Este es el resultado de un ciudadano que estudió los hechos que llevaron al colapso del Seguro Social. Las recientes publicaciones de La Nación, sobre el uso de dinero de la reserva, confirman lo que se advirtió hace muchísimos años y las falacias oficiales de quienes ahora se dicen preocupados, pero ayer pregonaban bonanza y larga vida.
Políticos, jerarcas y gremios quebraron el régimen. Sin embargo, el hallazgo más sorprendente es que a nadie le importa la suerte de los pacientes en lista de espera o las calamidades futuras que afrontarán los pensionados. ¡Ni siquiera a ellos mismos les desvela!
Para mayor infortunio, en las manos políticas que juegan en canchas electorales, estos asuntos no son más que instrumentos para forjar un triunfo o caer en la derrota. Aun así, guardo la esperanza de que algún día alguien, en un arrebato de curiosidad, le dé una ojeada.
Jorge Herrera Fernández, Alajuela
Adultos mayores
Por los que ya cruzamos el umbral de la expectativa de vida, a los que no nos dan trabajo, nos abandonan en asilos y hospitales, con autoridad levanto la voz y pido a los gobernantes responsabilidad, compromiso, solidaridad y, sobre todo, honradez. Es hora de que pongan plazo a la irresponsabilidad en educación, seguridad y salud.
Abandonen los discursos populistas del dejar hacer y dejar pasar. En educación, es reiterativo lo atinente a contenidos. ¿A quién se le ocurre enseñar sobre los viajes de Colón y las conquistas de Bonaparte a alumnos de quinto grado?
La galopante inseguridad se sabe quién y qué la origina, pero sospechosamente se cambian controles. La CCSS es un barco sin timón, lleno de piratas y no nos ofrece más que desconsuelo y listas de espera a los que no podemos costear la medicina privada.
Milton González Castro, Cartago
Cobro de intereses
Es inaudito que el centro de atención de Scotiabank esté en Colombia y sus colaboradores desconozcan muchas cosas de nuestro país. Los pagos de la tarjeta los efectúo el 28 de cada mes, pero en setiembre adelantaron la fecha al 26, por lo que el 27, después de tres intentos fallidos, logré que me contestaran y me juraron que por ser buena clienta no iban a cobrar intereses ni a mi tarjeta ni a la de mi marido.
Sin embargo, me los cobraron. Es frustrante la “entrevista” con incontables preguntas para que al final la máquina indique que no pasé el filtro. No se puede hacer gestiones de la propia cuenta en las sucursales. Escribí a los departamentos de servicio al cliente y consolidados, y tampoco han respondido.
Bettyna Torres Orellana
Goicoechea
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