La convivencia entre niños y perros puede ser una experiencia enriquecedora, pero es fundamental tomar en cuenta ciertos factores antes de integrar una mascota a la familia. La doctora Mary Carmen Freimann, del Colegio de Médicos Veterinarios de Costa Rica (Colvet), ofreció a La Nación una serie de recomendaciones para garantizar una relación segura y respetuosa entre un niño y un perro.
¿Cuándo es el mejor momento para que un niño tenga una mascota?
Según Freimann, la edad del niño es clave. Un niño pequeño, especialmente menores de cinco años, no necesita un perro para ser feliz. Adquirir un cachorro en esa etapa puede duplicar las responsabilidades de los padres. “Es necesario evaluar si tenemos el tiempo y los recursos necesarios para educar tanto al niño como al perro”, advirtió la veterinaria.
Si ya hay un perro adulto y educado en casa, la relación puede ser positiva, siempre que se supervise de manera adecuada. No obstante, tener un cachorro cuando el niño aún requiere mucha atención no es lo ideal, ya que ambos demandarán tiempo y educación simultánea.
¿Cómo influye un perro en el desarrollo de los niños?
Freimann destaca que una mascota puede aportar muchos beneficios al desarrollo emocional de un niño, pero es vital educar tanto al niño como al perro para evitar problemas. “Un perro bien educado y un niño que sabe interactuar con respeto tendrán una relación positiva”, explicó. Sin embargo, advirtió que no todos los perros toleran la energía de los niños, ni todos los niños saben cómo tratar a un perro.
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“La socialización del perro con los niños debe iniciarse desde cachorro”, enfatizó Freimann, quien destacó que ambos deben aprender a respetarse. El niño debe entender que el perro necesita su espacio, y el perro debe saber que no puede morder o saltar sobre el niño.
¿Qué razas son ideales para convivir con niños?
Algunas razas, por su temperamento, son más recomendables para convivir con niños. Freimann mencionó razas como el Golden Retriever, Labrador Retriever y Boxer, conocidas por ser pacientes y juguetonas. Sin embargo, se debe tener cuidado con el tamaño del perro, pues un perro grande podría derribar accidentalmente a un niño pequeño.
Las razas pequeñas, como los chihuahuas o pinschers, no suelen ser recomendables debido a su baja tolerancia. “Aunque puede haber excepciones, en general, las razas pequeñas no tienen mucha paciencia con los niños”, señaló la veterinaria.
¿Qué sucede con las razas grandes que tienen fama de agresivos?
Freimann aclaró que la agresividad de un perro no depende de su raza, sino de la educación que recibe. “No es justo culpar a una raza por ser agresiva. He conocido Rottweilers y Dobermans que son excelentes con niños”, afirmó. Los accidentes con mordeduras suelen ocurrir cuando el perro muestra señales previas de incomodidad. “Es esencial observar el comportamiento del perro y actuar a tiempo para evitar incidentes”, añadió.
Perros para niños con discapacidades: ¿es siempre una buena idea?
Un mito común es que cualquier perro puede ayudar a un niño con autismo o alguna discapacidad. Freimann explicó que no es recomendable adquirir un cachorro y esperar que se convierta en perro de servicio. “Los perros de servicio son entrenados por fundaciones especializadas, donde pasan años siendo socializados antes de ser entregados”, dijo. La única manera de obtener un perro de servicio es a través de estas instituciones, subrayó.
Otras opciones de mascotas para niños
No necesariamente un perro es la mejor opción para todos los niños. “Antes de decidir, los padres deben pensar en por qué quieren una mascota y qué esperan de ella”, sugirió Freimann. Gatos, peces o tortugas podrían ser alternativas más adecuadas dependiendo de las circunstancias.
Freimann concluyó que es crucial informarse bien antes de adquirir una mascota y considerar factores como espacio, tiempo y recursos económicos necesarios para su cuidado.
Consejos para una convivencia exitosa entre niños y perros:
- Educación temprana: Tanto el niño como el perro deben ser educados desde el principio. El respeto mutuo es esencial.
- Supervisión constante: Un adulto debe estar presente en las interacciones, sobre todo en los primeros años.
- Compromiso: Antes de adquirir un perro, los padres deben evaluar si tienen tiempo y recursos para su cuidado.
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Tener una mascota es una gran responsabilidad y debe ser una decisión cuidadosamente meditada. Un perro puede aportar mucho a la vida de un niño, pero solo si se toman las medidas necesarias para garantizar una convivencia segura.