La Constitución Política es la columna vertebral de los derechos y deberes. Es el máximo instrumento jurídico de la nación y no debe transgredirse. Aquellos ciudadanos o políticos que ignoren esos postulados no son merecedores de gobernar este país de paz, justicia, libertad y solidaridad.
Álvaro Vallejo Fuentes, Heredia
Deterioro de la lengua
Resulta molesto y alarmante el mal empleo del lenguaje oral en dos sectores que tienen influencia directa en grandes masas de la población: los periodistas de las cadenas de televisión y los docentes.
No solo las nuevas generaciones, sino también los que estamos expuestos a los medios de comunicación escuchamos con frecuencia errores tan conocidos como decir “hubieron” en vez de “hubo” y “habían” en vez de “había”.
He notado que un periodista dice “vistes” en lugar de “viste”, “estudiastes” por “estudiaste”; siempre agrega la ese a las conjugaciones verbales del pretérito indefinido del pronombre vos. Oí a una maestra de Educación Física que decía a los escolares “páresen” y “siéntesen”. Son los errores más comunes, pero hay más.
Hago un llamado a los filólogos para que ejerzan influencia ante las universidades formadoras de educadores y periodistas, con el fin de que incluyan en sus cursos uno sobre el buen uso del idioma.
Ana Isabel Vargas Dengo, Montes de Oca
Solipsismo
Se entiende por solipsismo la forma infantil de subjetivismo extremo, en el cual la conciencia de cada uno decide la verdad sobre un hecho del acontecer. Que adultos sigan sosteniendo este prejuicio de los primeros ocho años de vida demuestra que crecieron en cuerpo, pero el espejo les quedó a la altura del ombligo.
Francisco Barrientos Barrientos, Coronado
Sopa de letras
La Nación del 5 de mayo, en el juego sopa de letras, escoge siete escritores famosos, y en esa lista escasamente alcanzan los primeros peldaños de la fama Oscar Wilde y Franz Kafka, los demás apenas pisaron el dintel de la fama.
El autor del entretenimiento se olvidó de Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare, dos íconos insuperables en sus respectivos idiomas; a Rabelais, autor de Gargantúa y Pantagruel, exponente brillante de las letras francesas, tampoco le alcanzaron los méritos para ser famoso.
Para quien elabora el juego, no merecieron figurar en esa lista ninguno de los nobeles de literatura latinoamericanos, como Miguel Ángel Asturias, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Mario Vargas Llosa y Gabriela Mistral; tampoco halló mérito suficiente en Isabel Allende. Desde luego que Camilo José Cela tampoco alcanzó a clasificarse. En gustos no hay disgustos.
Camilo Cifuentes Correa, Atenas
Tres poderes
Mientras el país afronta infinidad de problemas y clama por atención, es triste que el presidente haga una rabieta contra los otros dos poderes. Si todavía no entiende que los tres tienen voz en las decisiones, es hora de cambiar de actitud.
Ahora, para satisfacer sus deseos, quiere el voto del pueblo por la vía del referendo. Olvida que ganó por poco margen y en una elección cuyo financiamiento hasta el momento está poco claro.
Queremos soluciones para acabar con el crimen, el poder de los narcos, el tráfico estancado durante horas, el agua contaminada, las listas de espera, el estancamiento de la educación, etc. Somos una democracia de tres poderes, no de uno, donde se presume que trabajan juntos.
Jean Redmond, San Vicente de Moravia
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