Apuesta indispensable Todos los meses desde junio del 2023 rompieron marcas de temperatura promedio en el planeta. El ritmo es mayor al esperado y supera con holgura las metas fijadas por los acuerdos de París para limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 grados Celsius sobre los niveles preindustriales. El crecimiento de la demanda energética mundial supera en mucho el desarrollo de las fuentes limpias, cuya explotación, afortunadamente, no ha dejado de aumentar. La paradoja se manifestó en las elecciones estadounidenses donde los republicanos, impulsores de la economía del carbono y críticos de las energías renovables promovidas por la administración demócrata, debieron reconocer que nunca antes se había extraído tantos hidrocarburos como en los cuatro años de gobierno de Joe Biden. El desequilibrio podría crecer si en lugar de acelerar la explotación de fuentes renovables la nueva administración estadounidense siguiera su inclinación por los hidrocarburos. A juzgar por el principal nombramiento ambiental del futuro gobierno, la suerte está echada a favor de las emisiones de gases de efecto invernadero. Lee Zeldin, nueva cabeza de la agencia de protección ambiental, se asegurará de aplicar rápidas decisiones de desregulación para “desencadenar el poder de los negocios estadounidenses”, mientras conserva altos estándares ambientales, incluyendo el agua y el aire más limpios del planeta, dijo el presidente electo. Pero el problema urgente es el calentamiento global y guarda poca relación con la pureza del agua y del aire en sentido tradicional. La desregulación, por otra parte, es un aspecto mucho más claro de la misión de Zeldin. En el marco del mensaje general de la nueva administración solo puede significar el levantamiento de limitaciones a la explotación de hidrocarburos mientras se suprimen incentivos y normas para estimular el desarrollo de fuentes renovables. La primera administración Trump abandonó los acuerdos de París. Biden restituyó la participación estadounidense en el convenio, pero todo hace prever otra renuncia cuando los republicanos recuperen las riendas del gobierno. Estados Unidos es el principal responsable histórico de la acumulación de gases de efecto invernadero, pero sus emisiones actuales rondan el 13,5 % del total. La ideología de “America first” es reacia a encarar responsabilidades históricas y propensa a aplicar una lógica transaccional a los problemas. Desde esa perspectiva, negarse las oportunidades derivadas de la explotación de hidrocarburos mientras los rivales, como China, emiten casi el doble, es dejarse tomar el pelo. No obstante, las emisiones estadounidenses duplican las de los 28 países de la Unión Europea. También superan ampliamente las de gran cantidad de naciones en desarrollo. En cualquier caso, las comparaciones tienen una utilidad limitada cuando entendemos que nadie se salva del acelerado calentamiento del planeta. Es indispensable apostar a la energía limpia para que se deje de perder la carrera con el carbono. |
Laboró en la revista Rumbo, La Nación y Al Día, del cual fue director cinco años. Regresó a La Nación en el 2002 para ocupar la jefatura de redacción. En el 2014 asumió la Edición General de GN Medios y la Dirección de La Nación. Abogado de la Universidad de Costa Rica y Máster en Periodismo por la Universidad de Columbia, en Nueva York. |