Aquel niño que no se podía estar quieto y corría siempre de un lado para otro fue diagnosticado erróneamente con el síndrome de Gilles de la Tourette, un trastorno caracterizado por movimientos repetitivos o sonidos indeseados (tics) que no se pueden controlar con facilidad.
Sin embargo, los exámenes y análisis posteriores revelaron que Alberto Vega tenía hiperactividad y déficit de atención. Los galenos sugirieron a su madre que lo medicara o bien lo incluyera en un deporte, una decisión que cambió la vida del niño, quien con el tiempo se convirtió en uno de los nadadores del país que representará a Costa Rica en los Juegos Olímpicos de París 2024.
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“Cuando a mi madre le dijeron que tenía que darme ritalina o hacer deporte, ella me dijo que no iba a tomar eso y, desde ese momento, toda mi vida hice deporte. Me metieron a unas clases de verano de natación en el equipo de Belén y desde entonces fue mi casa”, recordó Vega.
Alberto, con un imponente 1,95 metros, competirá el próximo sábado 27 de julio en las eliminatorias de los 400 metros libre, que arrancarán a las 3 a. m., hora costarricense.
Desde los siete años, aquel niño sumamente activo encontró en la natación la oportunidad de canalizar toda su hiperactividad. Nadando y combinando el deporte con los estudios de la mano de su entrenador Pablo Camacho, fue creciendo y mejorando sus marcas, compitiendo en Juegos Nacionales y competencias internacionales como mundiales juveniles y panamericanos, representando al país.
“Desde los 12 años trabajé para cumplir mi sueño de ser un nadador olímpico. Combiné mis entrenamientos con los estudios desde pequeño y eso nos enseña a ser disciplinados, ordenados y a cumplir tanto con las prácticas en la piscina como con obtener buenas calificaciones”, confesó Vega, quien en el 2022 terminó sus estudios de secundaria.
Alberto Vega; entre estudios y la piscina
La vida de un atleta no es sencilla. Entre sus entrenamientos y sus estudios, el joven aprendió que la única forma de triunfar es siendo responsable y cumpliendo con lo que le piden los profesores y su entrenador Pablo Camacho, quien es su guía en la alberca.
“Es importante prepararse para el futuro. Aunque son mis primeros Juegos Olímpicos, mi deseo es continuar nadando, mejorando y seguir representando al país. Pero también tengo claro que debo estudiar y por eso hace año y medio empecé la carrera de Terapia Física en la Universidad Santa Paula. No ha sido sencillo, pero sé que es lo mejor para mi futuro”, añadió Vega.
Alberto es consciente de que para llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024 tuvo personas que lo apoyaron y fueron fundamentales para alcanzar su meta, como su entrenador Pablo Camacho, Abel Matamoros, la psicóloga Laura Moreira y la nutricionista Jimena Rodríguez, así como su familia, quienes fueron su apoyo para continuar con la natación.
Pero Alberto también tiene a una consejera muy especial, quien en los últimos meses lo motivó a mejorar y darlo todo en el escenario deportivo más importante del planeta, como ella lo hizo. Alberto cuenta con los consejos de Claudia Poll, medallista de oro tica en los Juegos de Atlanta 1996.
“Claudia Poll es una persona maravillosa. Con ella converso mucho sobre anécdotas, enseñanzas y también me brinda consejos. Es un honor para mí, un privilegio, tener esa cercanía con una atleta olímpica que es un ícono del deporte costarricense. Sus palabras significan mucho para mí y espero poder poner en práctica esas enseñanzas. Daré mi mejor esfuerzo en París 2024″, enfatizó Vega.