Los distritos más céntricos de Goicoechea, Cartago, Heredia y Puntarenas tendieron a deshabitarse durante los últimos 40 años, al igual que los de San José.
Cada vez viven menos personas en los sitios que dieron origen a importantes centros urbanos.
Por ejemplo, en los 2,8 kilómetros que conforman el distrito central de Heredia, la densidad bajó de 8.160 a 6.325 personas por kilómetro cuadrado entre 1970 y la proyección para el 2010.
El fenómeno se extendió a Guadalupe y San Francisco de Goicoecha, así como al distrito oriental del centro de Cartago.
El caso más dramático ocurrió en la capital, en donde la población se redujo a la mitad. Hace cuatro décadas, casi 100.000 personas vivían en los distritos del centrales: Merced, Carmen, Hospital y Catedral. En cambio, hoy la cifra bajó a 47.000 habitantes.
Fuera del área metropolitana, la tendencia también se vivió en la ciudad de Puntarenas, la cual antes era el principal puerto del Pacífico. Allí, pasaron de vivir 534 a 210 personas por kilómetro cuadrado.
Eduardo Brenes, director de Planificación Regional y Urbana de la Gran Área Metropolitana (Prugam), afirmó que las personas han salido de los centros de ciudad por la congestión, la inseguridad, la contaminación y la fealdad.
Sin embargo, ese desplazamiento es contraproducente, dijo Brenes, pues se desperdicia mucho recurso e infraestructura.
Redes de servicios públicos como los alcantarillados y las líneas de telecomunicaciones tienden a ser más económicas cuanto más personas hacen uso de ellas.
Pero, en la Gran Área Metropolitana (GAM), las urbanizaciones crecieron de forma espontánea en las periferias, lo que incrementa las necesidades de transporte y de servicios públicos.
Para el director de Planificación Regional y Urbana, la GAM podría soportar hasta siete millones de personas sin ningún problema con un crecimiento vertical y ordenado. Hoy, el área alberga unos 2,6 millones de habitantes.
“No solo hay espacio, sino que no se necesita más territorio para crecer. El arte está en cómo se guía ese desarrollo”, dijo el funcionario de Prugam, quien añadió que los planes de ordenamiento territorial deben conjugarse con otros factores como el ambiente, la infraestructura y la salubridad.
Además, la repoblación debe incluir a las familias de clase media en los centros de ciudad, indicó.
Jorge Barquero, demógrafo del Centro Centroamericano de Población, advirtió que no existe una relación directa entre densidad y desarrollo. Una alta densidad no es sinónimo de bajo desarrollo, pues todo depende de la planificación.