Gabriela Cruz Guzmán, ingeniera química de 49 años, es la directora de Colaboración en Investigación Universitaria en Intel Labs, la división de Intel Corporation con sede en Oregon, Estados Unidos, en donde labora en el desarrollo de la computación cuántica. Ella nació en Cartago y destaca su orgullo por sus raíces agrarias, influenciadas por sus abuelos paternos y bisabuelos. “Lo principal y por donde debo comenzar es que soy de Cartago, 100% cartaga”, afirma.
Cruz también menciona la vena profesional de su familia. Su abuelo materno fue uno de los primeros médicos en el Hospital de Cartago, mientras que su abuela se graduó en la primera generación de farmacéuticos de la Universidad de Costa Rica (UCR). Sus progenitores, también son originarios de esta localidad.
Alejandro Cruz, su padre, ejerció como rector del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec) y ocupó el cargo de jerarca en el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Telecomunicaciones (Micitt). Por su parte, Isabel Guzmán, su madre, es administradora de empresas y trabajó en el sector bancario, especializándose en finanzas.
La ingeniera lleva 20 años casada con Douglas Thompson. Reside en Estados Unidos desde hace 23 años, inicialmente en Arizona y, posteriormente, en Oregon durante los últimos 15 años.
Cruz participó en el Primer Simposio Regional sobre Semiconductores, auspiciado por el Departamento de Estado de Estados Unidos a través del Fondo Internacional de Innovación y Seguridad Tecnológica (Fondo ITSI), establecido en la Chips Act, firmada por el presidente Joe Biden, en agosto del 2022. En esa ocasión, La Nación coordinó esta entrevista, que posteriormente se realizó de manera virtual.
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Rememora que de niña, la maestra de kinder le habló a su mamá sobre las habilidades que tenía para las matemáticas y la música. Sin embargo, las letras no fueron su fuerte, enfrentando dificultades de aprendizaje relacionadas con la dislexia que logró superar.
“Recuerdo que en quinto grado un profesor nos explicó qué era un átomo y desde ese día quedé sorprendida al descubrir algo tan, tan pequeño pero fundamental en todos los materiales y en todo lo que sentimos en este mundo de forma física”, relata. Se graduó de la carrera de Ingeniería Química en la Universidad de Costa Rica (UCR).
El ingreso a Intel
Justo cuando estaba a punto de terminar la carrera, a mediados de 1997, se anunció la llegada de Intel a Costa Rica. Una compañera de colegio que estudiaba Ingeniería Electrónica fue contratada por esa empresa y le mencionó que la enviarían a Estados Unidos y Malasia. Gabriela Cruz decidió aplicar por un empleo en la compañía, y seis meses después recibió una oferta de trabajo, en diciembre. “Le informé a mi amiga y ella me dio algunos consejos para negociar el salario. Ahora suena muy sencillo, pero en la UCR nunca hablamos sobre cómo manejar negociaciones salariales”, apunta.
Realizó una entrevista desde Filipinas, ya que en ese momento estaban buscando una ingeniera recién graduada para unirse al equipo. Sus compañeros de trabajo, que la entrevistaron, estaban aprendiendo a realizar las tareas que se llevarían a cabo desde Costa Rica.
Su primer puesto en Intel fue como ingeniera de materiales en la fábrica de ensamblaje. Si surgía algún problema con alguno de los materiales, era su responsabilidad resolverlo directamente con el proveedor.
Posteriormente, le ofrecieron el puesto de ingeniera de calidad de materias primas en Arizona, Estados Unidos, donde se generan y desarrollan nuevos materiales para las fábricas de Intel. Este trabajo implica investigación y desarrollo de nuevos productos. Una parte de la oferta laboral incluía la oportunidad de estudiar una maestría en Ingeniería de Materiales a tiempo parcial, financiada por Intel.
Para trabajar en Intel, es un requisito hablar inglés. Cruz comenta que logró reforzarlo en la escuela y en el colegio científico. Además, en la universidad, la mayoría de los libros de texto estaban en este idioma.
Gestión de nuevos productos
En cuanto a la gestión de nuevos productos, Cruz aprendió sobre diferentes tipos de materiales utilizados en diversas fábricas. En Costa Rica, inicialmente se enfocó en el ensamblaje y la prueba de productos. Luego, trabajó con soldaduras, tarjetas madre, resistencias y otros componentes en fábricas en Asia, y realizó auditorías para garantizar la calidad de los productos.
Posteriormente, tuvo la oportunidad de ser asistente del Chief Technology Officer (Jefe de Tecnología) de Intel. Esta oportunidad le brindó amplias posibilidades en el desarrollo y la creación de nuevos productos, área en la que trabaja actualmente. Su trabajo implica establecer conexiones con universidades para aprender y resolver problemas relacionados con los productos existentes e idear los productos que saldrán al mercado.
Explica que en este departamento de Intel se crean los productos del futuro. En la actualidad, trabajan en los estándares necesarios para desarrollar la sexta generación de comunicaciones, conocida como 6G. “Estamos inventando la computación cuántica. Aunque esta tecnología existe en teoría, los ingenieros están en las etapas iniciales de creación de las primeras computadoras”, cuenta.
Cruz destaca que la computación cuántica representa un cambio radical en la forma como se procesa la información en comparación con los computadores actuales. ”Es probable que pasen alrededor de cinco a 10 años antes de que estas computadoras sean utilizadas comercialmente de manera amplia. Intel Labs trabaja en eso. Hay cientos de proyectos”, vaticina.
Sus aficiones
En medio de sus actividades profesionales, Cruz trata de encontrar ratos de esparcimiento. Dedica mucho tiempo al deporte y a estar con su familia. “No tengo hijos, pero llevo 20 años con mi esposo y tenemos un par de perros. Disfruto correr para mantenerme en forma y nadar, actividad que aprendí a los nueve años y que seguiré practicando el resto de mi vida, si Dios quiere”, asegura.
Además de nadar y correr, también practica ciclismo y participa de vez en cuando en competencias de triatlón. “Aunque no soy rápida, me gusta la competencia y la comunidad que se forma en torno a ella”, refiere.
Cruz también imparte clases de natación una vez al mes en dos organizaciones en las que es voluntaria. Una de estas organizaciones se enfoca en la comunidad afroamericana en Portland, mientras que la otra está dirigida a hijos de migrantes latinos que trabajan en actividades agrícolas.
Desde que se establecieron los colegios científicos en Costa Rica en 1987, Gabriela Cruz anhelaba ingresar a uno de ellos. En 1990, después de cursar hasta el sétimo grado y cumplir con los requisitos, logró entrar a la sede de Cartago, siendo parte de la segunda generación de graduados. Agradece a sus profesores del Colegio San Luis Gonzaga por las cartas de recomendación que le facilitaron postularse.
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Al graduarse, eligió estudiar Ingeniería Química por su aplicación en procesos de fabricación de diversos productos. Consideró también Farmacia y Química pura. Siguiendo el consejo de sus padres, buscó empleo dentro de la institución y consiguió el puesto de asistente de cálculo, cubriendo parte de la matrícula y proporcionándole independencia financiera. Posteriormente, trabajó como asistente en otras asignaturas.