Zona sur. Mientras cosechaban el maíz de la parcela que alquilan a un lado de la carretera Costanera, Miguel, Hernán y William contaban el drama en sus familias en las que por lo menos una persona está sin trabajo... hermano, hijo, primo o un sobrino.
Por supuesto, la falta de un salario aumenta la dificultad para poner comida en la mesa. “Aquí si no trabajamos, no comemos”, sentenció Miguel Jiménez, vecino de Osa.
La realidad de Hernán Morales y William Zúñiga no es diferente a la de su compañero. Ambos coinciden en que “la situación se puso más dura” en los últimos meses.
Como si no fuera suficiente ser pobre y que falte trabajo, desconocidos les robaron parte de la cosecha, lo que implica menos ganancias para repartir entre estos agricultores. Según dicen, ha estado pasando con alguna frecuencia.
“La situación de nosotros no es buena, es bastante dura. Hay que ver qué pasa, hay que continuar luchando porque el pobre tiene que pulsearla para comer”, dijo Jiménez, quien padece de dolores de espalda que le complican la faena en el campo.
Lejos del resto del país, solos y con pocas herramientas para producir, los habitantes de la zona sur sufren los índices más alto de desempleo y pobreza, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Aquí, por cada 100 personas disponibles para trabajar, 15 buscan una ocupación pero no encuentran oportunidades. Otros 13 tienen subempleos, es decir, laboran menos de una jornada completa y buscan otras opciones para complementar sus ingresos.
La tasa de desempleo en la región central, por ejemplo, es de 11,9%, tres puntos porcentuales menos.
LEA MÁS: Cifra de desempleados en el centro del país creció 60% en un año
Esta realidad explica por qué 32 de cada 100 hogares de la zona sur vive en condiciones de pobreza, según las cifras oficiales.
La Región Brunca, como se llama, está integrada por los cantones de Pérez Zeledón, Buenos Aires, Coto Brus, Golfito, Osa y Corredores. Aquí viven poco más de 350.000 personas.
Con excepción de Pérez Zeledón, estos lugares se encuentran entre los 12 cantones con el índice de desarrollo social (IDS) más bajo, según la última medición que realizó el Ministerio de Planificación y Política Económica (Mideplán) en 2017.
La cifra en una escala de 0 a 100, estima la medida en que se satisfacen las necesidades económicas y de salud, seguridad, educación y participación social de los habitantes. Buenos Aires (17,7), Golfito (21) y Osa (23,6) son los que enfrentan el peor panorama.
Realidad de la zona sur
Región enfrenta índices más altos de desempleo y pobreza del país.
FUENTE: REALIZACIÓN PROPIA CON DATOS DEL INEC Y MIDEPLÁN. || w. s. / LA NACIÓN.
Mala situación
Si en algunos comercios en el centro del país se extraña a los compradores, ese fenómeno se multiplica en el Depósito Libre de Golfito, a 323 kilómetros de la capital.
La Junta de Desarrollo Regional de la Zona Sur (Judesur), administradora del centro comercial libre de impuestos, reconoce que ahora se emiten menos tarjetas de compra en comparación con años anteriores.
“Estamos apostando por embellecer el Depósito, pero para eso necesitamos quitar los locales colocados ilegalmente en la entrada, porque hasta que da miedo pasar por ahí, para eso necesitamos apoyo del Poder Ejecutivo.
"Estamos en proceso de diseñar un área de comidas que actualmente no lo tenemos y la tarjeta digital que pretendemos esté lista para el primer trimestre de 2020. También apoyamos el proyecto de ley para que los clientes puedan sacar la tarjeta y hacer las compras el mismo día”, afirmó Gabriel Villachica, vicepresidente de la Junta.
LEA MÁS: Depósito de Golfito intenta recuperar compradores
Una decena de muchachos acarreadores, reunidos en una cooperativa, esperaban sentados por clientes para llevarles sus electrodomésticos y compras hasta la entrada del centro comercial, sin embargo, al menos ese día, no toparían con suerte.
Al final de la jornada se reparten lo que hayan ganado. De lo que recibe Giovani Ávila depende su familia. Él tiene esposa y una niña pequeña.
“El movimiento es bastante crudo. Los fines de semana aumenta un poco la presencia de compradores, pero no llega ni al 50% del movimiento normal del Depósito. Quisiéramos que la situación fuera diferente, pero esta es la realidad”, dice Ávila.
Su incertidumbre se traslada al exterior del centro comercial, donde se ubican restaurantes, transportistas y negocios informales. La fila de camiones que cargan electrodomésticos no es la misma de antes, y hasta los “vendedores de saldos”, cuya actividad no está regulada, se muestran preocupados.
Todos los cantones del sur tienen sus propios problemas.
En Corredores, por ejemplo, las empresas y comercios deben competir en desventaja con los negocios panameños, que ofrecen sus productos más baratos.
Los vecinos de los pueblos fronterizos cruzan la frontera para hacer sus compras y también los visitantes que van a la zona sur.
