Adrián Vindas tiene 34 años y 15 de elevar su adrenalina al máximo, mientras corre para burlar los cachos del toro.
Hasta el 28 de diciembre del 2012, este vecino de Cervantes de Alvarado había salido airoso de los redondeles. Pero ese día, en la plaza de Zapote, el cacho de un toro , que esa noche fue rebautizado como “El señor de los anillos” le hizo una perforación a solo un centímetro del recto. “La herida me provocó un fuerte sangrado y un dolor tan terrible que tuvieron que sedarme con morfina. No podían suturar por lo que debí esperar tres meses a que la herida cerrará” contó Vindas. La recuperación fue lenta, pero no el regreso al ruedo.
“Al mes, con la herida abierta, ya estaba en una corrida”, narró el torero improvisado, conocido como Peluca.
Para Vindas, el capítulo oscuro de su historia es que, a pesar de contar con una póliza, no pudo incapacitarse porque la cobertura era muy baja con respecto a su condición.
Según dijo, del hospital Calderón Guardia, donde fue atendido, lo enviaron al Instituto Nacional de Seguro (INS) para tramitar la incapacidad y cargar los costos de su tratamiento “En el INS me dijeron que el monto de la póliza (desconozco la cifra) era muy bajo y no me cubría nada de lo que requería”, añadió el torero, quien cargó los gastos al seguro de salud.