Periodista: Gustavo Arias Retana
Video: Mariana Artavia Solano
Fotografía: John Durán, José Cordero y Alonso Tenorio
Diseño y desarrollo: Esteban Esquivel Guillén
Periodista: Gustavo Arias Retana
Video: Mariana Artavia Solano
Fotografía: John Durán, José Cordero y Alonso Tenorio
Diseño y desarrollo: Esteban Esquivel Guillén
L os motociclistas son las principales víctimas de la violencia que se vive en las calles costarricenses. Solo de enero a noviembre de este año se presentaron 195 muertes en sitio de personas que viajaban en moto, es decir unas 18 al mes, según cifras del Consejo de Seguridad Vial (Cosevi).
Las autoridades conocen la dimensión del problema, ya que no es un fenómeno nuevo. De 2012 a noviembre de este año se reportaron 1.286 muertes de motociclistas, cifra que representa el 40% de los 3.223 fallecidos del periodo en accidentes de tránsito.
Conductores experimentados y funcionarios coinciden en que detener esta epidemia pasa por lograr que las personas reaprendan a convivir en las calles. Sin embargo, las medidas para lograr ese proceso tienen poca articulación en el país y, de momento, su eficacia para frenar la masacre en carretera es imperceptible estadísticamente.
Por el contrario, el crecimiento de las muertes ligadas a la moto es constante. En 2012, fallecieron 99 personas en carretera que viajaban en ese tipo de vehículo, es decir un 51% menos que las 202 registradas en 2018.
En ese mismo periodo, el crecimiento general de muertes en carretera fue del 25%, es decir, que las víctimas que viajaban en moto crecen al doble que las generales.
Esa diferencia queda clara cuando se analiza la proporcionalidad de las muertes. En 2012, 30 de cada 100 muertos en las vías viajaban en moto, mientras que para 2018 la cifra fue de 45 de cada 100, es decir 15 más.
El peso de las motocicletas en la accidentabilidad también es claro cuando se analizan los eventos que dejan heridos. Del 2013 al 2017, el Cosevi registró unos 27.500 accidentes con heridos o muertos en que participaron motocicletas.
Es decir, que al año se registran en promedio casi 5.500 accidentes con heridos o muertos en moto, 458 al mes, 15 al día.
La mayoría de lesionados atendidos por el Instituto Nacional de Seguros (INS) bajo el amparo del Seguro Obligatorio Automotor (SOA) también son motociclistas.
En el 2018, el INS atendió casi 37.800 personas, de las cuales 20.430 fueron motociclistas, es decir el 54%. De enero a setiembre de este año ya se había atendido a 15.086 motociclistas, es decir unos 136 al mes.
Reaprender a convivir
Alexander Chaves y José Alberto Aguirre tienen un empleo de alto riesgo en Costa Rica, son carteros. El peligro al que se exponen no está relacionado con entregar paquetes, sino con el medio de transporte en que se mueven a diario: la motocicleta.
Chaves tiene 11 años de manejar moto para Correos de Costa Rica y nunca ha sufrido un accidente, mientras que Aguirre solo cuenta con un incidente en sus 23 años de carrera.
La recomendación de estos dos hombres para evitar engrosar el número de víctimas puede sonar simple, pero es muy compleja de lograr como país: hay que reaprender a convivir en las carreteras.
“Uno puede tener charlas y charlas de cómo andar en moto, pero tiene que saber comportarse en la carretera, hay gente que anda sin casco, levantando una llanta, la población tiene que colaborar comportándose en la calle. También hay choferes que se le tiran encima a la moto, que no respetan. Hay que aprender a convivir”, dice Aguirre.
La observación empírica del cartero coincide con la lectura que realiza el director de proyectos de Cosevi, Roy Rojas, sobre la convivencia entre motos y otros vehículos en las calles.
Para el funcionario, la alta accidentabilidad de los motociclistas está relacionada con que la dinámica en las calles cambió drásticamente con la explosión del uso de la moto y los conductores, en general, siguen sin adaptarse a esa realidad.
“La moto es un tema social, económico, es una herramienta de trabajo, inclusive usted ve gente de cierto nivel que está dejando el carro porque no aguantan el parqueo ni las presas, entonces la moto más que disminuir la presencia en las carreteras va a aumentar, la moto vino para quedarse y tenemos que trabajar con la moto para que la convivencia sea pacífica”, dijo Rojas.
“Reducir la velocidad porque es una de las causas más grandes de los accidentes y no consumir drogas y alcohol"
“No andar tan rápido, andar con mucha precaución y respetar las señales de tránsito, también poner direccionales y fijarse por los espejos"
"Para la ciudad usar una moto pequeña que son más ágiles, la ciudad no es para andar motos de alta cilindrada, la moto indicada para este país en la ciudad es la scooter"
Las calles cambiaron
Las cifras confirman que no era lo mismo manejar hace diez años, que hoy. La flotilla vehicular creció rápidamente y la moto se volvió central en las calles.
En 2010 el Instituto Nacional de Seguros (INS) puso al cobro 145.873 recibos de marchamo de motocicletas, mientras que en 2019 dicha cifra fue de 312.700, lo que significan unas 166.827 motos más en las calles.
Ese crecimiento fue del 53,3%, mientras que el de la flotilla vehicular en general fue del 38,5%.
Proporcionalmente, en 2010, 15 de cada 100 vehículos eran motos, mientras que en 2019 ya eran 20 de cada 100.
El aumento también se refleja en la cantidad de personas que cuentan con al menos una licencia de moto, en 2010 eran unas 311.354 personas, mientras que en el 2019 se reportan unas 482.677. Un incremento del 64,5%.
