La bitácora de trabajo en La Carpio ya llegó a los 10 años, pero la tabla de resultados registra solo 100 propiedades tituladas. El saldo es de unas 5.500 escrituras pendientes de entregar.
El plan para que los habitantes de ese gran asentamiento ubicado en La Uruca, San José, se conviertan en dueños legítimos de las tierras que ocupan ha tenido un avance mucho más lento de lo estimado. En 2014, cuando solo se habían entregado 33 escrituras, el atraso se atribuyó a la falta de coordinación en las instituciones.
Para marzo del 2016 ya se habían consolidado 100 casos, pero desde entonces la cifra no crece.
Según el jerarca del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), Emilio Arias, el estancamiento obedece a que el mecanismo de titulación que se aplicaba era inviable, por lo que se detuvo el proceso hasta contar con una nueva metodología.
"Se había hecho una propuesta de diseño de sitio técnicamente ideal, con los anchos de calles que se podrían requerir. Ese esquema implicaba sacar muchas familias, porque donde pasaba una calle vivían 20 familias y eso significaba un problema social, pero adicionalmente estaban diseñándose los tamaños de los lotes con las dimensiones ideales, y en la realidad las familias no están ubicadas de esa forma", explicó Arias.
Tal propuesta la había elaborado la Fundación Promotora de Vivienda (Fuprovi), entidad que participó del proceso de titulación hasta marzo del 2014, cuando se retiró debido a los escasos avances del proyecto.
La Fundación discrepó del criterio de Arias sobre la inviabilidad de su propuesta, al considerar que más bien se flexibilizaron los diseños para reducir el número de familias que debían reubicarse.
"A pesar de que los criterios técnicos no se adaptaban a la realidad, se generaron algunas excepciones con el objetivo de no tener que movilizar gente. La propuesta era que aunque no se cumplieran los anchos mínimos (de los terrenos), se les diera electricidad y agua para poder titular", dijo Samuel Mejía, quien formó parte del equipo de diseño de Fuprovi.
Luego de detener el proyecto, en mayo del año pasado, (cuando Arias reemplazó al exjerarca Carlos Alvarado, quien fue trasladado al Ministerio de Trabajo), el IMAS empezó a trabajar en un nuevo plan de titulación.
Ya se completaron los estudios de suelos, y ahora el IMAS prepara los diseños viales, los cuales deberían quedar listos en abril. Posteriormente, se deberán trazar las obras complementarias, como calles y alcantarillado.
"Si nosotros no hacemos esto, eso habría sido una matazón. Es decir, si nosotros hubiéramos tomado el ideal de Fuprovi, no se habría podido hacer, porque con solo que usted llegue y diga que hay que sacar a las primeras 20 familias, el asunto no camina", manifestó Arias.
Daniel Rojas, ingeniero del Área de Desarrollo Socioproductivo y Comunal del IMAS, garantizó que en diciembre se reiniciará el proceso de titulación.
"Es importante que la gente sepa que el atraso de un año, por llamarle así, va a convertirse en producción masiva. Por nosotros tener los diseños de sitio y los rompecabezas (los límites del terreno de cada casa), ahora sí va a depender de nuestra capacidad operativa lo que duremos titulando, pero ya tendríamos los insumos técnicos para hacerlo", agregó José Miguel Jiménez, abogado de la Subgerencia de Desarrollo Social.
Por sectores
La ciudadela La Carpio se fundó hace poco más de 20 años, en una finca que pertenecía a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
En la actualidad está dividida en nueve sectores. El más avanzado es San Vicente, el cual está titulado en un 94%. El siguiente es Pro Desarrollo, donde actualmente tienen escritura solamente los terrenos de la escuela y el colegio.
Según Arias, no es posible calcular cuánto se tardará en completar la titulación de las cerca de 5.600 familias que residen en La Carpio, debido a que cada caso debe resolverse de manera individual y los plazos son variables. No obstante, el jerarca aseguró que la contratación de un equipo de topógrafos hará que el proceso permitirá que la titulación sea "masiva" y "muy rápida".
El presidente ejecutivo insistió en la necesidad de que los habitantes de La Carpio cuenten con escrituras de sus terrenos, para que puedan acceder a bonos de vivienda, créditos, condiciones sanitarias adecuadas y un entorno más sano para el crecimiento de los niños.
Además de la titulación, se dotará a la comunidad de nueva infraestructura vial y de alcantarillado sanitario, para lo cual el Banco Hipotecario de la Vivienda (Banhvi) aprobó un bono comunal de ¢2.014 millones.
Luis Alvarado, ingeniero de AyA, informó de que la entidad se encuentra a la espera de que se terminen los diseños viales, para determinar dónde deben intervenir. Según el funcionario, se debe cambiar prácticamente toda la tubería del asentamiento, ya que la mayor parte de la instalación fue colocada por los mismos vecinos o de manera ilegal, por lo que está en muy mal estado.