El nombre de Daniel Moreno resuena en la mente de casi cualquier costarricense, pues desde el 2005 fue uno de los cuatro comediantes que irrumpieron en la televisión nacional con El show de La Media Docena. No obstante, casi 20 años después de su debut en la pantalla chica, su pasión y trabajo están detrás de las cámaras que lo hicieron reconocido.
Con su empresa propia Infinito Films, Moreno se dedica desde el 2010 a la producción audiovisual. Su incursión en este mundo empezó incluso antes de llegar a la tele, cuando junto con La Media Docena decidieron hacer algunos videos caseros.
“Cuando entré a la tele fue cuando definitivamente empecé a entender la producción ya a un nivel más profesional. Me llamaba muchísimo la atención saber lo que estaba pasando detrás de cámaras, estar muy pendiente de para qué servía cada cosa del equipo. La mayoría de gente llega a un set de grabación a actuar y ni se fija; no sé por qué a mí me llamó tanto la atención”, relató el humorista.
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Posteriormente, Moreno invirtió poco a poco en equipo de trabajo propio. Su primera cámara “decente” de video la adquirió en 2002, pero pudo comprar una semi profesional hasta 2006. Según cuenta, en el 2008 empezó a llevar una cámara propia a los rodajes de su programa televisivo para poder grabar a dos cámaras, ya que Teletica solo les daba una.
Fue así que de tanto “travesear esos juguetes”, como él mismo dice, decidió montar su propia productora. Esa aventura, que inició 14 años atrás, tuvo un carácter muy modesto en sus inicios. Al principio, su emprendimiento solo lo conformaba él, y se dedicaba mayormente a grabar bodas y videos corporativos.
“Era algo unipersonal, uno es ‘zoila’, va con la cámara, el equipo y hace todo. A veces era curioso, porque yo estaba grabando una boda y llegaba gente a pedirme fotos. Otra gente, al verme con la cámara, dudaba y decía: ‘Será este mae el de La Media Docena o alguien que se parece’. También había personas que les parecía raro, que creían que yo no debía hacerlo siendo figura pública (empezó cuando tenía cinco años de salir en televisión), pero es mi pasión”, narró Moreno.
Con el tiempo ha hecho crecer su empresa, contando siempre con la ayuda de su mamá. Eso sí, el hito que logró despegar su negocio y especialmente su dedicación a este oficio fue la grabación de la primera película de Maikol Yordan (De viaje perdido, 2014).
El comediante, de 49 años, estuvo muy inmerso en la producción del filme y así ayudó a convertir en realidad el sueño que La Media Docena siempre tuvo. Asegura que uno de los mayores impulsos que tuvo para producir la que hoy es la segunda película más vista en las salas de cine de Costa Rica, fue conversar con directores como Hernán Jiménez.
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Y desde entonces la empresa de Moreno se afianzó. Desde el 2019, Moreno es el encargado de producir series para Teletica, como Maikol Yordan: la serie. Actualmente, está a cargo de Juanka ido del cielo y Caras vemos. Adicionalmente, dirigió las cintas Mi papá es un santa (2021) y Maikol Yordan regresa... a clases (a estrenarse en el 2025).
“El secreto de estas producciones es que hay que cumplir un presupuesto, pues si uno no lo cumple le queda la película mal hecha o a medio palo. Me encanta esa parte de organizar equipos que funcionen como una maquinita, creo que haber estudiado economía y hasta ingeniería me han ayudado”, afirmó.
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Todo este proceso de aprendizaje y ejecución en lo audiovisual, ha estado guiado por la pasión que siente por esta área. Esto, sin embargo, también le ha jugado en contra, pues le cuesta resistirse y termina implicándose en todas las etapas de la producción. De hecho, este año tuvo que dejar la dirección de las series para poder enfocarse en la película; pero aun así participó como camarógrafo.
“Hasta el año pasado lo había asumido de una manera un poco obsesiva. Pero el año pasado decidí que tenía que delegar para poder hacer más cosas. Es bonito también confiar en el equipo, en la gente con la que he colaborado desde el 2016″, comentó.
‘El stand up es el arte más chingo que existe’
El humor sigue siendo una de las pasiones más fuertes de Daniel Moreno; solo que ahora también lo hace sin compañía de La Media Docena. Recuerda que la primera vez que hizo stand up comedy fue hace más de una década; pero nunca se ha dedicado de lleno a estos espectáculos por sus otras obligaciones.
Por ejemplo, en lo que va del año, ha realizado únicamente tres shows. No obstante, en cuanto se libera de las producciones televisivas, le entra la fiebre y alza el teléfono para reportarse con sus amigos comediantes y los comercios que lo contactan para eventos privados.
“De poquito en poquito, a lo largo de 10 años, podría decir que tengo casi 3 horas de material diferente. Ahorita tengo una lista que cuando tengo show decido qué parte usar y también lo tengo dividido en dos especiales largos de más de una hora”, explicó.
Aunque subirse a una tarima en soledad tiene una adrenalina que le gusta, también le estresa un poco. Al final, Moreno se anima a hacerlo, pues para él resulta muy gratificante.
“El stand up es el arte más chingo que existe, no tenés nada que te cubra: ni vestuario, personaje ni música. Es uno solo contra el mundo. Hay gente que tiene sus personajes, pero creo que los ‘standuperos’ buenos son ellos mismos tratando de hacer reír a la gente”, declaró el humorista.
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Cualquiera podría pensar que una figura tan consagrada en el mundo del entretenimiento costarricense tiene las de perder al exponerse de esta manera al público. No obstante, esto no detiene a Moreno, a pesar de que se toma muy personal sus fallos en el stand up.
“Por ejemplo, si yo salgo a hacer a ‘Demasiado honesto’ y la gente no se ríe, yo a veces les digo a los de La Media Docena: ‘Ay, es que ese personaje es muy cansón, es muy necio’. Le echo la culpa al personaje, no a mí. En cambio, cuando salgo yo, Daniel Moreno, y la gente no se ríe, no puedo echarle la culpa al personaje. Yo considero que el stand up es de los artes más difíciles que existen”, aseguró.