Columnistas

De cómo la intuición humana (y no una máquina) salvó al mundo

Lo ocurrido en la madrugada del 26 de setiembre de 1983, con el teniente coronel soviético Stalinav Petrov como protagonista, bien pudo haber terminado de forma muy diferente

EscucharEscuchar

Pertenecemos a la primera generación en este planeta que podría ser reemplazada por entidades inteligentes no humanas. Desde hace tiempo, al navegar por Internet, le indicamos a una máquina que no somos iguales que ella, mediante una especie de declaración digital de buena fe en una casilla. A veces, se nos pide que señalemos en cuáles cuadros hay un carro, una bicicleta, un semáforo u otro objeto, lo que supone un esfuerzo mínimo adicional, que una inteligencia artificial podría realizar, pero se supone que el desplazamiento de la mano en ese movimiento implica algo que todavía no puede replicar ningún artefacto (característica muy primate). Entonces, un robot nos certifica como humanos, mediante un proceso aparentemente inocuo.

En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.