A Abel Guier se le ve en el escenario entregado a la música: es uno de los músicos más reconocidos de la escena del rock nacional; desde hace 28 años es el bajista de Gandhi y también forma parte del dúo Mimayato. La música es su amor, el bajo también lo es, pero en su vida hay otras pasiones que lo llenan de grandes satisfacciones, una de ellas es la enseñanza.
Además de ser compositor de muchas de las canciones de Gandhi, Guier escribe poesía y actualmente está trabajando en un libro inspirado en el disco El diario del Dr. Chapuí, de Mimayato. Es un incansable de la música y la creatividad, lo cual lo ha llevado a buscar diferentes formas de expresarla desde sus primeros pasos como artista.
La música, la vida de Abel Guier
Todos los niños pedimos “al Niño” nuestros regalos ansiados para Navidad, pero el que quería Abel a los 9 años era muy singular: un disco de la banda Kiss. Para su sorpresa, lo recibió.
Era curioso que un pequeño mostrara tanto interés en el rock del grupo, pero en su escuela era común escuchar a los compañeros en los recreos cantando grandes éxitos de esta banda y otras como Queen y Pink Floyd. “Todo fue por culpa de Hola Juventud, el programa de Nelson Hoffmann. Como decía mi papá, éramos rebeldes sin causa”, recordó Guier entre risas.
Con estas influencias musicales y también porque su padre, don Orlando Guier, tocaba la guitarra y cantaba muy bonito, Abel tenía dos planes para su vida: ser futbolista o ser rockero. No cualquier músico, él quería ser rockero. Su papá le ayudó un poco a aprender a tocar guitarra y así se decantó por el arte.
Más adelante, viendo videos de Iron Maiden, Abel se enamoró de un instrumento. Al principio, solo decía que quería ser como el hombre que lo cautivó: Steve Harris con su bajo, sin saber nada de que aquello requería de mucho estudio y disciplina.
Aquella semillita fue sembrada cuando el muchacho tenía apenas 13 años. La “pulseó” durante varios años hasta que pudo tener un bajo propio, y ahí comenzó el amor.
Sin saber mucho de música, se animó a armar su primer grupo, que se llamó Viuda Negra, junto a sus primos Ignacio Clachar y Gastón García. Con una guitarra, un bajo y una batería se armaron y organizaron el primer ensayo. Ninguno tocaba, pero tenían todas las ganas de hacerlo. No sabían ninguna canción, así que decidieron escribir las propias; ahí fue donde comenzó la inquietud de Abel de explotar la creatividad, algo que a lo largo de su carrera ha seguido haciendo.
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En el colegio conoció a Luis Montalbert y Federico Miranda, de Gandhi, quienes estudiaban en el mismo colegio. La música los unió y, poco tiempo después, Abel se sumó a ellos y a Massimo Hernández en la ya icónica banda de rock costarricense.
La historia de Guier con Gandhi es bien conocida. Desde que se grabó En el jardín del corazón, el debut de la banda, han sido inseparables y han marcado la historia de la música nacional. Varias de las canciones del grupo son obra suya, siempre trabajando en colaboración con sus compañeros. Letras como las de Perfecto, Estréllame o Señor Caballero fueron gestadas por él.
Abel no solo se ha dedicado a Gandhi, sino que en el camino ha tenido la oportunidad de tocar con otros artistas como Bernal Villegas, Parque en el Espacio y The Cursed.
Ahora, ese camino creativo lo llevó a cumplir un sueño musical propio, una locura que junto a su primo Alberto Moreno llamaron Mimayato (el nombre es un homenaje a sus abuelos, a quienes llamaban Mima y Ato). El grupo es instrumental, formado por bajo y contrabajo, que interpretan ambos artistas. Ya han publicado el disco El diario del Dr. Chapuí, que ha estado acompañado por una producciones audiovisuales muy interesantes nacidos en la mente de ambos.
Actualmente, Abel está trabajando en ponerle letra a la música del álbum, pero de una manera diferente: en un libro.
Según explicó el artista, la idea del libro surgió después de las piezas, ya que pensó que detrás de cada una de ellas hay una historia. “La música instrumental le da a uno mucha libertad para pintar imágenes. En este caso, vengo a dar un poco mi versión; hago un texto para cada una. Algunos son muy personales, pero a la vez también tienen mucha crítica social”, comentó.
En cuanto a la poesía, es algo a lo que se ha dedicado en los últimos 10 o 15 años, y mucha de ella ha sido inspirada por el amor y las dudas existenciales. Ya está planeando con una editorial publicar una selección de varios de sus escritos en un poemario.
El profe de música Abel
Una de las facetas que más disfruta Abel es la de profesor de música. La enseñanza llegó a su vida de manera circunstancial, pero justo a tiempo.
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El mismo día que defendió su tesis universitaria en Administración de Empresas tocó en el Teatro Popular Melico Salazar en la presentación del disco En el jardín del corazón, de Gandhi. Saliendo del espectáculo, una persona lo contactó y le preguntó si daba clases; él, extrañado, le dijo que no, pero ante la insistencia, aceptó.
La joven era Nicole Vincent, quien más adelante sería la bajista del grupo Nada, de Kurt Dyer. Después de ella llegó otro alumno, y luego otro. Guier comenzó a dar clases privadas y también en la Academia de Música Moderna. Actualmente es profesor en la Academia Bansbach.
“Es una de las cosas más lindas que he llegado a hacer. Lo más bonito es trabajar con bandas, formar las bandas con estudiantes, ponerlos a crear música, cosas que ellos creen que son imposibles”, detalló.
Tener niños, jóvenes, adultos y adultos mayores entre sus estudiantes es un crisol muy interesante para él. Un estudiante que es médico comentó cierto día que ir a clases era su mejor terapia. El músico contó que entre sus alumnos tuvo a una señora de 75 años y a personas pensionadas que quieren aprender para compartir música en sus ratos libres con sus amigos.
La creatividad que ha desarrollado Guier desde que comenzó en la música la libera en todas estas aristas: composición, ejecución, poesía, libros y enseñanza.
“Para dar clases tengo mi propio método, es muy libre. La creatividad y la expresión propia ha sido el resultado en esta constante búsqueda de libertad”, concluyó.
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