Aunque la cantidad de licencias de motocicleta va en aumento, un estudio de 2017 de la Universidad de Costa Rica (UCR) indica que el 53% de los motociclistas del país no tienen licencia, es decir no han recibido ninguna capacitación formal para manejar ese tipo de vehículo.
La investigación habla de al menos unos 312.000 motociclistas que manejan su vehículo sin licencia.
Urge educar
El veredicto de los involucrados en el tema es unánime: urge aumentar los procesos de capacitación para adultos y realizar cambios para que la formación para convivir en la calles se presente cada vez a una edad más temprana.
Un punto fundamental, según el gerente general del INS, Fernando Campos, es que los procesos con adultos deben considerar las particularidades regionales y el uso que le dan las personas a la moto dependiendo de donde vivan.
“En cada región nos encontramos con particularidades, las causas de los accidentes son muy focalizadas, por ejemplo en la zona norte y Guanacaste hay mucho accidente porque no llevan casco por un tema cultural, por falta de prevención, temas climáticos y porque la policía de tránsito concentra sus inspectores en el Gran Área Metropolitana (GAM)”, explicó Campos.
Los cantones que registran más accidentes de moto fuera de la GAM son Pérez Zeledón, Pococí, San Carlos y Puntarenas.
Precisamente, en esas zonas tanto el INS como Cosevi están concentrando esfuerzos para en alianza con empresas privadas, principalmente agroindustriales, poder desarrollar procesos de capacitación relacionados con el uso de la moto.
“Llegamos a una piñera en que 800 tienen moto y ninguno tiene licencia, ellos tienen toda la disposición y hemos llevado gente a capacitar en su lugar de trabajo y formarlos ahí, se forma a los de salud ocupacional y ellos capacitan a su gente al ritmo que pueden, es un tipo de adecuación curricular para ellos y una vez que terminan se les da el requisito, se les da el protocolo de cómo ellos pueden manejar la moto, los cuidados mecánicos, la maniobrabilidad, los equilibrios, el tipo de llantas y ahí mismo buscamos realizar las pruebas de manejo”,
explicó el director de proyectos de Cosevi.
Rojas también comentó que están en proceso de crear una unidad móvil que le facilite esas “intervenciones” fuera de la GAM
Por su parte el INS, realiza capacitaciones similares enfocadas en el manejo defensivo, los factores de riesgo particulares de cada región y las técnicas de conducción.
Además, organiza ferias preventivas en zonas como Pococí y San Carlos, en que entre otras cosas se cuenta con simuladores para atacar el tema de la conducción bajo efectos del alcohol.
Cambios lentos en las aulas
En la actualidad, los temas referentes a seguridad vial se trabajan en las escuelas y colegios de manera transversal en materias como Estudios Sociales.
Esa situación no está pronta a cambiar, según Patricia Méndez representante del Ministerio de Educación Pública en el Cosevi.
Donde más se está avanzando es en la inclusión de los contenidos del curso teórico de manejo en los planes de décimo y undécimo año, pero todavía no hay un plazo para empezarlos a aplicar.
El trabajo más intenso en las aulas se enfoca, de momento, en temas relacionados con convivencia y manejo de la violencia, áreas que repercuten directamente en las dinámicas que se dan en carretera, según Méndez.
“Hay un programa específico que se llama el programa convivir que trabaja específicamente en identificar situaciones de riesgo, hay todo un trabajo de prevención de la violencia, hay un trabajo de resolución de conflictos (...). La seguridad vial no es solo un asunto de tener claridad en conceptos asociados a la seguridad vial, sino también que tiene que ver con aprender a convivir en sociedad y de ahí que el aporte del MEP va más allá de enseñar conceptos particulares de seguridad vial”, explicó la funcionaria.
También se trabaja en el rol de la masculinidad en los accidentes de tránsito, debido a que los varones son las principales víctimas de estos incidentes.
“En el caso de los varones hay mucho estudio de que tratan de generar hazañas en la conducción y con las motocicletas ni que se diga porque eso es parte también de la conformación de la masculinidad de esta sociedad, una masculinidad que impulsa mucho a los varones a situaciones traumáticas y caóticas”, dijo Méndez.
De las 202 muertes en sitio documentadas en 2018, 179 fueron de hombres, un 88,6%.
Cambios básicos en conducción
Julio Salazar tiene 55 años de andar en moto, es instructor certificado de la Motorcycle Safety Foundation (Fundación de Seguridad de la Motocicleta de los Estados Unidos) y organiza la Convención Internacional de Motociclismo Costa Rica.
Estas son 10 recomendaciones de conducción, que bajo su criterio, podrían ayudar a bajar la accidentabilidad de los motociclistas en carretera.
1- Utilizar siempre el equipo de seguridad (casco, guantes, rodilleras, zapatos, ropa reflectiva).
2- Usar las luces intermitentes y cancelarlas cuando ya no sean necesarias.
3- Los automóviles deben tratar de manejar más cerca de las orillas para no bloquear el centro de la ruta cuando las motos tienen permitido circular por el medio.
4- Los motociclistas no deben viajar por el centro cuando no sea permitido.
5- Utilizar motos de bajo cilindraje para empezar a conducir y evitar motos grandes para moverse en el centro de la ciudad.
6- Respetar los límites de velocidad.
7- Entre motos se debe respetar el espacio (no rayar a una moto que está rayando a un carro).
8- No rayar por la derecha.
9- Conducir de forma “defensiva”, adelantándose a posibles riesgos.
10- No conducir bajo el efecto de alcohol o drogas.