Como he explicado en varios artículos, una sindemia se define como la sinergia de epidemias en un contexto de inequidades sociales y ambientales.
Una comisión investigadora de la revista «The Lancet» analizó la obesidad, la desnutrición y el cambio climático, existentes en forma simultánea en tiempo y espacio y cuyos elementos interaccionan y poseen mecanismos causales comunes.
La relación entre el ambiente, la nutrición y la salud humana obliga a tratar la malnutrición (que incluye obesidad, desnutrición y riesgos dietéticos asociados a varias enfermedades no transmisibles) como la principal causa del deterioro de la salud en el mundo, es decir, el vínculo entre el cambio climático y el estado ambiental podría derivar en inseguridad alimentaria y la consecuente mortalidad debida a olas de calor e inundaciones.
La sinergia entre esos tres factores sería causa también de ciertas enfermedades crónicas, e incluso favorecedora de la propagación de virus, lo cual afecta principalmente a las naciones en desarrollo y sus poblaciones más pobres.
La interacción entre la obesidad y el cambio climático, por ejemplo, repercute en el sistema alimentario, como resultado de la cantidad y severidad de tormentas, inundaciones y sequías, con impactos negativos en cultivos y la calidad de los alimentos; esta última actividad es, junto con la ganadería, una de las grandes emisoras de gases de efecto invernadero mundial.
Resulta paradójico que, habiendo alimentos suficientes para todos, un tercio de la población esté desnutrida. En muchas latitudes, las frutas y hortalizas no son asequibles y la gente consume comidas procesadas, origen de la obesidad, lo que a su vez agrava las enfermedades crónicas (como diabetes) y algunas afecciones respiratorias (como la covid-19).
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Aunado a lo anterior, los sistemas de transporte y el deficiente diseño urbano originan embotellamientos y, con ello, la emisión de gases de efecto invernadero.
Es fundamental pensar en forma holística y ver el fenómeno moderno como una sindemia, por lo que resulta sabio promover acciones planetarias, nacionales y locales para combatirla.
Para atender esta —hasta el momento intangible— sindemia y otras futuras, las agencias internacionales y nacionales deben reforzar la gobernanza a fin de poner en marcha políticas y cumplir tratados internacionales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención sobre los Derechos del Niño y los objetivos de desarrollo sostenible.
En el caso de la actual crisis sanitaria, la Organización Mundial de la Salud y las autoridades de cada nación deberán dar un paso trascendental: aceptar con humildad el error y declarar la sindemia, lo que coadyuvará a atender la situación mirando el bosque y no solamente el árbol.
El autor es salubrista público.