Unos 50 niños forman parte del grupo de 200 migrantes asiáticos deportados por Estados Unidos que llegarán a Costa Rica mientras esperan su envío a sus países de origen, informó este miércoles el presidente Rodrigo Chaves.
“Vienen niños, 50 niños, y aquí nosotros los vamos a tratar bien”, expresó el mandatario, dos días después de anunciar que Costa Rica servirá como puente para recibir a migrantes de otras nacionalidades expulsados por Washington, al igual que Panamá y Guatemala.
Aunque la llegada de los deportados estaba prevista para este miércoles, el canciller Arnoldo André Tinoco confirmó que el primer vuelo arribará el jueves por la tarde con 93 personas a bordo.
Chaves no precisó si los niños migrantes vendrán acompañados por familiares.
Los migrantes serán trasladados en autobuses desde el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría hasta el Centro de Atención Temporal de Migrantes (Catem), localizado unos 360 kilómetros al sur de San José, cerca de la frontera con Panamá.
El presidente indicó que los deportados permanecerán en Costa Rica “el tiempo estrictamente necesario”, que estimó entre cuatro y seis semanas.
Durante ese periodo, no podrán salir del Catem, y las gestiones para su repatriación o traslado a un tercer país estarán a cargo de la Embajada de Estados Unidos en San José y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Chaves aseguró que todos los gastos serán cubiertos por el gobierno estadounidense.
Por su parte, el Servicio Jesuita para el Migrante exigió al gobierno que informe sobre las condiciones en las que estas personas ingresarán al país y el tipo de atención y protección que recibirán.
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“Es alarmante, pues estas personas deben estar sintiendo terror al tener que regresar a los países de los que tuvieron que huir”, manifestó la organización en un comunicado.
La Iglesia luterana también expresó su preocupación por la situación de los deportados.
El gobierno costarricense indicó el lunes que el grupo de expulsados está conformado por personas de países del centro de Asia y de la India.
Mientras tanto, en Panamá permanecen 299 migrantes asiáticos deportados por Estados Unidos, quienes aguardan su repatriación. En Guatemala, aún no han llegado migrantes de otras nacionalidades expulsados por Washington.
Desde un hotel de la capital panameña, algunas personas han colgado letreros manuscritos en inglés en las ventanas con mensajes como “Por favor, ayúdennos” y “No estamos a salvo en nuestro país”.