Jonathan Moya se convirtió en un hombre de negocios al comprender desde hace algún tiempo que el fútbol no es para toda la vida. El atacante encontró en la belleza y en los bienes raíces la mejor manera de poner a trabajar su dinero.
Durante su estancia en Corea y la India, el jugador buscaba nuevas experiencias que a la vez le permitieran asegurar su futuro económico
Es bien conocido que el fútbol recopila innumerables historias de jugadores famosos de todo el mundo que no supieron qué hacer con su dinero. A como les llegó, de igual manera se les fue, sin darse cuenta. Aunque nadie escarmienta por cabeza ajena, algunos tratan de tomar mejores decisiones en el presente.
Con ese pensamiento de que el fútbol es muy corto, Jonathan Moya buscó asesoramiento y encontró en su amigo Irving Ganoza a un ángel, una persona que estudió finanzas y se convirtió en su gran consejero para emprender. De hecho, ahora son socios. Ganoza lo impulsó a comenzar con una barbería diferente, exclusiva y con un concepto VIP como punto de relajación y elegancia.
Cuando el delantero exploraba opciones para ver qué podía funcionar, Irving Ganoza lo impulsó para que iniciara con una barbería diferente, exclusiva, con un concepto VIP como punto de relajación y elegancia.
Ellos se pusieron de acuerdo, tomaron la decisión y así nació Spazio M&G Barber Studio, en Plaza Exteriores, frente a Distrito Cuatro en Escazú. La barbería se abrió cuando él estaba aún en la India y considera que a pesar de que son pocos meses, al negocio le ha ido bastante bien desde que entró en funcionamiento.
“Tratamos de hacerla muy amena, muy para caballeros, para que se sientan cómodos. Uno como hombre busca la tranquilidad de pasar un buen rato, de si están dando algún juego verlo ahí, o de tomar algo, porque al cliente se le ofrece agua, cerveza o alguna bebida hidratante. Eso es importante y las personas que se acercan disfrutan de un buen corte y de los servicios que brindamos”, expresó Jonathan Moya.
Aunque la barbería estaba en el anonimato a nivel mediático, rápidamente empezó a construir su propia clientela.
“Tengo en mente darle más difusión en redes, pero mis compañeros de Alajuelense se encargaron de hacer bulla, visitan la barbería y han hecho algunos posteos. A partir de eso me escriben preguntándome del negocio, que no tiene en sí mi nombre, pero la gente se fue dando cuenta de que es mío. Esto es como la comida, todos necesitan comer y todos necesitan cortarse el pelo, entonces siempre habrá clientes”.
Hace algún tiempo, Jonathan Moya les había hecho una taquería a sus papás en Monteverde, pero era para ellos. Spazio M&G Barber Studio es el primer negocio propio, pero hay algo más. También tiene un porcentaje de Lot Beauty, un salón de belleza para mujeres en Escazú. Aunque es de una amiga que lo estableció como tal; tanto él como Irving Ganoza la apoyaron y son socios ahí.
El futbolista conoce a varias personas que han tenido una barbería y asegura que dependiendo del concepto, el trato y la ubicación, se sabe si tiene opciones de pegar o no.
“Hoy no dependo de la barbería, tengo mis ahorros y el salario en la Liga. Es como un fondo que voy dejando ahí para emergencia, o un ahorro a futuro. A algunos futbolistas les ha ido bien con una barbería. Otros la han quitado porque es complicado, porque uno no siempre está. Yo lo tengo claro, es un negocio que no me hará millonario, pero me da un ingreso que me puede ayudar en un futuro”.
Si algún cliente lo busca a él directamente para que le corte el pelo, entre risas dijo que ahí le quedaría mal, pero están los expertos para eso.
“Tengo otros proyectos en mente, con todos los diseños listos y es simplemente poder tener un poco más de tiempo y sentarme a hacerlos, pero la verdad que el dinero que pude hacer en estos años traté de invertirlo en bienes raíces, que es lo que me aconsejaron”.
Para eso, ya dio el primer paso. Contó que compró algunas propiedades en Guanacaste, en Monteverde, en Alajuela y está próximo a tratar de hacer una casa. Dentro de los consejos recibidos, tiene claro que eso es lo que más crece en precio.
“He invertido en otras propiedades en las que comprás una parte, pasan a ser de varios socios y se venden por estar en una buena zona y se les saca ganancia. Me he asesorado bien en esa parte de confiar en las personas correctas y estoy muy contento. El fútbol no es para toda la vida y uno trata de tener por lo menos esas entraditas para después de que te retirés”.
Esa es la parte no conocida de Jonathan Moya, la de emprendedor, no la del futbolista de Liga Deportiva Alajuelense. No la del jugador que recibió críticas por ir al concierto de Don Omar e Ivy Queen unas horas antes de emprender el viaje a Estados Unidos para el desafío contra New England Revolution en la Copa de Campeones de Concacaf.