“Aquí tenemos que ver cómo sobrevivimos”, dijo una señora que acababa de comprar el diario en un comercio fronterizo.
En medio de la discusión entre comprar del lado costarricense por compromiso moral, o del lado panameño por reducir gastos, tambalea la estabilidad de los negocios de sus mismos vecinos. Si llegan a desaparecer, también lo harán los empleos, como sucedió con la gasolinera de Paso Canoas, que no pudo competir con el precio del combustible panameño.
A 18 kilómetros de distancia, en Ciudad Neily, la estación de servicio todavía subsiste, principalmente porque los trabajadores de entidades gubernamentales y empresas privadas tienen que justificar la compra de gasolina con factura electrónica.
“Nosotros podemos andar cerca de unos 6.000 desempleos. Con que lográramos crear unos 1.000 trabajos, esos se van a triplicar porque la economía del cantón empieza a moverse. Se necesita voluntad política para lograrlo, porque solos los alcaldes, vecinos y empresarios no podemos”, afirmó Carlos Viales, alcalde de Corredores.
La actividad agrícola de la zona sur tampoco escapa de la crisis.
El precio internacional del aceite de palma tiene varios años de mantenerse bajo. Con miles de hectáreas cubiertas con esta planta (al menos 31.000 en tres cantones), el cultivo siempre ha sido una de las principales fuentes de empleos directos e indirectos de la región, pero el bajo rendimiento de las exportaciones ha disminuido la demanda de mano de obra.
Las piñeras, con plantaciones en Buenos Aires, tampoco han tenido suerte con la producción y se vieron afectadas este verano por el Fenómeno El Niño.
La Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep) advirtió que hay riesgo de que se pierdan unos 2.500 puestos de trabajo para fin de año en plantaciones de todo el país.
Sin proyectos
Los habitantes del sur reclaman al Gobierno su olvido. La última gran obra que recuerdan fue la Costanera, que a partir del 2010 les permitió conectarse con el Pacífico central.
“Hay un rezago marcado por un desentendimiento histórico del Gobierno, que delegó en Judesur el trabajo social sin que todavía se cumplan los objetivos”, manifestó Jorge Badilla, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de los Cantones del Sur.
En los últimos nueve años no han visto nuevos proyectos que permitan mejorar su competitividad como región, mientras el muelle de Golfito se deteriora en el olvido. Apenas recibe un barco semanal para cargar la palma de exportación.
En el olvido también está el ferrocarril heredado por la época bananera. Entretanto la declaratoria de interés para la construcción de un aeropuerto internacional en la región quedó archivada en Zapote desde 2010, aunque esto permitiría impulsar el turismo en una zona con 21 áreas silvestres protegidas, playas, cataratas, montañas y gran historia cultural.
Para revertir ese rezago, la ministra de Economía y coordinadora del desarrollo de la zona sur, Victoria Hernández, anunció que el Gobierno dispone de un plan de inversión de ¢215.000 millones en obras como carreteras, puentes, aeródromos y otros, para los tres años restantes de administración.
“El Gobierno está procurando revertir esta percepción y en este primer semestre del año se han destinado también por parte del IMAS (Instituto Mixto de Ayuda Social), solo en el Programa Avancemos, ¢4.871 millones que impactan a 20.902 familias, y en el programa de atención de familias, se han destinado ¢2.916 millones, con impacto en 9.488 familias.
"También se consideran proyectos en obras infraestructura de salud, red vial, aeródromos y prestación de servicios. Un total de $23 millones se destinarán en el puesto fronterizo de Paso Canoas. ”, declaró Hernández.
LEA MÁS: Mesa Caribe aprueba plan para invertir $1.000 millones en desarrollo de Limón
Mientras esas obras se concretan, los empresarios acuden a Panamá para crear una “zona binacional de turismo”, que permitiría utilizar el Aeropuerto Internacional de Chiriquí en el país vecino, para que turistas extranjeros puedan entrar a Costa Rica a través de esa vía.
Empero necesitan que el Gobierno costarricense acelere las negociaciones con las autoridades vecinas. También requieren que se invierta en el paso fronterizo para evitar que los turistas tengan una primera mala impresión de nuestro país.
“Es una solución de corto plazo. Si logramos un proceso de turismo binacional, podría ser una entrada para la zona sur, porque seamos realistas, nuestro país tiene dificultades para inversión como para plantear ahorita un aeropuerto, aunque no renunciamos a la propuesta, lo que pasa es que ocupamos soluciones realistas y de impacto inmediato”, manifestó Badilla.
Aunque durante su visita presidencial al sur, Carlos Alvarado anunció la inversión de cerca de ¢7.000 millones para la modernización de los aeródromos de Pérez Zeledón, Palmar Sur, Golfito y Drake, esto tampoco significa una mejora significativa en la competitividad de la región, puesto que un turista debe pagar cerca de $240 para un viaje ida y vuelta desde San José, precios que compiten inclusive con vuelos internacionales.