La respuesta a las necesidades de los jóvenes de Centroamérica es la formación para el trabajo. Existe la necesidad de una capacitación urgente para ejecutar labores adaptadas al cambio tecnológico y así obtener un ingreso inmediato.
Un bienestar como el descrito solo se consigue por medio de la educación dual: la preparación teórica sumada a la capacitación práctica debidamente diseñada. Pero para llegar a este punto se necesita reparar numerosos daños en el proceso educativo y asimilar muchos faltantes.
Se trata, ciertamente, de ponernos a pensar y a trabajar con rapidez en beneficio de los jóvenes de ahora, no del mañana. El primer componente es capacitar para el trabajo bien hecho y, el segundo, la formación humana para ejercerlo. Todo joven debe ser capaz de construir una sociedad en paz y con diálogo. Ambos elementos son fundamentales.
Educación con futuro. La falta de trabajo para los jóvenes es el déficit de América Latina y el Caribe con la sociedad hemisférica, así lo ha destacado la Organización Internacional del Trabajo.
El modelo educativo de formación profesional, en vigor en muchas naciones y también en Costa Rica, por medio del acuerdo entre el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), la Cámara de Industrias, la Asociación de Empresarios para el Desarrollo y la Fundación Konrad Adenauer, promete ciertamente una experiencia valiosa, procedente de Alemania, en donde existe el modelo de educación dual, que da luz innovadora a los jóvenes, desde una tradición de 500 años.
Aquí se trata de adaptar una experiencia exitosa a nuestras necesidades a fin de que sea un aporte novedoso para los muchachos. Gracias a este sistema, Europa ha podido reducir el desempleo.
La educación dual esta teniendo mucho éxito, por ejemplo en México, donde la utiliza su industria automovilística. El mundo va avanzando en la búsqueda de nuevas oportunidades de trabajo mediante este sistema, el cual se adapta con facilidad a los cambios tecnológicos, cuya detención es imposible.
Nadie será explotado ni obligado a nada, como afirman algunos. Se trata de avanzar con inteligencia hacia nuevos modelos educativos, que aún falta poner en práctica en Costa Rica y han sido muy bien recomendados por sindicatos alemanes que entienden la importancia de formar a las poblaciones estudiantiles.
Tal madurez social requiere superar los resultados negativos en matemáticas, ciencias y lectura, que han dado las evaluaciones internacionales desde los exámenes internacionales que hace la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Ante la innovación. La formación de los jóvenes debe cambiar, pues nacen nuevas técnicas y se están suprimiendo trabajos. Están surgiendo muchas nuevas labores que hasta hace muy pocos años no existían. La automatización de las oficinas, de la banca, en España, por ejemplo, ha reducido los puestos de trabajo en aproximadamente 90.000 debido a los cambios tecnológicos, pero igualmente están apareciendo nuevas actividades laborales. No hay que tener miedo; lo que hay que hacer con los educadores es adaptarlos al cambio y apoyarlos en esa transformación.
Es urgente un proceso de aplicación de la justicia social para poner en marcha nuevos modelos educativos, en momentos cuando está cambiando todo el sistema de producción y de empleo.
Lo que sabemos, y de lo que hemos sido advertidos, es de que la disrupción tecnológica en la producción varía violentamente sin detenerse, de manera que muchas personas perderán sus puestos.
Pero en el campo de la educación dual, o sea, en los nuevos modelos laborales, que son un sistema innovador y cambiante, se ofrecen también nuevas oportunidades. Estamos ante un fenómeno innovador para los jóvenes que está abarcando las grandes y pequeñas capitales del mundo.
La era de las habilidades. Existen, aproximadamente, más de 350 trabajos en Alemania entre los cuales los estudiantes pueden escoger en su preparación inicial una especialidad técnico-práctica, en un centro estudios o en una empresa. A nadie se le impide estudiar, siempre hay puertas abiertas en el proceso.
Las personas jóvenes terminan el programa de educación dual y obtienen la oportunidad de conseguir tempranamente un trabajo, pero pueden entrar más adelante a una escuela técnica o a una universidad. Lo primero es tener un trabajo rápido y seguro por medio del sistema dual, el cual está claramente regulado.
En el sitio Deutschland.de se explica que los aprendices adquieren habilidades prácticas en la empresa y, paralelamente, conocimientos teóricos en una escuela profesional. La formación profesional ha demostrado su eficacia en la lucha contra el desempleo juvenil y la escasez de personal cualificado, y es vista, por ello, como modelo de éxito también en otros países.
Por lo general, el aprendiz trabaja entre tres y cuatro días cada semana en la empresa, donde se instruye en las destrezas prácticas de su profesión. Además, tiene entre ocho y doce horas semanales de cursos teóricos en una escuela profesional. El plan de estudios está dividido en contenidos técnicos, específicos de la profesión que se aprende, y contenidos generales, tales como alemán, educación cívica y deporte.
La nueva concepción del trabajo requiere saber enseñar y es fundamental escuchar a educadores y educandos en esta nueva época de la innovación. De allí la importancia de la formación en valores y virtudes para el trabajo.
La exactitud y la precisión es un valor actual, pero fundamental es el desarrollo de la persona. Necesitamos líderes integrales con capacidad técnica. Eso lo puede ofrece la formación profesional.
El autor es diplomático.