Un equipo de biólogos y especialistas en comportamiento animal de diversas instituciones en Europa y Estados Unidos desentrañó los secretos del movimiento de la cola en los perros. El estudio revela que la cola, más allá de ser un apéndice trasero, es una herramienta crucial en la comunicación canina. Específicamente, la mayoría de los científicos acordó que este tipo de movimiento se utiliza para indicar la felicidad al reencontrar a un ser querido.
Un investigador de la Universidad de British Columbia explicó por qué la cola de los perros es un recurso expresivo vital. Según el experto, los ojos de los perros están especialmente sintonizados para captar los movimientos de la cola. Esto les permite interpretar de manera precisa el estado emocional de sus pares y de los humanos a su alrededor.
Los perros sin cola, a pesar de enfrentar ciertos desafíos, pueden encontrar otros modos para comunicarse. Por ejemplo, la posición de las orejas, las expresiones faciales y la postura general se vuelven esenciales para transmitir sus intenciones. En ausencia del movimiento de la cola, estos elementos adicionales ayudan a compensar la falta de una importante vía de socialización.
Los diversos sentidos de la comunicación canina
Si bien la mayoría de los científicos coincide en que una cola en movimiento suele asociarse con emociones positivas, también puede indicar otros estados emocionales. Un artículo especializado recuerda que el significado del movimiento de la cola varía según el contexto.
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Algunos de los significados contextualizados de los movimientos de la cola incluyen:
- Preparación o agitación: Cuando un perro está alerta, suele mantener las orejas erguidas y la cola levantada. Esta postura indica que el perro está preparado para confrontar lo que ha captado su atención. La cola erguida es una señal de que el perro está listo para actuar.
- Negociación: Si un perro deja de mover la cola y se queda inmóvil, intenta desviar una amenaza sin ser agresivo. Este comportamiento es común cuando un perro es acariciado por extraños y busca comunicar que no desea interactuar más.
- Agresión: Un movimiento de la cola que pasa de una posición neutral a una vertical o que se arquea sobre el lomo puede indicar agresión. Cuanto más alta está la cola, mayor es la amenaza percibida.
- Sumisión: Cuando un perro mueve la cola desde una posición neutral a una más baja, muestra sumisión y que no representa una amenaza. Si la cola está metida entre las patas traseras, el perro está asustado y pide no ser dañado. Esta posición reduce la cantidad de olor emitida por las glándulas anales y permite al perro mantenerse en un perfil bajo.
- Curiosidad: Un perro curioso mantiene la cola extendida en una posición horizontal. Este comportamiento muestra que está interesado en algo y atento a los detalles.
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La neurociencia detrás de los movimientos
Los estudios muestran que los perros mueven la cola hacia la derecha cuando están felices o seguros, y hacia la izquierda cuando están asustados. Esta asociación llevó a algunos a proponer teorías neurocientíficas.
El hemisferio izquierdo del cerebro controla el movimiento del lado derecho del cuerpo y el derecho controla el izquierdo. Así, cuando un perro mueve su cola hacia la derecha, se activa el cerebro izquierdo, mientras que el movimiento hacia la izquierda activa el cerebro derecho. El hemisferio izquierdo, asociado con emociones positivas como el amor y la serenidad, se refleja en el movimiento de la cola hacia la derecha cuando el perro está contento. Por el contrario, el hemisferio derecho, vinculado a emociones negativas como el miedo y la depresión, se manifiesta en el movimiento de la cola hacia la izquierda en situaciones de miedo o ansiedad.
El misterio de los orígenes de esta forma de comunicación
A pesar de los extensos estudios, los investigadores no lograron alcanzar un consenso claro sobre las razones exactas por las que los perros desarrollaron el hábito de mover la cola. Una hipótesis es que, durante el proceso de domesticación, el movimiento rítmico de la cola surgió como un efecto secundario de la selección de rasgos deseables, como la docilidad y la mansedumbre. Este comportamiento, que inicialmente no estaba relacionado con la comunicación, podría haberse vuelto prominente debido a la interacción.
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Otra posibilidad es que el movimiento de la cola haya sido directamente seleccionado por los humanos debido a la predisposición hacia estímulos rítmicos y visualmente atractivos. Los perros que exhiben movimientos de cola más expresivos y llamativos podrían haber sido preferidos, ya que estos comportamientos probablemente aumentaron la conexión emocional entre ellos y sus dueños.
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