Francisco La Fuente casi no usa el carro para hacer mandados o trámites; normalmente se desplaza caminando. Ese es uno de los beneficios de vivir en una torre de apartamentos cercana a comercios, restaurantes y servicios.
Este profesional, de 51 años, reside en Nunciatura, comunidad ubicada en el distrito de Mata Redonda, que se ha convertido en uno de los clústeres de desarrollo inmobiliario vertical, precisamente por todas esas ventajas que ofrece la zona.
Ahora, de teletrabajo por la pandemia de coronavirus, esas posibilidades se han hecho aún más evidentes para este profesional.
“Tengo un Automercado a los 400 metros, un Palí a los 200 metros, un Fresh Market a los 300 metros. Hay parques donde puedo salir a correr, hay farmacias, más de 30 restaurantes y todo caminando.
“Esta área en particular me ha funcionado muy bien porque, debido a la pandemia, no importa si hay o no hay restricción, simplemente puedo ir caminando a todo lado.
“A diferencia de otras zonas, aquí, que hay muchas torres, nos movemos caminando como en las grandes ciudades de otros países. No nos han afectado las restricciones sanitarias porque no ocupamos carro, solo vamos con nuestra mascarilla, con los protocolos y se acabó”, afirmó La Fuente.
Además, cuando debe viajar largas distancias por ocio, trabajo o algún otro motivo, también tiene acceso a las principales carreteras nacionales, a solo minutos, por lo que se ahorra tiempo en presas.
Incluso, si quisiera, también podría hacer uso del transporte público, cuyas principales paradas están a unos cuantos metros.
“Tiene la gran ventaja de que uno se monta a la General Cañas o en la ruta 27. Entonces, no importa donde yo llegue a trabajar en un futuro, estoy en el centro con una gran facilidad de desplazarme hacia el este o el oeste. Además, por estar en el centro (San José) tengo solo la mitad de las presas en el camino”, afirmó el profesional.
Para La Fuente, es un mito urbano decir que en esas residencias se vive de forma incómoda por su menor tamaño en comparación con viviendas promedio.
“Ahora mi casa es más grande porque si me aburro de trabajar en mi apartamento, me voy a la piscina o me voy al jardín. Si ya estoy demasiado aburrido, puedo irme al parque a trabajar en una mesita.
“Es cuestión de tomar ventaja, eso sí, hay gente que vive en torre que definitivamente se queda encerrada (en su departamento)”, expresó.