más actividades de divulgación y comunicación sobre los derechos laborales de este sector, pues existen una serie ideas erróneas en este tema. “Por ejemplo, se piensa que si el trabajo es solo por dos o tres días por semana, entonces no existe obligación de afiliar a la trabajadora doméstica ante la CCSS, o que cuando labora para varios patronos, es necesario que haya un acuerdo previo entre ellos para asegurar a la trabajadora”, explicó.
“En este contexto, pese a los beneficios y facilidades que se ofrecen desde la reforma implementada en el 2017, es evidente que aún quedan muchas tareas pendientes en materia de aseguramiento contributivo en la seguridad social de las trabajadoras domésticas, y que sin duda, es indispensable la participación de otras organizaciones, públicas, privadas, sociales y sin fines de lucro, que apoyen y complementen las iniciativas que desde la institución se desarrollan”, concluyó la institución.
Astradomes mencionó que muchas empleadas domésticas no se animan a iniciar el proceso de jubilación por la gran cantidad de papeleo que les dan en la Caja sin brindarles ayuda para completarlo, por lo que recomiendan acudir a su organización en busca de asesoría.
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