El nombre de Kattia Cambronero Aguiluz se asocia inmediatamente con la política. Desde el 2022 ocupa una curul en la Asamblea Legislativa y es una de las caras más conocidas del Partido Liberal Progresista (PLP). Sin embargo, fuera del Congreso, disfruta correr, cocinar para su familia, leer novelas latinoamericanas y sueña con aprender a bucear.
La legisladora es madre de dos hijos y nació en Alajuela hace 53 años. Durante su niñez sufrió asma severa, lo que le impedía correr y le provocaba ataques de tos cuando se reía. A los nueve años se fue a vivir a Tibás y sus crisis asmáticas cesaron. Desde entonces, pudo llevar “una vida mucho más normal” y se inscribió en un club de atletismo, una de sus pasiones.
A nivel académico, considera que, durante un periodo, fue una mala estudiante, porque no le gustaba el sistema educativo. Por esa razón, perdió noveno año de colegio, luego de no estudiar ni presentarse a los exámenes. Después, tras una reflexión de lo que catalogó como “una rebeldía”, en décimo y undécimo año sí obtuvo buenas calificaciones.
En su adolescencia, pasaba las vacaciones en la playa junto a su familia. Una de las experiencias más gratas que recuerda fue cuando su papá la llevó por todas las playas del Pacífico norte de Guanacaste, cerca de la frontera con Nicaragua. Fue entonces cuando comenzó su amor por el mar, un aspecto fundamental en su vida.
Ingresó a la Universidad de Costa Rica (UCR) sin tener clara la carrera qué quería estudiar, aunque sabía que le interesaban las Ciencias Sociales. Finalmente, se matriculó en Trabajo Social, pero no continuó porque no le gustó. No obstante, considera que fue una experiencia valiosa que le dio sensibilidad con las poblaciones vulnerables del país.
Completó sus estudios en la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (Ulacit) con un bachillerato en Administración de Empresas, con énfasis en Recursos Humanos, y una licenciatura en Mercadeo.
Es la segunda de cinco hijos y se siente orgullosa de su padre, quien empezó a trabajar desde joven tras quedar huérfano a los 11 años. Admira su esfuerzo, integridad y amor por el país.
De su madre destaca su amor por la comunidad. En Alajuela, organizaba grupos de mujeres, era catequista y ministra de la Eucaristía. En Tibás, se convirtió en síndica municipal y creó el primer centro de atención para mujeres violentadas y la primera oficina de la mujer.
Sus pasiones
Los fines de semana, Kattia Cambronero trata de compartir con su familia y dedicar tiempo a una de sus pasiones: la lectura. Se declara amante de las novelas latinoamericanas de escritores como Gabriel García Márquez e Isabel Allende, pero su favorita, sin duda, es la nicaragüense Gioconda Belli. De hecho, en la mesa de la sala de su casa tiene un libro de la autora.
También disfruta viajar, degustar un buen vino, comer tacos, comprarse ropa y escuchar música de Joaquín Sabina, su cantante favorito, a quien ha acompañado en todas las ocasiones que ha venido a Costa Rica y puede escucharlo desde que se despierta hasta que se duerme, dice entre risas.
El amor por su familia la llevó a convertirse en la cocinera de la casa, un espacio que la entretiene y relaja.
“Por lo menos dos veces al mes, los domingos, vienen acá (su casa) y yo le cocino algo a toda mi familia, eso es un espacio que yo adoro, cuando mi familia viene o nos encontramos en la casa de mami”, afirmó.
Hace cuatro años logró uno de los retos más importantes de su vida, aprender a nadar, lo que le permitió completar un pequeño triatlón. Este logro lo calificó como una de las vivencias más desafiantes que ha enfrentado, porque tuvo que empezar desde cero.
Sin embargo, ese reto vino acompañado de uno de sus más grandes sueños, aprender a bucear y conocer la Isla del Coco, una posibilidad que espera concretar antes de que termine en su gestión en la Asamblea.
“Quiero aprender más idiomas, sé inglés, pero me gustaría aprender francés, también quiero escribir, pero eso va a ser más a mediano plazo, creo que podría hacerlo, pero en este momento me falta disciplina y, obviamente, formación, pero sí, me veo más grande escribiendo”, añadió.
Vida política
Aunque no siempre estuvo ligada a la política, como sí lo hizo su abuelo, el exdiputado y fundador del Partido Socialdemócrata, Marcial Aguiluz, sí tuvo claro desde niña su pasión por ayudar a los demás y construir un mejor país, gracias al ejemplo que le dieron sus padres, Isabel y Gerardo, mediante el trabajo duro y el esfuerzo por salir adelante.
Antes de ser diputada, Cambronero dedicó muchos años de su vida laboral al sector privado, comenzó trabajando a los 22 años como asistente en una planta de producción de cloro; posteriormente, laboró durante ocho años en una corporación dedicada al comercio internacional, en el área de Recursos Humanos.
Luego, trabajó en una empresa de software y tiempo después se trasladó a Montecillos, empresa de la industria cárnica, donde fue gerente de Recursos Humanos y luego gerente de puntos de venta.
Después, se vinculó con Fundes Latinoamérica, donde trabajó con más de 600 pymes en varios países de la región. Continuó en consultoría y trabajó con Fundación Crusa, MarViva y Conservación Internacional.
Durante ese periodo que se dedicó a dar consultorías, dispuso de más tiempo y comenzó a forjarse en su mente una espinita por involucrarse en la política y aportar a la sociedad. A través de un amigo conoció al también diputado, Eliécer Feinzaig y se vinculó con el PLP. Aunque no es miembro fundadora, sí fue una de las primeras en comenzar en Santa Ana, donde vive actualmente.
“Hace cuatro años, en las elecciones municipales del 2020, el PLP decidió participar en algunas alcaldías. Me pidieron que fuera candidata del cantón; les respondí que nunca había estado en política y no sabía cómo funcionaba; sin embargo, acepté organizar la estructura en el cantón y nos fue muy bien”, recordó.
Siguió incorporada al partido, participó en la construcción del plan de gobierno cuando su compañero Feinzaig se postuló como candidato presidencial. Específicamente, apoyó en la construcción de cuatro capítulos: agricultura, pesca, pymes y mujeres.
Después de eso, se postuló como diputada por el segundo lugar con San José, cargo que ocupa actualmente y que realiza “sin ningún interés en particular”, solo resolverle a la gente sus problemas y por amor al país.
“Yo creo en una política diferente, una política muy transparente, en una política donde se ejecuten cosas, donde el diálogo sea el que prevalezca”, resaltó.
Para estos dos años que le quedan en el Congreso, asegura que quiere seguir trabajando por los derechos de las mujeres, las poblaciones vulnerables, el ambiente y su gran pasión, el mar y las poblaciones costeras.
“Tengo una agenda marina que va a ser todavía más fuerte en estos dos años que quedan. Los océanos son nuestra próxima frontera, no tenemos otra más y a partir de ahí podemos desarrollar un sistema de vida totalmente diferente”, finalizó.