Su celular no necesita grabar sus conversaciones, ya está un paso adelante

La mayoría de las personas alguna vez ha creído que su celular las está espiando. "Hablé de unas vacaciones y ahora me salen anuncios de vuelos por todas partes". Pero, ¿es realmente así? La respuesta, aunque podría sorprenderle, es más compleja de lo que parece. No, su celular no necesita escucharlo, ya que la tecnología predictiva puede anticipar sus deseos de formas mucho más eficientes.

La tecnología predictiva se nutre de los datos que generamos constantemente al navegar por internet, interactuar en redes sociales y hacer compras en línea. Con cada clic, cada búsqueda y cada "me gusta", los algoritmos crean un perfil detallado de usted. Este perfil permite a las empresas predecir qué productos le interesarán, qué servicios podría necesitar, e incluso, en casos extremos, si está en camino de tener un bebé antes de que usted mismo lo sepa.

 

Tecnología predictiva: ¿Por qué quieren nuestros datos?

Hace 10 años la prestigiosa revista Forbes reportó un inusual caso. Un padre entró furioso a una tienda Target: “¡Mi hija recibió esto en su correo! ¡Ella todavía está en el colegio!... Ustedes le mandan cupones de ropa y cunas de bebé. ¿Están intentando incentivarla a embarazarse?”, reclamó.

Días después, el mismo hombre reaparece en el local, a descubrir que su hija efectivamente estaba embarazada, aunque ella no había dicho nada, pues tampoco lo sabía.

¿Cómo logró Target saber del embarazo? Cada vez que usted realiza una compra, está compartiendo detalles íntimos sobre sus patrones de consumo con los minoristas, quienes estudian esta información para predecir lo que le gusta, lo que necesita y cómo incentivarlo a comprar más. Esta es una gran utilidad de la minería de datos, que llega al punto de poder predecir si una mujer está embarazada incluso antes de que ella misma lo sepa. Analizando compras históricas, como lociones sin fragancia y suplementos, Target fue capaz de asignar un “puntaje de predicción de embarazo” a sus clientas, permitiéndoles enviar cupones específicos para cada etapa de gestación.

Este tipo de hazañas se logran con grandes recolecciones de datos de calidad. Por ejemplo, Meta recopila datos relacionados a su actividad en diferentes plataformas, cuántas veces al día abre WhatsApp, así como cuáles contenidos le impulsan a comentar o reaccionar.

Esta información, que a lo largo de los años genera una gran cantidad de datos sobre usted y los demás usuarios, es valiosa porque ayuda a mejorar la experiencia en redes sociales, ayuda a hacerla más llamativa para su gusto y ayuda a brindarle anuncios relevantes a sus necesidades ya estudiadas. Esto es mucho más efectivo que espiar con un micrófono porque, ¿quién quiere escuchar lo que dicen las palabras cuando se puede saber lo que piensa la mente?

Otro de los ejemplos más increíbles es el de Cambridge Analytica, cuando datos personales fueron utilizados para influir en elecciones políticas. Este caso nos recuerda que la información que compartimos va más allá de simples compras; tiene el potencial de moldear nuestra realidad social y política. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a seguir entregando nuestra privacidad por conveniencia?

Al final del día, no es que su teléfono lo escuche, es que sabe qué quiere incluso antes de que usted lo diga. Entender cómo funcionan estos algoritmos y exigir mayor control sobre nuestros datos es clave para no perder completamente el control en esta era digital.

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