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El impacto ambiental de la movilidad eléctrica

Cambiar motores de combustión interna a motores 100% eléctricos en el mundo responde a una solución ambiental. En los Acuerdos de París de 2015, 195 países se comprometieron a realizar acciones para mejorar la salud del planeta.

El principal objetivo de los Acuerdos es evitar que el incremento de la temperatura media global del planeta supere los 2ºC respecto a los niveles preindustriales, y busca, además, promover esfuerzos adicionales que hagan posible que el calentamiento global no supere los 1,5ºC.

Además, los Acuerdos reconocen la necesidad de que las emisiones globales toquen techo lo antes posible. En cuanto a las sendas de reducción de emisiones a medio y largo plazo, se establece la necesidad de conseguir la neutralidad de las emisiones, o sea, un equilibrio entre las emisiones y las absorciones de gases de efecto invernadero en la segunda mitad de siglo.

El transporte que usa combustibles tiene mucho que ver en estos esfuerzos, pues es uno de los principales emisores de estos gases nocivos para el planeta. La tecnología de transporte 100% eléctrica es considerada como una de las soluciones más adecuadas que posee la humanidad para combatir el cambio climático (en materia de transporte).

Aprendamos juntos: se llaman gases de efecto invernadero (GEI) a los gases que forman parte de la atmósfera natural y antropogénica (emitidos por la actividad humana), cuya presencia contribuyen al efecto invernadero. Los principales son: vapor de agua, dióxido de carbono, metano, óxido nitroso.

Las iniciativas para multiplicar la movilidad eléctrica en países como Noruega, Francia, Reino Unido, Estados Unidos o China parten, entonces, de los Acuerdos de París.

En ellos se prometió que para 2030 habrá 100 millones de carros eléctricos en el mundo. Por ahora faltan 97 millones, pero viendo las predicciones de Bloomberg y otros estudios, llegar a 100 millones de autos eléctricos para esa fecha no es una utopía. De hecho, la Agencia Internacional de Energía augura que habrá 125 millones recorriendo las calles del mundo en 2030.

¿Cómo contaminan los vehículos de combustión interna?

Los motores de combustión interna emiten estos tipos de gases y partículas: óxidos nitrosos, monóxido de carbono, dióxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles y macropartículas.

Además, para producir la gasolina y el diésel con el que funciona el transporte convencional, muchos países usan combustibles fósiles. Se estima que cerca del 30% de los gases a efectos invernaderos que se lanzan al ozono son originados por el transporte en general. El transporte de combustión. Aquí van automóviles, camiones, buses, trenes, barcos y aviones.

¿Los autos 100% eléctricos no contaminan en absoluto?

No pero sí.

A ver, el vehículo 100% eléctrico es cero emisiones. El vehículo no contamina del todo, pero sí necesita de energía eléctrica para funcionar. Y esta energía eléctrica no siempre se produce de forma limpia. De hecho, en Estados Unidos más de la mitad de la energía eléctrica se produce con combustibles fósiles. Plop. Esto está cambiando en el mundo, pues en paralelo con los incentivos para comprar autos 100% eléctricos, también hay políticas que buscan volver las matrices de energía eléctrica lo más verdes posibles

Si el país donde se maneja el vehículo 100% eléctrico genera energía eléctrica contaminando, entonces el auto igual tendrá una relación con la contaminación. Aunque esta es menor a usar vehículos convencionales de combustión interna.

Si el país donde se maneja el vehículo 100% eléctrico genera energía eléctrica limpia, mediante centrales hidroeléctricas o eólicas, entonces no hay contaminación.

Tomando en cuenta la transición a una tecnología limpia de transporte, Costa Rica es quizás el lugar más adecuado en el mundo para ello, porque el 98.6% de la matriz de energía eléctrica proviene de fuentes renovables (agua, viento, sol, geotérmica, térmica, biomasa).

Es decir, en Costa Rica tener un carro eléctrico sí es una solución a la contaminación por transporte.