Desde la aprobación del paquete fiscal, la nota crediticia del país ha sido rebajada por las tres principales calificadoras de riesgo, el Banco Central confirmó que el año pasado la economía creció apenas un 2,7 % –la tercera tasa más baja en lo que va de siglo–, el desempleo llegó al 12 % y según un sondeo de la UCR, las expectativas de contratación de las empresas son negativas. Ante este magro panorama, cabe preguntarse, ¿qué se hizo la agenda de reactivación económica del gobierno?
La encuesta de la UCR indica que la renuencia de los empresarios a hacer contrataciones radica en gran medida en los altos costos de operación del país, especialmente, en tres elementos: insumos de producción, electricidad y mano de obra. Esto no toma por sorpresa a nadie: son trabas ampliamente documentadas, pero por algún motivo no se hace nada para corregirlas. Por ejemplo, ¿qué está proponiendo la administración Alvarado en esos tres rubros particulares?
Ello no quiere decir que el gobierno esté cruzado de brazos. Invocando el “respeto a la soberanía”, pretende cobrarle a Uber ¢8.299 millones tan solo para permitirle seguir operando en el país, eso sin mencionar los altos impuestos que plantea meterle al servicio y que le restarían atractivo. El Ejecutivo ha modificado a última hora el proyecto sobre educación dual para que dicho modelo involucre una relación laboral entre estudiantes y empresas. Según la Uccaep, ninguna compañía participaría en el programa si eso queda así, lo cual daría al traste con una de las reformas más prometedoras para combatir el alto desempleo.
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Cuando algunos se hacían ilusiones con la retórica de reforma institucional y la perspectiva de cerrar entes estatales obsoletos, el CNP plantea una alianza estratégica con Recope para montar una planta para producir etanol, de ¢6.000 millones. ¿Qué podría salir mal de un matrimonio entre dos elefantes blancos? Según los mismos estudios de factibilidad de la refinadora, la mezcla con etanol encarecerá el costo de la gasolina y dañará gran parte de la flota vehicular.
Las señales son bastante claras. Es hora de dejarnos de ilusiones y caer en cuenta de que con este gobierno no nos espera la ansiada reactivación económica.
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El autor es analista de políticas públicas.