El entonces regulador Fernando Herrero avala un informe técnico para cambiar el cálculo del precio de los combustibles. Se recomienda que los costos (factor K) de Recope se reconozcan como un porcentaje, basado en el precio de importación de cada producto. Hasta entonces, se calculaban como un monto fijo. Ese año fue de ¢58 para todos los carburantes. Con el K% no se consideran los costos reales de Recope, que incluyen: seguro, flete e inventario, entre otros. Cinco meses antes, los industriales se quejaron por los precios del gas y el búnker.
Aresep aprobó cambio. Este provocó que los combustibles de mayor precio internacional y consumo (gasolinas y diésel) pagaran más por factor K, subsidiando a los de menor precio y demanda (asfalto y gas LPG). "Este cambio de modelo se justifica porque favorecería la construcción de carreteras al afectarse menos los precios futuros del asfalto y del gas licuado de petróleo, combustible utilizado en la cocción de alimentos ya que es un sustituto de la electricidad y de la leña",
Una investigación de La Nación sobre el impacto del cambio en la fórmula, hecho por la Autoridad Reguladora, determinó que entre el 2009 y setiembre del 2014, los consumidores de diésel han pagado casi ¢73.500 millones de más; los de gasolinas ¢29.500 millones extra. Entre tanto, las asfalteras han ahorrado ¢11.600 millones y los compradores de gas LPG más de ¢33.000 millones.
El Consejo Nacional de Vialidad ignora si los precios de las obras para reparar calles se redujeron a causa de la rebaja en el precio del asfalto, generada con el subsidio. Este producto ya se había beneficiado en el 2006 de otra disminución de ¢128 por litro, cuando el regulador Herrero eliminó un