En junio pasado, después de seis meses de retraso y una compensación insuficiente, recibí mi casa en el condominio El Cafeto, construido por Desarrollos Técnicos. Desde el momento en que llegué a vivir en la casa, noté que, debido a un error de diseño, no es posible cerrar una de las puertas, ya que no tuvieron en cuenta el tamaño del centro de lavado. Pese a que he intentado comunicarme con la empresa en múltiples ocasiones y he ofrecido soluciones, no han respondido.
Juan Carlos Valerio Rojas, Belén de Heredia
Cobro de cafés
La pantalla de la máquina de café instalada en el lugar donde trabajo, en la Universidad Fidélitas, reportó un fallo en el pago y, por lo tanto, no dispensó el producto. Sin embargo, recibí la notificación de que se descontó el monto de mi tarjeta. Escribí a la empresa según lo indicado en el código QR, pero no he recibido el reintegro.
Lo mismo me pasó en el Tennis Club con la misma tarjeta el fin de semana, con tan mala suerte que la notificación del banco llegó en la noche, cuando no tenía el QR de la máquina expendedora para enviar la queja.
No sé qué problemas habrá entre la empresa y el banco, solo sé que dos veces me he quedado sin café y en ambas ocasiones me lo han cobrado.
Ana Gabriela Brenes Araya, Heredia
Sorpresa municipal
La Municipalidad de Belén aparece en los primeros lugares en varios ránquines de gestión. Sin embargo, permaneció cerrada el 8 de enero. Mientras la mayoría de las instituciones y empresas regresaron después de las merecidas vacaciones de fin y principio de año, la Municipalidad amplió las suyas un día más por razones desconocidas, y en mi opinión injustificables.
Busqué en la página de Facebook de la Alcaldía si había alguna advertencia sobre este cierre durante la cuesta de enero y no encontré nada al respecto. Buscando alguna razón, solo se me ocurre que la alcaldesa necesitaba un día más para impulsar su salida, todo a costa de la cadena de retrasos que un cierre conlleva.
William Murillo Montero, Belén de Heredia
Agradecimiento
Gracias a los funcionarios del ICE Jorge Araya y Francisco Meoño, quienes amablemente corrigieron una avería en el servicio de Kölbi en mi casa el 8 de enero. Además de arreglar el desperfecto, don Jorge, paciente y cortésmente, me explicó cómo utilizar el control del televisor para ver los partidos de fútbol y las películas que tanto me encantan. Amables, serviciales y eficientes. Se necesitan más personas como estas.
Franklin Ávalos Segura, Tibás
Programa de alcaldes
Resulta imposible para los electores conocer los programas de los aspirantes antes de las votaciones municipales de febrero, dado que la información no está disponible en las aplicaciones del Tribunal Supremo de Elecciones. Me toca votar en el cantón Central de San José, donde hay 13 candidatos, y no cuento con argumentos mínimos para saber elegir.
El TSE debió diseñar un esquema básico que resuma los elementos de un programa de la administración de una municipalidad. Se vuelve una odisea para los votantes analizar los argumentos que les permitan seleccionar al candidato que cumpla con las variables que satisfagan sus expectativas para el progreso de su cantón si solamente tienen el nombre del candidato y el partido político.
Los candidatos deberían hacer un esfuerzo final para dar a conocer sus programas o por lo menos los elementos trascendentes de su currículum.
José Rugama Hernández, San José
Dietas municipales
Sobre las dietas, el Código Municipal condiciona las alzas a un máximo del 20 % y que “el presupuesto municipal haya aumentado en relación con el precedente”. Sin embargo, el presupuesto puede aumentar de varias maneras, por ejemplo, si un año la municipalidad presupuesta ¢1 millón, pero solo ejecuta ¢700.000. Al año siguiente, los ingresos ordinarios incluso se pueden reducir a ¢900.000, pero, dado que se suman como “ingresos” los ¢300.000, el nuevo presupuesto será de ¢1,2 millones. Un aumento del 20 % y ya es posible aumentar las dietas.
Resulta así que existe un portillo que, además de facilitar condiciones para incrementar las dietas, constituye un premio a la “subejecución” presupuestaria y la “ineficiencia” de la municipalidad. Cuanto mayor sea el “sobrante”, más fácil será aplicar aumentos presupuestarios. ¿Cascabel para el gato?
Jorge Herrera Fernández, Alajuela
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