Cartas

Navidad en setiembre

Lea hoy sobre el espíritu navideño, una supuesta mano peluda, una comparación rayana en el ridículo, un reconocimiento y una observación sobre la conferencia presidencial de los miércoles.

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Mirando a través de la niebla del tiempo, recuerdo que en mi infancia la Navidad se celebraba única y exclusivamente en diciembre. Era un gozo, una exaltación del alma y una risueña alegría acumular todas las emociones durante un mes que se nos hacía eterno, para culminar con la noche del 24 de diciembre. No importaba si lucíamos la misma ropa vieja del año pasado; lo que primaba era el auténtico fervor tradicional, la camaradería, la solidaridad y el amor familiar. Hoy me entero de que una famosa empresa nacional ¡adelantó la Navidad a setiembre! ¡Por Dios!, no nos dieron tiempo ni de terminar de celebrar el Mes de la Patria. El auténtico espíritu navideño jamás podrá ser suplantado por un codicioso consumismo, ni por simples intereses mercantiles, ni por banales objetos materiales que pretendan llenar el vacío de una sociedad sin rumbo. ¡La Navidad jamás podrá ser una tendencia!








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