Ana Yanci González se coronó como Tica Linda en 1994. Desde entonces, aquello de que estas reinas de belleza saludan a cuanto hijo de vecino se encuentren, lo ha llevado a otro nivel, pues según cuenta, ella habla hasta con espíritus del más allá.
González, quien por muchos años fue periodista deportiva en medios como Monumental y Teletica, tiene un concepto de espiritualidad que sorprende y que a muchos les podría parecer una locura o charlatanería. Sin entrar en criterios sobre sus creencias, le compartimos la historia de vida que la comunicadora de 49 años relató a La Nación.
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De acuerdo con la ex-Tica Linda, ella tiene visiones sobre el futuro, puede hablar con entes espirituales, recuerda sus vidas pasadas y logra que otras personas también lo hagan. Afirma que ella es simplemente una canalizadora de mensajes que provienen de “maestros” de otro plano.
La comunicadora, quien trabajó también en organizaciones sociales como Mujer y deporte, es dueña de una empresa de consultoría de imagen y comunicación desde hace más de dos décadas.
Sin embargo, ya casi no se dedica a su negocio particular, pues desde dos años antes de la pandemia decidió poner sus dones al servicio de quienes lo requieren. Asegura tener la solvencia económica para brindar terapias gratuitas, aunque sus “maestros espirituales” le han comunicado recientemente que debería cobrar algo para poder subsistir, dedicando el 100% de su tiempo a “servir”.
Entre sus presuntas facultades sobrenaturales, está el facilitar la sanación de los males físicos y psicológicos de los demás, en terapias con diferentes técnicas, como el reiki. González asevera que toda enfermedad tiene raíz en las emociones reprimidas, de las cuales muchas se arrastran desde vidas anteriores.
En sus sesiones dice ayudar a quienes acuden a ella a hacer regresiones con encarnaciones pasadas, para liberar la carga emocional de sus otros pasos por el mundo.
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Cuenta que los guías espirituales la utilizan como un instrumento para poder visionar las vidas pasadas de la gente y que durante la terapia, le van revelando las cosas que la persona necesita saber para lograr sanar lo que le aqueja.
“Nosotros tenemos todas las vidas que sean necesarias vivir para desarrollar la conciencia. Entonces, si ocupás dos, tres, cuatro o cinco, va a depender de uno mismo, porque tenemos libre albedrío. De los grandes iluminados, solo el maestro Jesús es el único que ha venido en una única vida a esta Tierra. Solo se tiene plenitud cuando se vibra al mismo ritmo que la fuente, pero la mayoría ocupamos muchas vidas para entenderlo y cuando pasa, no se necesita volver”, comentó.
Otro elemento llamativo que promulga la experiodista es que además de los lazos de sangre, tenemos “una familia ancestral”, es decir personas con las que en vidas pasadas habríamos tenido una relación filial. Incluso, asegura que se ha topado con varios familiares ancestrales.
Además, el año pasado viajó a la Amazonía y en ese viaje, que asevera fue recomendado por sus guías del más allá, se aceptó como un canal, lo cual no había hecho antes por los dogmas que tenía interiorizados.
Como parte de esta aceptación, escribió el libro Desde la raíz: Hacia una vida simple, en el cual recopila parte de sus creencias y camino espiritual. Este puede adquirirse en la Librería Internacional, Universal y Chayfer en Belén; y en línea en el sitio web de Amazon.
Sumado a eso, tiene en camino la publicación de un segundo texto titulado Manual de crecimiento interior, el cual se presentará en 2025, entre la última semana de enero y la primera de febrero. Para más detalles puede consultar las redes sociales de Desde Adentro.
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Una niña ‘sensible’ que tardó en aceptar que era diferente
Ana Yanci González hoy habla con total apertura de su espiritualidad y facultades, a pesar de que es consciente de que puede resultar chocante para muchos. Lo sabe de primera mano, pues ella misma tardó gran parte de su vida en aceptar su visión del mundo y entregarse plenamente a ella.
Desde su infancia, en una zona rural, fue muy sensitiva respecto al plano espiritual, pero se vio atada por los dogmas de la sociedad y de su familia, que profesa fielmente la fe católica. De hecho, recuerda que muchas personas le hacían comentarios como que “brillaba mucho” y le podían tener envidia.
“Siempre fui así, por ejemplo, mis papás tenían un amigo mayor que queríamos un montón, yo lo veía como otro abuelo más y él a veces nos iba a dejar a la escuela. Hubo un momento en que yo no quería más que me dejara en la escuela y mis papás se quedaron extrañados. Yo no quería explicarles, pero fue porque había tenido la visión de un accidente. Un día fuimos de paseo con él y nos estrellamos; esa era la visión”, declaró la periodista.
Pero todo esto no la apartó de seguir el camino de muchos. Antes de su incursión en lo sobrenatural, estudió comunicación, administración y gestión deportiva. También, como muchos la recuerdan, fue modelo.
Curiosamente, al ser consultada por su trayectoria en el modelaje, asegura que ella nunca se dedicó a esto y que su paso por las pasarelas fue muy puntual y en galas de beneficencia. Además de ganar el Tica Linda en 1994, quedó como segunda finalista en el Señora Mundo 2003, organizado en Las Vegas.
“A los 18 años yo quería un carro y la forma más fácil de obtenerlo era el concurso (Tica Linda). Se dio la oportunidad y gané el carro y por ende la corona. Lo de Señora Costa Rica ya fue grande y fue más porque mi esposo y mi hijo me querían ver ahí. También quería vivir el detrás de y demostrar que se puede conseguir lo que se quiere sin necesidad de dar nada, como mucha gente siempre cree”, relató.
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Uno de los puntos de quiebre ocurrió hace un lustro, durante un viaje. Según cuenta, siempre supo que moriría joven, específicamente a los 45 años y que había pedido que fuera en el mar. Al cumplir esa edad, tuvo un accidente en aguas marinas, del que logró salir ilesa y la hizo comprender que debía poner sus dones al servicio de las personas.
“La fuente, raíz, el dios o como le queramos llamar, no está afuera sino dentro de nosotros. Por ende, si somos parte de él, tenemos la facilidad de hacer muchas cosas más. Yo realmente lo vivía, pero no lo entendía y se me fueron presentando diferentes personas que eran un poco más despiertas y quisieron ayudarme a entender, aunque yo estaba un poco cerrada”, explicó la autora.
A pesar de que sus papás viven una espiritualidad distante a la de González, con el tiempo han aceptado su perspectiva. Este proceso se ha facilitado porque la comunicadora les ha transmitido mensajes de personas fallecidas que, según ella, son dirigidos a sus padres.
También ha contribuido hechos como que, de acuerdo con Ana Yanci, algunos de sus maestros espirituales fueron en sus vidas pasadas figuras ligadas a la iglesia católica; o que, por ejemplo, Pedro Infante (artista del gusto de sus papás) la ha visitado desde el más allá y hasta serenata le ha traído.
*Este artículo contó con la gran colaboración de Patricia Esquivel, asistente administrativa de Grupo Nación, quien se encargó de recopilar y digitalizar el material de archivo.