"Eso es instantáneo: usted mete agua, mete electricidad y por el otro lado sale hidrógeno y oxígeno. Son tecnologías que se desarrollaron en el programa espacial en los años 70 y 80, y hasta ahora es que están siendo dispersadas por la gente, y las tecnologías se han abaratado, al mismo tiempo que el precio de la energía ha subido".
El científico Franklin Chang explica así que Costa Rica tiene todas las condiciones para ser un país pionero en la producción de hidrógeno como fuente de energía para el transporte, a fin de reducir las emisiones contaminantes del petróleo.
Chang celebra la decisión del presidente Carlos Alvarado de emitir una directriz para que el Estado defina cómo se va a introducir el hidrógeno, pero afirma que tampoco se puede esperar a que la Asamblea emita una "ley robusta" porque allí los proyectos duran mucho.
En su criterio, el país puede aprovechar ya el hidrógeno, pues este se puede producir a partir de agua, aunque también a partir de petróleo y de gas (de hecho un 30% del hidrógeno que se produce en el mundo proviene del petróleo).
El hidrógeno, explica, se puede producir en las mismas hidrolineras que alimentarían automotores, no habría que transportarlo como se hace con el diésel en cisternas.
“Lo que podemos hacer es transportar la electricidad por la red eléctrica nacional y producir el hidrógeno en el mismo sitio que se va a consumir, y eso se hace así porque en todo lado hay agua. El agua es bastante abundante en Costa Rica, y el agua se recupera y es agua pura. Nosotros en el transbordador espacial, en la nave, nosotros vivíamos del agua que venía de la producción eléctrica de las celdas de combustible de la nave y es agua pura”, aseguró.
El científico agrega que un kilogramo de hidrógeno es el doble de eficiente que un galón de diésel, pues duplica la distancia que se puede recorrer.
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En su criterio, la puerta de entrada del hidrógeno es el transporte masivo de personas, para mover el tren eléctrico y el sistema de autobuses, por ejemplo.
No obstante, se deberán buscar estrategias para contrarrestar los $275.000 (¢160 millones) que aún cuestan los buses de este tipo, como exonerarlos de impuestos o gravar a los autos de combustibles fósiles con un tributo a la huella de carbono.
"Y estas cosas se pueden hacer en Costa Rica, nosotros no tenemos que esperar que esto se haga en todo el mundo para nosotros hacerlo, ya es hora", dijo Chang.
No esperar a que EE. UU. lo haga
El científico advierte de que sería un error orientar la política energética con base en el modelo de Estados Unidos. Alega que la nación norteamericana no va a fomentar la transición hacia energías limpias porque tiene grandes reservas de petróleo y gas natural.
“Si nosotros esperamos ver esto en Estados Unidos y nos damos cuenta de que Estados Unidos no lo está haciendo, pues nos quedamos varados. Ellos no lo van a hacer. Nosotros no debemos utilizar el modelo norteamericano en este momento, es un modelo diferente, no calza con Costa Rica. Tenemos que ser pioneros. Al ser pioneros, estamos en el frente de la frontera, estamos abrieron el trillo nosotros mismos”, dijo Chang.
Sustituir los combustibles fósiles por hidrógeno permitiría, además, invertir los $1.300 millones que hoy se gastan al año en importación de petróleo en dinamizar la economía interna.
¿Cómo se produce?
Para captar el hidrógeno y utilizarlo como una forma de almacenar energía, es necesario separarlo químicamente del resto de moléculas a las que está pegado. En el caso del agua, esa ruptura de elementos se logra en un aparato llamado electrolizador, al cual se le mete energía solar y divide el oxígeno del hidrógeno.
No obstante, el presidente de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), Alejandro Muñoz, considera que esa tecnología todavía es muy cara y no podría ser rentable. Él cree que habrá que esperar un tiempo para que aumente el mercado, aunque admite que el hidrógeno será el futuro.
Muñoz mencionó que un electrolizador, como el que Chang tiene en Liberia, cuesta $2,5 millones y que una gasolinera bien equipada vale $1 millón.
Sin embargo, el astronauta aboga por que Costa Rica comience a incluir autobuses de hidrógeno en su flotilla vehicular, mediante “pequeños microproyectos” como el que tiene su empresa Ad Astra Rocket, en Liberia, Guanacaste. El costo del hidrógeno, dijo, debería ser equivalente al del diésel.
A finales del año pasado, su compañía trajo al país el primer bus que funciona con hidrógeno. Se trata de la misma unidad en que llegó el presidente Carlos Alvarado y su gabinete, a la toma de posesión, el 8 de mayo.
Ese autobús es básicamente un vehículo eléctrico que, en lugar de utilizar una batería, tiene una celda, que es una especie de planta eléctrica, donde se produce la energía mediante el consumo del hidrógeno.
Al mezclar hidrógeno con oxígeno del aire, la celda produce la electricidad que alimenta el motor eléctrico, el cual mueve el autobús.
El vehículo tiene autonomía para desplazarse 340 kilómetros y capacidad para transportar a 70 pasajeros —35 de pie y 35 sentados—. Además, se puede mover a 140 km/h.
La implementación de este tipo de vehículos le traería dos ventajas al país: reducir las emisiones contaminantes de carbono y disminuir la dependencia de los hidrocarburos.
Carlos Alvarado: 'Es una de las tecnologías renovables'
Es por esas dos razones que el presidente Carlos Alvarado, firmó una directriz para que, en seis meses, se entregue un plan que defina la manera en que Costa Rica investigará, producirá y comercializará el hidrógeno.
La tarea la encomendó al Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), a la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) y al Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).
