No se trata de saberlo todo
Estimados suscriptores: ¡Bienvenidos a este espacio con recomendaciones culturales! Soy Doriam Díaz, periodista, editora y fiebre del arte y la cultura. Esta semana les ofrezco una reseña que nos comparte el multifacético y culto Fernando Chaves Espinach. Además, les cuento que tendremos una pausa de dos semanas y regresaremos en enero con fuerza.
Nadie como Peter Burke para emprender una historia de lo que no sabemos y lo que no sabemos que sabemos y lo que elegimos no saber y todas las variantes que desdibujan nuestro mundo. El eminente historiador confronta esas lagunas y enredos en Ignorancia. Una historia global (2024, Alianza Editorial) con las herramientas que lo han convertido en el más agudo examinador de nuestro conocimiento.
La pregunta inicial del libro es, claro, si puede haber un campo de estudio dedicado a la ignorancia. Burke propone llamarle agnotología, y quizá tenga razón en su urgencia. Un lugar común señala la paradoja de que somos la generación con más acceso al conocimiento en la historia humana, pero que cunde la ignorancia (y define política, salud pública, cultura y mucho más). Nuestro historiador no lo encuentra para nada raro, tras escudriñar siglos de pensamiento sobre lo que no sabemos, tanto por dificultad y torpeza como por voluntad.
Porque sí, claro que en nuestra época la figura del “ignorante voluntario” ha cobrado un papel inusitado, incluso en lo más alto de la política. ¿No flota la idea de quitar la obligatoriedad hasta a la vacuna de la polio en EE. UU.? ¿No arrojan dardos antiacadémicos todo el tiempo en redes sociales? “Los autócratas cultivan la ignorancia de aquellos sobre los que gobiernan, pero para los regímenes democráticos es una fuente constante de ansiedad”, nos dice Burke, en su recorrido por crisis políticas disparadas por el “no saber”. Pero lo cierto es que en uno y otro modelo político hay beneficios para la élite de que nadie sepa qué ocurre en ciertos recintos.
Si bien es un estudio introductorio, que roza apenas algunos temas, plantea preguntas fértiles para pensar lo que nos rodea hoy. ChatGPT se apoderó de las aulas; las habilidades manuales van en declive entre clases educadas; nos aterroriza el desorden climático, que antes era certeza. Opacidades gubernamentales y empresariales se suman a la amplitud del conocimiento para dejarnos a veces a medio camino, incapaces de actuar por falta de conocimiento. Todos somos ignorantes a nuestro modo. Lo bueno de un libro como Ignorancia es que pluraliza ese término, nos subraya sus usos y abusos, y nos deja con honda inquietud, que es la madre del descubrimiento, del saber.
|