Trabajo desde el 2016 en el hotel Taormina, ubicado en barrio Amón. El 1.° de abril del 2020 nos mandaron a todos para la casa con suspensión de contrato debido al cierre para mitigar la propagación de la covid-19.
Me han mandado tres prórrogas, pero el negocio reabrió sus puertas en noviembre del 2020. A finales de diciembre, llamaron a un grupo a trabajar nuevamente y les pagaron su liquidación para empezar con contratos nuevos.
El hotel está laborando al 100 %, pero a mí me dijeron que no regresaría hasta el 31 de marzo del 2021; sin embargo, me enviaron otra notificación en la cual me informan de que estaré suspendido durante tres meses más. Para esa fecha yo esperaba que me reinstalaran en mi puesto de cocinero y acabaría con un año sin recibir salario y sin seguro social.
Ni me devuelven al puesto de cocinero ni me pagan la liquidación. El Ministerio de Trabajo no ha hecho nada, absolutamente nada. Tengo tres hijos y he tenido que trabajar en la calle y hasta con Uber. No me emplean otras compañías porque se dan cuenta de que estoy atado a un contrato laboral. Solo quiero mis prestaciones de ley para cerrar este capítulo.
Marco Vinicio Picado Gómez, San José
Pensión sin alza
Las pensiones del Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) no aumentan desde el 2018 por razones que nadie nos ha comunicado.
¿Creerán que nosotros, los viejos, ya no comemos, ya no vestimos, ya no compramos nada ni necesitamos nada? El costo de vida es reconocido en los salarios mínimos pagados por las empresas privadas año tras año, y ni que decir de los empleados públicos. Las pensiones de lujo y demás regímenes que cobijan a los privilegiados de este país sí aumentan. Qué envidia.
¿Qué han hecho la Defensoría de los Habitantes, el Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor, los diputados, lo sindicatos de la salud y cuantos se declaran defensores del pueblo para ayudar a esta población?
¿Querrán la Junta Directiva de la Caja y su Gerencia de Pensiones vernos protestando en sus flamantes edificios o pensarán que por ser viejos ya no merecemos nada, y más bien somos una carga para la institución? Colegio de Abogados, brinde su ayuda y obligue a hacer cambios en la ley, con el fin de que se nos respeten nuestros derechos, ganados a lo largo de muchos años de vida laboral.
Guillermo Guzmán Arrieta, Paraíso de Cartago
Saldo de deuda
He pedido en varias ocasiones a los empleados de Beto le Presta mi estado de cuenta, y son peros y peros para nunca entregármela. Tengo mis dudas con respecto al saldo de mi operación.
Raúl Eduardo Matos Elles, Desamparados
Ebáis venido a menos
El Ebáis administrado por Coopesana, ubicado en las inmediaciones de la iglesia de San Francisco de Dos Ríos, era uno de los mejores de San José, pero eso cambió hace tres meses, cuando aceptaron atender a personas de otros centros de salud públicos.
El servicio es deficiente, la atención es un caos. Antes uno entregaba la receta en la mañana y retiraba los medicamentos en la tarde, y si entregaba la receta en la tarde a la mañana siguiente iba por las medicinas.
Actualmente, tardan una semana en entregar los fármacos, las filas son enormes. Anteriormente, luego de la cita con el médico o la médica, uno iba directamente a la secretaría.
Tras el cambio, debo salir del Ebáis y hacer una larga fila bajo el sol, en la acera, y para tramitar una cita debo madrugar y arriesgarme a que me asalten, como ha ocurrido a quienes van más temprano. Ojalá la Contraloría arregle la situación o concesione la administración a una cooperativa mas eficiente.
Jorge Bernal Villalta Mora, San Francisco de Dos Ríos
Fallo plausible
Aplaudo la decisión del Tribunal Contencioso-Administrativo que no permite construcciones en el refugio Ostional, pues atenta contra la flora y fauna, pero, principalmente, contra la tortuga lora.
Lo permitieron en La Fortuna y Jacó, donde botaron montañas, aguacatillos y alimento de lapas para levantar torres de horribles edificaciones, que taparon la belleza natural.
Marjorie González Gómez, San José