Paso Canoas. “Oye chico, ¿ya hablaste con don Leo?”
La frase se repetía con matices entre los cubanos que esperaban por su visa en este pueblo de la frontera sur.
Muchos de los 1.500 cubanos que esperaban cruzar el país rumbo a Nicaragua buscaban la forma de conseguir dinero, y don Leo sabe cómo.
No daba su apellido, nadie preguntaba de más, y el hombre sabe bien hasta dónde hablar.
En la mesa de una soda, a la orilla de la carretera, don Leo atendía ayer a los isleños que necesitaban recibir dinero en efectivo de sus familiares que viven en los Estados Unidos.
La mecánica es sencilla.
Don Leo tiene un contingente de 52 vecinos que ponen su nombre y cédula para recibir dinero por medio de las agencias internacionales Western Union y Money Gram.
A cambio, don Leo les cobra un 7% de comisión.
“Es una forma de ayudarles, y de ayudar a los vecinos; yo me gano solo una parte de esto”, explicó el lugareño.
Mientras hablaba, un cubano llamado Pedro Montiel le daba los datos de la persona por contactar en Miami.
Don Leo siguió metiendo datos en su computadora, y los cubanos seguían pasando datos y él recogiendo el dinero.
Sin embargo, Montiel defiende las transacciones de este vecino de Paso Canoas.
“En Colombia nos cobraban hasta un 15% por pasarnos el dinero; la verdad es que nos urge", manifestó Montiel.
Por su parte, don Leo asegura que mientras ayuda a los cubanos, también les permite a taxistas, piratas, amas de casa y otros vecinos “redondearse” una pequeña comisión.
Entre las estampas particulares de este grupo de cubanos, destacaba la de un muchacho, que no se identificó. Cargaba un muñeco de plástico negro al que todos llaman Julián. Según la creencia cubana, ese muñeco representa el alma de la mamá.
Julián salió de Cuba, pasó por Ecuador y ahora está en suelo nacional, a la espera de seguir, junto a su dueño, hacia los Estados Unidos.