Brasil elegirá este domingo a su próximo presidente en una contienda que se vive con altas dosis de polarización, en parte, por causa y efecto de las noticias falsas, que en el contexto brasileño, tienen como gran protagonista a WhatsApp.
A eso se le suma, que los brasileños elegirán entre dos candidatos con posturas totalmente disímiles, que tensan aún más el ambiente.
Por un lado, está el controversial candidato de derecha Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal, quien abiertamente se manifestó a favor de torturadores y dictadores y en contra de los derechos de la población gay. Al tiempo que ha hecho comentarios racistas.
Y por el otro lado, está Fernando Haddad, del desprestigiado Partido de los Trabajadores, quien a última hora anunció su candidatura, luego de que el líder histórico de la agrupación, Luiz Inácio Lula da Silva, no pudiera postularse por las pesquisas sobre aparentes actos de corrupción que lo mantienen en la cárcel.
La corresponsal del periódico Folha de S.Paulo para Latinoamérica, Sylvia Colombo, considera que WhatsApp afectó drásticamente la discusión política durante la presente campaña.
Según Colombo, la manera en la que operan las cadenas y grupos en el contexto brasileño para distribuir noticias falsas es inédita e incluso, financiada por sectores económicos y políticos.
Se aprovechan que esa red de mensajería es usada masívamente en Brasil y existen pocas herramientas para fiscalizar y/o corroborar la veracidad de la información que por ahí se envía.
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Un criterio similar tiene la expresidenta Laura Chinchilla (2010-2014), quien es la jefa de la misión electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Brasil. Ella se refirió al preocupante impacto que tienen las noticias falsas y su aliado ideal, WhatsApp, en la contienda.
“El fenómeno de las noticias falsas está tomando por sorpresa a casi todas las democracias del mundo y lo que estamos encontrando es que las autoridades muchas veces están sobrepasadas. Es un fenómeno muy reciente y además de magnitudes que quizás no se habían considerado (...).
"Lo nuevo que ocurre en Brasil, para lo que no estaban preparados, es que (la difusión masiva de noticias falsas) se mueve desde las redes públicas hacia las privadas como WhatsApp”, declaró Chinchilla, este jueves, en Sao Paulo.
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La desinformación mediante WhatsApp viene de ambos bandos, pero según Sylvia Colombo, de Folha de S.Paulo, es claro que Bolsonaro es el mayor beneficiado, ya que hasta el momento, lidera todas las encuestas de intención de voto.
“La discusión pública ha sido muy afectada en estas elecciones por WhatsApp y ese fue el medio elegido por los seguidores de Bolsonaro para difundir noticias falsas y hacer toda la propaganda de su candidato, estas cadenas hicieron que la popularidad de Bolsonaro se potencializara mucho”, comentó Colombo a La Nación.
¿Qué se sabe del funcionamiento?
Un análisis realizado por los verificadores de la Agencia Lupa a 374 grupos de WhatsApp relacionados con la elección, reveló que de las 50 imágenes más compartidas, entre el 16 de agosto y el 7 de octubre de 2018, solo cuatro eran reales.
Además, una investigación realizada por el diario Folha descubrió que un grupo de 156 empresarios brasileños, relacionados con Bolsonaro, financian bombardeos mediante WhatsApp utilizando grupos y cadenas de difusión para distribuir mensajes con información falsa contra Haddad.
Según Folha, los empresarios compraron un servicio llamado “disparo en masa”, que se realiza usando la base de datos del propio candidato y bases vendidas por agencias de estrategia digital.
Por ejemplo, los seguidores de Bolsonaro utilizan fotografías del fallecido expresidente cubano Fidel Castro y la exmandataria Dilma Rouseff para afirmar que la brasileña fue “estudiante del socialismo”.
O bien, envían mensajes en los que se asegura que Haddad distribuyó un “kit gay” para niños menores de seis años, cuando fue ministro de Educación. En realidad él lo que promovió fue un programa llamado “Escuela sin homofobia”, que buscaba formar a los profesores en temas como el respeto a la diversidad. Sin embargo, la iniciativa nunca vio la luz por presión de los diputados evangélicos del parlamento brasileño.
Por su parte, la tendencia en el bando de Haddad es distorsionar las posiciones de Bolsonaro en cuanto a impuestos y salario mínimo, usando información exagerada. Así como distribuir teorías de conspiración, por ejemplo la que asegura que Bolsonaro fingió el ataque en que fue apuñalado a inicios de setiembre.
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Según datos de la encuestadora brasileña Datafolha, WhatsApp es la red más popular en Brasil, la utiliza el 66% de la población y un 44% de los votantes brasileños la emplean como su vía principal para consumir información política.
El papel de la red es potenciado por el hecho de que en la mayoría de operadoras telefónicas su uso es gratuito, aún para usuarios que no cuentan con un plan de datos, lo que le da ventaja sobre otras plataformas como Twitter o Facebook.
La mayor acción para evitar la difusión de contenidos falsos tomada por WhatsApp, durante los últimos meses, fue limitar la función para reenviar mensajes. La medida llegó luego de que la difusión de rumores causara linchamientos masivos en India, país donde se redujo los reenvíos a cinco por mensaje, mientras que globalmente se limitaron a 20.
Sin embargo, las posibilidades de fiscalizar la plataforma son pocas, debido a que se trata de una red para la comunicación privada. Los mensajes que se envían están encriptados, por lo que WhatsApp no tiene ningún control sobre el contenido que se distribuye.