Como dice el autor J. A. Michener, "el Caribe es uno de los mares más majestuosos del mundo, rara joya entre océanos, demarcado por numerosas islas que forman una cadena de bellas gemas al norte: Cuba, Haití, Republica Dominicana, Antigua, Guadalupe, etc. Y la costa sur formada por Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Belice y la península de Yucatán".
Se ha llamado al Caribe "el Mediterráneo de América": ambos están delimitados por tierra y son de tamaño casi idéntico: el primero tiene 2.519.660 kilómetros cuadrados, el Caribe 2.525.640. Igualmente, ambos han tenido gran importancia histórica, bellamente resumida por el gran autor colombiano Germán Arciniegas:
"En el mar Caribe ocurrió el descubrimiento y se inicio la conquista. Cuando llegaron las naves de Colón, el Caribe pasó de súbito a ser el cruce de todos los caminos. Por primera vez los pueblos de este hemisferio se vieron las caras. Y se vieron las caras los de todo el mundo. De Europa llegaron los que venían a hacer su historia, a soltar al viento una poesía nueva. El Caribe empezó a ensancharse y fue el mar del Nuevo Mundo".
Hoy el Caribe sigue siendo aventura, poesía y lugar a descubrir. El turista internacional no se habrá graduado mientras no visite el Caribe. No obstante, nos empeñamos en llamar Atlántico al precioso Caribe y así desechamos nuestro lugar en la historia y en el más grande negocio actual.
Gran aporte haría el actual Gobierno si, antes de finalizar su período, decreta el cambio de nombre de Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva), por un correcto Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico del Caribe (Japdeca). Y también Liberación Nacional, si cambiara las vallas de campaña en que dice "el Atlántico merece estar mejor" por un más apropiado y atractivo "el Caribe merece estar mejor".