PAC logró ventaja contundente en 56 cantones

Margen de victoria en esos municipios rondó entre 12 y 63 puntos porcentuales

2 de abril del 2018

La victoria del Partido Acción Ciudadana (PAC) en la segunda ronda electoral fue categórica. Carlos Alvarado, en cuestión de dos meses, logró cosechar 849.630 votos más que en la primera vuelta y ganarle a Restauración Nacional 62 de 81 cantones del país.

En 56 de estos municipios el triunfo del oficialismo fue contundente: le sacó entre 12 y 63 puntos porcentuales de ventaja a su rival. En otros seis cantones, el PAC logró una diferencia de entre 1,9 y 8,4 puntos.

En comparación, el partido liderado por Fabricio Alvarado, solamente triunfó en 19 municipios con menor cantidad de votantes y con victorias menos amplias. Las mayores diferencias las logró en Matina (48 puntos) y Talamanca (40 puntos). En 13 cantones ganó por más de 10 puntos, y el triunfo fue más estrecho en otros cuatro.

Del lado del PAC, la victoria más rotunda, con 63,3 puntos de ventaja, se registró en el cantón de Dota, que también había favorecido al PAC en la primera ronda. El partido de gobierno tiene una organización bien cimentada en ese municipio.

“Para esta segunda vuelta se afinó la organización, se hizo un trabajo casa por casa y la gente entendió el mensaje: este es un cantón agrícola y turístico; la gente tenía claro que esos dos sectores se veían amenazados con las propuestas de Restauración Nacional”, explicó Pablo Chacón, representante de Acción Ciudadana en esa localidad.

Mientras, los cantones cartagineses de Alvarado, Oreamuno, El Guarco, Paraíso y Cartago, así como los municipios de Belén, León Cortés, Tarrazú, Puriscal y Acosta los ganó por una diferencia superior a 50 puntos.

En general, este domingo los márgenes de victoria del PAC se ampliaron a 30 puntos porcentuales en promedio, 24 puntos más que en la primera ronda. En dicha ocasión, el oficialismo solamente había ganado 30 cantones.

La tendencia oficialista explica su victoria por la confluencia de esfuerzos desde tres frentes: el propio PAC, el apoyo de otros partidos políticos –especialmente la tendencia de Rodolfo Piza– y la participación de la sociedad civil organizada como el trabajo hecho por Coalición Costa Rica. En el bando contrario, Restauración Nacional atribuye su derrota a un menor apoyo del voto católico.

Territorios clave

En el balotaje, el partido de gobierno además logró arrebatar a Restauración Nacional 18 municipios que había ganado en la primera ronda.

Por su parte, la agrupación liderada por Fabricio Alvarado no conquistó ningún nuevo territorio pese a que obtuvo 300.000 votos más que en la primera vuelta.

En esta disputa, los rojiamarillos ganaron ocho de los diez cantones con mayor cantidad de electores en el país, que juntos representan el 40% de los sufragios a nivel nacional. En la primera ronda, habían perdido cinco de estos territorios frente al PRN.

La remontada del oficialismo en estos bastiones, les representó diferencias amplias de votos con respecto a su rival.

Destacan las victorias en los municipios más populosos como Cartago donde ganaron con 57,3 puntos de ventaja, Alajuela con 20, San José con 19, Desamparados con 17,6, Pérez Zeledón con 8, y Alajuelita con 3,1.

Por su parte, el PRN mantuvo el control de San Carlos, aunque con una victoria de apenas 1,9 puntos de diferencia, el margen más estrecho en todos los cantones.

El PAC también logró conquistar al electorado guanacasteco y ganó diez de 11 cantones. En primera ronda había perdido en todos y obtuvo solo 15% de votación.

Camilo Saldarriaga, gerente de campaña del PAC, explicó que durante la segunda ronda se hizo un esfuerzo multipartidista para poder revertir el resultado en esos cantones clave.

“En el caso de Alajuela jugaron un rol protagónico el actual diputado, Franklin Corella, los diputados electos y un trabajo muy importante de don Rafael Ortiz (diputado del PUSC), quien se sumó al proceso y realizó un aporte territorial tremendo. Ganamos en Pérez Zeledón, revirtiendo el resultado y en San Carlos, si bien perdimos, la diferencia fue de apenas poco más de mil votos, mientras en primera ronda la diferencia había sido de más de 10.000”, aseguró.

En la otra acera, Mario Redondo, vocero de Restauración, considera que los prejuicios religiosos minaron su tendencia durante las dos últimas semanas. “La campaña de miedo para tratar de debilitar la credibilidad de Fabricio con los católicos tuvo un rol muy importante”, afirmó.

Daniel Díaz, miembro del comando de campaña de Restauración, afirmó que no hubo diferencia en la magnitud de los esfuerzos desplegados por el PRN entre sus territorios ganadores y perdedores.

El manejo territorial del PRN se dio con el apoyo logístico de personas que habían trabajado con Liberación Nacional en la primera ronda, aunque también se unieron fuerzas de la Unidad Social Cristiana, de Alianza Democrática Cristiana y del Partido Nueva Generación.

“Hubo una estructura mucho más sólida que la de primera ronda, y se contó con más recursos administrados de una mejor manera”, dijo Díaz.

Cartago a la cabeza

La provincia de Cartago fue la que el PAC ganó de forma más contundente. En los ocho cantones de la provincia obtuvo porcentajes de votación superiores al 63% y márgenes de victoria que rondaron entre 27,7 y 59,6 puntos.

¿Qué pesó en este triunfo? Saldarriaga, lo atribuye a tres factores:

El PAC tiene una fortaleza en esa provincia, a su vez hay una presencia fuerte del sector agropecuario, al cual Carlos Alvarado ofrece un respaldo importante. Un tercer factor tiene que ver con el elemento cultural religioso.

“No es casual que, en primera ronda, una de las provincias donde Restauración tuvo menor apoyo fue Cartago. Para muchas personas la percepción de una amenaza en las declaraciones de varias figuras de Restauración Nacional sobre la Patrona de Costa Rica, posiblemente, haya jugado un papel importante no solo en Cartago sino en todo el país”, aseguró.

De acuerdo con el gerente de campaña rojiamarillo, en Cartago, en la zona de los Santos y en Guanacaste también contaron con un respaldo importante de la dirigencia base liberacionista. “Fue un apoyo que no necesariamente estaba representado en el alcalde u otras figuras, pero si por la base partidaria”, dijo.