Las mujeres costarricenses dedican tres veces más tiempo que los hombres al trabajo no remunerado en sus hogares. En promedio, ellas emplean 35 horas y 49 minutos, por semana, y ellos 13 horas y 42 minutos, una diferencia de 22 horas entre ambos sexos.
Diferencias como esa generan repercusiones, como, por ejemplo, que la tasa de desempleo fuera del 19,8% para las mujeres y del 12,2% para los hombres, en el tercer trimestre del 2021.
Además, al contabilizar el tiempo dedicado al quehacer doméstico, en términos del producto interno bruto (PIB), el trabajo no remunerado de las mujeres equivale al 11,5%, mientras que el de los hombres representa el 4,2%.
A esa conclusión llegó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el informe titulado: Cerrando Brechas de Género en el Mundo del Trabajo, enfocado en Centroamérica, México, Panamá y República Dominicana, que se publicó en octubre.
Y coincide con las cifras que maneja el Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y con la percepción de su jerarca, Marcela Guerrero: “Las mujeres dedicamos hasta tres veces más tiempo que los hombres en labores de limpieza y mantenimiento de la vivienda, preparación y servicio de alimentos y limpieza de ropa y calzado. En términos de cuido de niñas y niños, las mujeres dedicamos casi el doble de tiempo que los hombres”.
Según la última Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) 2017, que cita Guerrero, las mujeres invierten más tiempo cocinando, limpiando la vivienda y cuidando a menores de 12 años. En la única actividad donde no se presenta mayor diferencia con los hombres es en las compras del hogar, donde la distribución del tiempo es similar.
Esa brecha entre hombres y mujeres –en cuanto al trabajo no remunerado–, se mantiene tanto en la zona urbana como la rural, pero en esta última las diferencias son mayores. Mientras en la zona urbana las mujeres destinan cerca de 20 horas más de tiempo a los quehaceres del hogar, en la rural son 26 horas.
Ese mismo estudio también concluyó, tras sumar los tiempos dedicados al trabajo remunerado más el trabajo no remunerado, que las mujeres siguen siendo quienes tienen más recarga laboral: 69 horas y 53 minutos por semana. Los hombres, por el contrario, promedian 62 horas y 56 minutos. O sea, una diferencia de casi siete horas.
En promedio, ellas destinan 35 horas y 49 minutos al trabajo no remunerado, y 34 horas y 4 minutos al trabajo remunerado, para esas 69 horas y 53 minutos a la semana.
Mientras que ellos invierten 13 horas y 42 minutos al trabajo del hogar no pagado y 49 horas y 14 minutos al trabajo sí pagado.
En otras palabras, los hombres dedican más tiempo al trabajo remunerado que las mujeres, pero al final, tras sumar ambas laboras (pagadas y no pagadas) ellas siguen siendo quienes más tiempo destinan a trabajo por semana.
“Esto es relevante puesto que las mujeres son las que tienen la mayor carga global de trabajo a lo largo de todo el ciclo de vida, lo cual podría estar incidiendo en la calidad del empleo y la posibilidad de acceder a puestos de toma de decisiones”, detalló Guerrero.
Esa encuesta también concluyó que el 28,8% de las mujeres no busca trabajo debido a que tiene obligaciones familiares, comparado con el 1,3% de los hombres.
Además, la tasa de desempleo entre hombres fue del 12,2, mientras que entre mujeres del 19,8, por encima de la tasa nacional que se ubicó en el 15,3, de acuerdo con los datos más recientes de la Encuesta Continua de Empleo (ECE), del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), publicada el 4 de noviembre.
“Después de la crisis de la covid-19, el cuido (de personas en el hogar) debe colocarse en el centro de las políticas públicas dirigidas a la reactivación económica. Claramente, debemos incorporar a la mayor cantidad de personas a estos procesos y al mercado laboral en condiciones de trabajo decente. Incorporar a hombres y mujeres. Las mujeres somos la mitad de la población de este país”, declaró la ministra Guerrero.
De acuerdo con datos del programa Estado de la Nación de 2018, la pobreza total del país se reduciría a la mitad si las mujeres pudieran incorporarse al mercado laboral.
El informe del BID determinó que “si bien esto genera diferencias en términos de las remuneraciones percibidas entre hombres y mujeres durante el tiempo de trabajo y en menores pensiones en el futuro, al controlar por la cantidad de horas trabajadas, edad y nivel de escolaridad, las mujeres todavía perciben, en promedio, algo más del 80% de la remuneración de los hombres”.