Elio Vargas Naranjo tiene un título de bachiller en Educación Básica, 28 años, ninguna experiencia laboral y está desempleado.
“El mercado está malísimo; en el Ministerio de Educación dicen que hay demasiada gente”, lamentó Vargas, quien ni siquiera ha cubierto las vacaciones de otro docente para ganar experiencia.
Al joven, vecino de Oreamuno (Cartago), le urge trabajar pero sabe que hay pocas plazas y mucha competencia. Tiene razón.
Un estudio del Ministerio de Economía Industria y Comercio (MEIC) revela que las universidades públicas y privadas se exceden graduando profesionales en áreas con poca demanda laboral.
La investigación, concluida el mes anterior, también destacó escasez de talento en otras carreras de mayor valor agregado para la economía y más cotizadas.
En el 2004, las universidades graduaron más de 8.900 profesionales de Educación y más de 9.600 en Ciencias Sociales, según datos del Consejo Superior de Rectores (Conare) que citó el MEIC.
No obstante, las plazas detectadas en el sector privado en todo el 2005 –año cuando esos graduados buscaron trabajo– solo llegaron a 677 puestos para educadores y 1.669 en Ciencias Sociales.
En el sector público, la situación es igual como lo viene confirmando Elio Vargas desde hace más de un año.
En el 2005, la Dirección General de Servicio Civil abrió dos concursos que sumaron 1.006 plazas disponibles en diversas áreas, según la investigación del MEIC.
Más de 17.600 concursantes participaron, 3.000 de los cuales eran de Ciencias Sociales, 1.899 eran abogados y más de 6.200 administradores de negocios.
A agosto de este año, el total de personas elegibles para el Servicio Civil (y sin empleo estable) es de 51.579 personas. Un 73% de estas eran docentes –21.117 personas– y administradores –17.498–.
“Me imagino los basureros llenos con el montón de currículos enviados”, bromeó Vargas.
El coordinador del área de análisis económico del MEIC, José Blanco, explicó que la oferta universitaria influye en la productividad y en la atracción –o desestímulo– de inversión extranjera.
Blanco dijo que hay una “clara tendencia” entre los jóvenes por carreras con poco énfasis en Matemáticas y Ciencias Básicas –Física y Química– debido a carencias que heredan de la escuela y el colegio.
En el 2005, la aprobación de bachillerato en Matemática llegó al 80% –la más alta desde 1996– , pero esta materia fue la que obtuvo menor promoción ese año.
Sin embargo, en la abundancia de profesionales también influye cómo se promocionan las carreras.
Mejor información. El ministro de Ciencia y Tecnología, Esteban Arias, señaló que las universidades deben informar más a los colegiales que si estudian electrónica o biotecnología, por ejemplo, “aumentan sus opciones laborales”.
Arias dijo que parte de la saturación profesional radica en que las carreras más populares suelen ser las más baratas de impartir, pues el gasto de las universidades en laboratorios y equipo especial es bajo.
La directora ejecutiva de la Cámara de Industrias, Marta Castillo, afirmó que el exceso de profesionales en ciertas áreas se traduce en déficit de talento en otras.
Agregó: “Necesitamos crear más técnicos, operarios y científicos que, además, deberán ser cada vez más calificados”.
El estudio Estrategia siglo XXI –que analiza la situación actual del país y aporta lineamientos para su desarrollo de aquí a 50 años– indicó que la mayoría de profesionales del país estudian carreras como Derecho, Comunicación y Preescolar.
Añadió que esas profesiones carecen de afinidad o son poco estratégicas para sectores como el de alta tecnología.
En cambio, Ingeniería Electrónica y Eléctrica son casi insignificantes en su porcentaje de graduaciones, aunque son vitales para empresas de inversión extranjera directa que se instalan en el país.
Elio Vargas aspira a obtener la licenciatura en Educación y ampliar sus oportunidades, pero reconoce que su situación se complica y “eso es muy triste”.