Un estado de completo bienestar
La actividad física, una buena alimentación y el aseo personal forman parte de la ecuación "mente sana en cuerpo sano".
Levantarse temprano para hacer ejercicio en compañía de un buen play list. Regresar a casa a relajar el cuerpo con un completo ritual de higiene personal. Luego, un saludable y delicioso desayuno para empezar la jornada laboral con energía. Rutina que, al parecer, evidencia una tendencia global enfocada en la salud integral.
Este nuevo concepto es avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que define tales acciones como “un estado de completo bienestar físico, mental y social”.
En consecuencia, se trata de un estilo de vida saludable del que forman parte la alimentación, el ejercicio físico, la prevención de enfermedades, el trabajo, la relación con el medio ambiente y la actividad social.
Desde esta nueva perspectiva de vida, la higiene de todas las partes del cuerpo tiene mucho que ver, puesto que los hábitos adecuados evitan los padecimientos. Una de esas áreas que determinan cómo nos cuidamos y nos sentimos es la boca. No solo porque es ahí donde empieza el proceso digestivo, sino también porque se trata de un sector del rostro determinante desde el punto de vista estético. En la medida en que este órgano se encuentre en óptimas condiciones, nos es posible comer y hablar sin inconvenientes, así como mostrar una buena imagen.
Cuidados adecuados
A pesar del interés actual de las personas por practicar hábitos saludables, el doctor Olman Montero, director académico del Colegio de Cirujanos Dentistas de Costa Rica, comenta que aun persisten dudas acerca de cómo cuidar correctamente los dientes y el resto de la boca. Existen hábitos de higiene que deben ser diarios, mientras que otros se recomiendan cada cierto tiempo. Esta periodicidad se identifica de forma personal, con la guía de un dentista.
“Es recomendable lavarse los dientes al menos tres veces al día. Sin embargo, existen otros cuidados, como limpiezas profundas o tratamientos personalizados, que no tienen una periodicidad establecida. Dependerá de las condiciones de cada paciente. Por ejemplo, un limpieza profunda se le puede recomendar a una persona cada cuatro meses, mientras que otra la necesitará una vez al año”, afirma el representante del gremio de dentistas.
No obstante, se sugiere visitar al especialista al menos dos veces al año, para que identifique el grado de riesgo y las necesidades de cada paciente.