El Gobierno decidió ayer suspender la “investigación” de nombramientos en la directiva del ICE pues les resultó cómoda la renuncia de Hernán Bravo para buscar a un ingeniero y mantener en ese órgano al asesor presidencial Pablo Ureña.
Con la aceptación de la renuncia de Bravo terminó la promesa de investigación anunciada por el presidente, Abel Pacheco, hace cuatro meses, tras cuestionamientos a la conveniencia de que Ureña ocupara una silla en la directiva.
Incluso, ayer se cumplió una semana desde que Pacheco pidió a la secretaria del Consejo de Gobierno con rango de ministra, Marta Lora, establecer un proceso administrativo para saber si los nombramientos de los directivos cumplen o no con la Ley. Al menos así se dijo en un comunicado de prensa.
Pero el mandatario, minutos después de leer la carta de Hernán Bravo, dijo en conferencia de prensa: “Este órgano administrativo iba a determinar quién se iba; como que había tres candidatos (…), pero si queda un campo y nombramos un ingeniero… ido el maraquero se acabó la música”.
Eso significa que ya no se investigará si Pablo Ureña cumple con los requisitos establecidos en la Ley para ser directivo del ICE, como lo había señalado la diputada oficialista Gloria Valerín.
Ahora el Gobierno buscará un ingeniero para cumplir con la Ley del ICE, en la que se establece que, de los siete miembros del consejo directivo tres deben ser ingenieros, uno abogado, otro entendido en economía y dos expertos en finanzas, industrias o agricultura. Pablo Ureña es escritor y Bravo químico y empresario.
No claudica
“Con esto (la pronta designación de un ingeniero) se cumple con una parte de la ley, pero el nombramiento de Ureña sigue siendo ilegal”, declaró Valerín, quien cree que a Bravo le pidieron la renuncia, aunque él lo negó.
Bravo argumentó razones personales, agotamiento e interés en dedicarse a sus empresas. “Yo no escondo nada; solo decidí evitar la inestabilidad de la directiva adelantando tres meses la decisión que había tomado tiempo atrás”.
Pacheco defendió a Ureña como directivo del ICE, entidad de especial interés para esta administración por el debate sobre si abrir o mantener el monopolio de servicios de telecomunicaciones.
“Contra don Pablo parece que ha habido como un ensañamiento, porque hay gente que quiere quitarlo. Yo considero que don Pablo es un hombre bueno y que cumple todo a cabalidad”, comentó Pacheco, evadiendo pronunciarse sobre la legalidad del nombramiento.
Ayer fue imposible conversar con Ureña. Tampoco con Martha Lora.
“Esta película no se va a acabar. Él fue nombrado sin requisitos. Que no me vengan a mí con ese cuento, porque la matráfula es muy evidente”, agregó Valerín, defensora del monopolio del ICE.