Los niños éramos libres y salvajes. Nada de suéteres o chaquetas que nos protegieran del frío, casi permanente. Nuestras mejillas, siempre rosadas, denotaban salud, alegría de vivir y, sobre todo, libertad
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Al momento de la tragedia, no había ninguno de los 36 costarricenses que llegaron hasta los 5.300 msnm en dos expediciones, la semana pasada
Campaña logró que tuvieran una pequeña fiesta de la alegría, útiles y hasta víveres para sus familias; tanta ayuda les llegó que la compartieron con otra escuela y un colegio vecinos