Bogotá
Hace 50 años, el 15 de febrero de 1966, murió en Colombia durante su primer combate Camilo Torres Restrepo, "el cura guerrillero", que llegó al marxismo desde el cristianismo y es icono del Ejército de Liberación Nacional (ELN), grupo que sigue enconado en la lucha armada.
Su corta vida terminó a los 37 años y dejó una estela de influencia en Colombia y América Latina, pues fundó la primera facultad de Sociología en el continente tras doctorarse en la Universidad de Lovaina (Bélgica).
Su pensamiento religioso fue decisivo en la Teología de la Liberación, una doctrina católica que se consolidó en la Conferencia de Medellín de 1968 y que tuvo una fuerte presencia en todo el continente en las décadas siguientes.
Pero si algo ha quedado en Colombia es la imagen de un rebelde que nació en el seno de una familia de la alta burguesía bogotana y que decidió unirse al ELN años después de tomar los hábitos.
Más que un cura guerrillero
"En el imaginario colectivo lo que se conoce de Camilo Torres es el mote que se le puso, 'el cura guerrillero', pero tuvo mucho más que eso", explicó a Efe el profesor Ramón Fayad, director del Centro de Pensamiento que lleva el nombre del sacerdote en la Universidad Nacional de Bogotá.
Para Fayad es importante recordar esas facetas del sacerdote, por eso prepara en la universidad la "Semana Camilo Torres" en la que se exhibirán objetos personales del clérigo, mientras amigos que le conocieron en su juventud tomarán la palabra.
Camilo Torres fundó también el movimiento político "Frente Unido" que tuvo "un impacto enorme" en la sociedad de la época, según Fayad.
"Ese tipo de cosas las manejaba Camilo conceptualmente para aglutinar a esos sectores (populares) que son de enorme vigencia en la historia de Colombia", agregó.
En ese movimiento intentó unir a diferentes fuerzas políticas al margen de los tradicionales partidos Liberal y Conservador que habían formado el Frente Nacional para alternarse el poder tras años de guerra civil.
"La lucha por los pobres le llevó a la guerrilla pero también serios intereses en que desapareciera de la escena" ese movimiento político, destacó Fayad sobre las razones por las que se sumó al ELN.
Cristiano revolucionario
Ese rol lo resumió Camilo Torres en una frase: "El deber de todo cristiano es ser revolucionario, y el deber de todo revolucionario es hacer la revolución".
Un lema que queda plasmado en la Universidad Nacional, la principal pública de Colombia e inundada por grafitis con su rostro.
Uno de ellos, ubicado en la plaza principal, retrata a Torres con su sotana delante de la misma imagen como civil y luego como guerrillero, en una muestra del camino que tomó y que los apologetas del ELN pregonan para la juventud.
Sin embargo, tal y como señaló Fayad después de acercarse mucho al pensamiento de Torres, el sacerdote empujaría a los comandantes del ELN, la segunda guerrilla del país, a una mesa de negociaciones con el Gobierno para alcanzar la paz.
Desde hace dos años el Ejecutivo colombiano y los "elenos", como se llama a los integrantes del ELN, mantienen diálogos exploratorios con el fin de entablar un proceso de paz que en los últimos días parece alejarse por un recrudecimiento de los ataques de esa guerrilla.
Visión pacifista
Precisamente, los dirigentes del ELN han anunciado que esta ofensiva es en memoria de Torres, pero Fayad lo tiene claro: "Camilo era básicamente un pacifista".
"Muchos de los jóvenes de la época veían que la opción armada era la única de su momento, tal vez por el éxito de la Revolución Cubana, pero los testimonios, documentos y posiciones muestran que (Torres) se oponía a la violencia", agregó Fayad.
Torres murió en su primer combate como guerrillero, momento en el que nació un mito que el cantautor chileno Víctor Jara ayudó a expandir con "Cruz de luz", dedicada al sacerdote.
"Lo que más me interesa del mito de Camilo es que es una demostración más y muy triste de que América Latina no cree sino en héroes muertos", dijo en vida uno de sus amigos, Gabriel García Márquez.