“El hidrógeno es una de las tecnologías renovables que tenemos que entender como complementaria con otras. En general, en Costa Rica no tenemos que apostar solamente a una (tecnología), sino que haya una batería de opciones y será la técnica y las circunstancias las que determinen cuáles hay que explorar y en que ambientes oportunos", declaró el presidente Alvarado.
“Nosotros tenemos la gran ventaja de tener a don Franklin Chang y su equipo trabajando el hidrógeno. Yo, particularmente, creo que eso, para Costa Rica, es un recurso único, me refiero a Franklin Chang, no al hidrógeno, a quien tenemos que darle la preponderancia que merece porque es importante para Costa Rica desde el punto de vista ambiental como de prestigio internacional".
“Ese es mucho el rol que el hidrógeno juega en nuestro país, hay una gran posibilidad que, como país, tenemos que explorar, para que sea una opción real”, agregó el mandatario.
¿Y los impuestos?
Otro tema que el país tendrá que discutir es cómo recuperar el dinero que hoy el Estado recibe por el impuesto a los combustibles, si el consumo de estos se reduce.
Actualmente, ese tributo representa un 12% de la recaudación fiscal del país. El científico Chang afirma que ese porcentaje no disminuiría pues se puede tasar al hidrógeno con un 13% de impuesto al valor agregado (IVA) y así compensar la baja del otro tributo.
Él afirma que su equipo realizó cálculo y que se podría recaudar hasta el triple si se le impone el IVA al hidrógeno y al oxígeno que se comercializaría.
Franklin Chang también insiste en que el Gobierno ya puede avanzar en el desarrollo del hidrógeno, sin necesidad de una reforma a la ley orgánica de Recope, pues está dentro de sus facultades legales.
Sostiene esa postura, a pesar de que Recope frenó un proyecto conjunto con Ad Astra, aduciendo inseguridad jurídica y falta de competencias legales, luego de que la Contraloría General de República emitiera un informe en diciembre del 2014.
“El hidrógeno es un derivado del petróleo y, por lo tanto, Recope puede trabajar en hidrógeno sin problema. En su momento, lo que pasó es que se hizo un enredo con los biocombustibles, porque lo que le preguntaron a la Contraloría, y luego a la Procuraduría (General de la República), era que si Recope podía trabajar en biocombustibles, se hizo un gran enredo y el asunto del hidrógeno realmente nunca salió a relucir, pero de alguna forma nos encaramaron esa opinión y pararon el proyecto”, dijo Chang.
Recope insiste en que necesita reforma legal
Sobre ese particular, el presidente ejecutivo de Recope, Alejandro Muñoz, aseguró que la reforma es necesaria si se quiere sacar el hidrógeno del agua.
En su criterio, no habría limitantes solo si se extrae del petróleo o del gas natural y esa no es una opción porque no se reducirían las emisiones de carbono.
“El monopolio solo cubre los hidrocarburos, no podemos entrar con el agua, entonces necesitamos una reforma de la ley”, enfatizó Muñoz.
Agregó que, sin esa modificación legal, Recope no puede destinar recursos para la investigación del hidrógeno y otros combustibles alternos, ni personal especializado, pues después esos gastos no serían reconocidos por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep) ni se le podrían trasladar al consumidor final, en la tarifa de los hidrocarburos.
¿Público o abierto?
La producción de hidrógeno sería un negocio en competencia o en monopolio estatal. Chang declaró que, aunque a él le gustaría un mercado abierto, esa decisión escapa de sus competencias, pero se puede desarrollar de cualquier manera.
Alejandro Muñoz afirmó, por su parte, que ese mercado de las energías limpias no entraría dentro del monopolio de la Refinería y que podría ser desarrollado por el sector privado.
El hidrógeno es una opción entre otras
El jerarca de Recope asegura que la directriz del presidente Carlos Alvarado es transformar Recope en una empresa pública que investigue, desarrolle y produzca combustibles alternos y que, bajo ese mandato, el hidrógeno es una opción, pero no la única.
Añadió que también se analizan los biocombustibles y formas de hacer más amigables los hidrocarburos, agregándoles etanol, por ejemplo.
Según Muñoz, la incursión en el mercado del hidrógeno dependerá de cuán rápido las empresas automotrices comiencen a desarrollar con mayor ahínco vehículos de este tipo, de la infraestructura a nivel local y la demanda.
“No nos vamos a meter a desarrollar un proyecto de hidrógeno si no vamos a tener demanda, el tiempo en que un combustible alternativo entre en circulación va depender de esa política de cambio de tecnología de las compañías que producen los vehículos”, explicó el jerarca de Recope.
“El plan que nosotros debemos presentarle al presidente incluiría varias alternativas como un proceso de traslado de combustibles fósiles a combustibles limpios o al menos, no tan contaminantes. El hidrógeno es una posibilidad, ¿de qué depende que nosotros entremos de lleno al hidrógeno? Depende de varios factores —producirlo no es ningún problema—, uno de ellos es la viabilidad de transportarlo o distribuirlo, porque el hidrógeno es peligroso, inestable, y dos, de qué fuente lo vamos a producir”, expresó Muñoz.
Como parte del plan que se le presentará al presidente Alvarado, se contempla un nuevo proyecto de ley que aglutine todas las iniciativas que ya existen en el Congreso para reformar la ley orgánica de Recope, con el objetivo de que incursione no solo en la producción de energías limpias, sino en su comercialización.
En tanto, Chang sostiene que hay que perder el miedo: "Hay otro tema que tiene que ver con el temor a las cosas nuevas, cuando usted habla de algo disruptivo, usted está incomodando a muchas personas, a muchas entidades que están confortables en su forma de vivir y al ver que las cosas se están desacomodando, no les gusta".