Miramar (Montes de Oro). El inminente inicio de la extracción de oro aquí despierta expectativas contrapuestas: un sector de los habitantes piensa que pueda afectar negativamente las fuentes de agua, pero otros temen que la paralización del proyecto traiga más desempleo.
La empresa Metales Procesados (mina Bellavista) ultima detalles para empezar la explotación enero próximo.
“Este proyecto, nos guste o no, cuenta con los permisos y nosotros debemos ser respetuosos del principio de legalidad”, dijo el alcalde, Álvaro Jiménez Cruz.
“Además –añadió– no se puede dejar de ver que ya ha generado 160 empleos y se calcula que serán 300 cuando esté operando”.
Sin embargo, recalcó que estarán muy pendientes de que el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) y la propia municipalidad velen e impidan cualquier situación que ponga en riesgo el ambiente y las fuentes de agua.
“Los permisos ya fueron dados y ahora se trata de aprovechar los beneficios que traerá esa actividad al cantón”, manifestó.
En regla
Franz Ulloa Chaverri, gerente general de la empresa Metales Procesados, propietaria de la mina Bellavista, afirmó que se tomaron todas las medidas para producir el menor impacto ambiental.
“La propiedad son 1.200 hectáreas y solo 17 serán área de extracción de oro y plata”, indicó.
Sostuvo que la oposición al proyecto “es por ignorancia”, pues la compañía ha tomado “en cuenta lo ambiental, lo social, lo cultural y lo económico”.
Uno de los mayores beneficios, según el funcionario, es que la actividad previa a la extracción reactivó la economía de Montes de Oro, pues el 80 por ciento del personal es del cantón.
“No solo hablo de empleo directo; me refiero a que los constructores de los edificios son del cantón, igual que los que nos suministran la comida, la seguridad y el transporte de empleados. Hemos generado pequeñas empresas”, insistió.
Se intentó conocer la versión de la directora de la Setena, Patricia Campos Mesén, pero a pesar de mensajes que se le dejaron no fue posible.
En contra
Los argumentos de Ulloa, empero, no convencen a vecinos como Julio Castro Quesada, de San Isidro, quien está seguro que la minería a cielo abierto afectará las fuentes de agua.
“Donde se ubica la mina hay 21 nacientes de agua y a los vecinos no nos dejan entrar. Nunca hemos visto el río Ciruelas tan sucio como ahora”, aseguró
Aún más enfática fue la posición de la regidora Marta Blanco, quien sostuvo que hasta la fecha la empresa trabaja sin las autorizaciones correspondientes.
“(La empresa) no tiene los permisos de ley. Lo que presentó fue un plan de gestión y se lo homologaron como un estudio de impacto ambiental, por las influencias que tiene en el gobierno”, aseveró.
Según la exmunícipe, la empresa “ha hecho lo que ha querido”.