Desde que la pequeña Sara nació, su padre, el docente Emilio Barrantes, pudo estar con ella un mes a tiempo completo.
Barrantes, profesor de Educación Física, dejó durante ese lapso el trajín del trabajo y se dedicó al cuido de su bebé.
Este educador es uno de los 633 empleados del Ministerio de Educación Pública (MEP) que ha disfrutado de una licencia de paternidad en los últimos dos años.
El beneficio –único en el país con ese plazo– fue negociado en la convención colectiva firmada entre el Ministerio y el Sindicato de la Educación Costarricense (SEC) en el 2013.
“Para uno es sumamente importante esto, no es lo mismo tener una semana o unos días libres que tener un mes para ayudar a la pareja y cuidar a la bebé, bañarla, curarle el ombliguito... Hay un montón de cosas por hacer”, comentó el hombre.
Según datos del MEP, el año anterior se aprobaron 262 licencias de paternidad, y en 2014 se otorgaron 371.
En muchos de esos casos, la entidad debió buscar sustitutos para no dejar a los estudiantes sin clases. Las sustituciones representaron ¢600 millones en el presupuesto del MEP.
En promedio, cada licencia de paternidad costó ¢1 millón, aproximadamente.
“Con mi primer hijo (de dos años y dos meses de edad) no pude tener este permiso, solo tuve chance de una semana”, recordó Barrantes.
Para disfrutar el mes libre, los padres deben llenar un formulario que aparece en la página web del MEP. Los días libres empiezan a correr a partir de la fecha de nacimiento del hijo.
En caso de adopción también se puede solicitar la licencia, pero debe presentarse una certificación de un juez de familia.
Sonia Mora, ministra del ramo, dijo que “la visión detrás de este tipo de beneficios es replantear el papel de los hombres en relación con la paternidad”.
Según explicó, estas tendencias buscan fomentar una actitud de corresponsabilidad en la crianza de los hijos.
Mora concluyó que estas concesiones son un avance importante hacia una verdadera equidad de género.
El beneficio del MEP refuerza criterios emitidos por autoridades judiciales sobre el tema.
En agosto de 2013, la Sala IV declaró con lugar un recurso de amparo, presentado contra el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) por negarle a un funcionario una semana de permiso para el cuido de su hijo recién nacido.
En la resolución, los magistrados concluyeron que tanto la figura materna como la paterna son indispensables en la crianza de los hijos.
“En tiempos pasados, el hombre jamás reclamó ese espacio por considerarlo ajeno a sus tareas de género y la parte patronal tenía muy clara la improcedencia de esa licencia”, manifestó Eugenia Quesada, presidenta del Instituto de Apoyo al Hombre.
Para Rodrigo Órlich, activista de los derechos de los padres, la decisión del MEP rompe estereotipos en los papeles que juegan padre y madre en la crianza y educación de los hijos.
En la práctica, Emilio Barrantes puede dar testimonio de esta situación. “El gran gane de esto, siento yo, es la integración familiar (...). Uno desearía poder estar el mayor tiempo posible con ellos (sus hijos) para poder ayudarle a mi esposa y disfrutarlos”, dijo.
La convención colectiva del MEP es la más reciente de las 71 vigentes y cobija a poco más de 71.000 empleados, con base en datos del Ministerio de Trabajo.