Las revoluciones industriales afectaron no solo la industria y el lugar de trabajo, sino también los demás aspectos de nuestra vida. Cambiaron los sistemas de salud y transporte, la aplicación de la ley e incluso la forma en que escuchamos música.
Este cambio conceptual también se observa en la guerra. El cañón que se creó en la primera Revolución Industrial era producido en una fábrica por profesionales que sabían cómo diseñar todas las piezas, desde el cañón hasta las ruedas, y cómo conectarlas.
Con su experiencia, proporcionaron al ejército un cañón funcional, aunque primitivo y poco fiable. La velocidad de disparo de los cañones era baja, y resultaba difícil moverlos de un lugar a otro. Los generales debían dirigir la zona de guerra sabiendo que estas eran las armas que tenían para protegerse.
Después de la segunda Revolución Industrial, el ejército pasó a usar armas fabricadas por una línea de producción. Su potencia era mayor; el precio, más bajo; y la capacidad de reemplazar armas dañadas se incrementó.
La capacidad de transferir piezas de un cañón a otro también desempeñó un papel preponderante. Estas armas confiables marcaron la diferencia entre la guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial y la lucha rápida, en la Segunda.
Con la tercera Revolución Industrial, llegaron las bombas inteligentes, bombas robóticas equipadas con una computadora y sensores que las controlan a distancia. Los operadores programan la bomba inteligente para que explote en un objetivo específico.
Las bombas inteligentes también variaron las reglas del juego, porque son mucho más eficientes que los cañones que disparaban a un objetivo mal identificado. La cuarta Revolución Industrial cambió nuevamente la faz de la guerra, esta vez, hacia una guerra cibernética.
Países, enemigos o terroristas, pueden atacar y causar mucho daño desde una computadora distante, a través de internet. Las guerras cibernéticas afectan todo aspecto de nuestra vida, como el control de trenes, vuelos, plantas de energía y más. Sin embargo, la guerra cibernética era cosa de ciencia ficción hace solo cincuenta años.
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Ola tecnológica
El mundo se encuentra inmerso en una nueva revolución tecnológica, la industria 4.0, que promueve tecnologías como inteligencia artificial (IA), robótica, internet de las cosas (IoT), impresión 3D y sensores inteligentes en los procesos de producción.
En nuestras manos está utilizarlas para la paz. A raíz de la pandemia de covid-19, se aceleraron y promovieron procesos tecnológicos en el mundo entero, entre ellos, los procesos industriales 4.0. En mayo del 2021, la Comisión de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de las Naciones Unidas anunció la inclusión de la industria 4.0 como uno de sus dos temas prioritarios para el 2021-2022.
Tras este anuncio, muchos países optaron por implementarlos en los principales programas de desarrollo nacional. El motivo de la introducción de la industria 4.0 es su impacto positivo en el éxito y la promoción de las mismas industrias. Se encontró que la nueva ola tecnológica es esencial para el desarrollo de las naciones, ya que conduce a cambios salariales, múltiples oportunidades de empleo, reducción de la pobreza y aumento de la productividad general del país.
Aún más, desde la perspectiva histórica, se detecta una conexión entre países que han logrado desarrollarse y crecer y una industria pujante, actualización tecnológica y transformación estructural, de movilidad de trabajadores de lugares improductivos a otros de mayor significación laboral. Por ejemplo, la movilidad de los trabajadores hacia la industria ayuda al crecimiento, ya que las fábricas tienen la capacidad de asimilar tecnologías y acrecentar la producción (rendimiento) y, en consecuencia, los salarios, y mejorar la economía del país en su conjunto.
A pesar de los datos que apuntan al vínculo entre la industria desarrollada y los países prósperos, en las últimas dos décadas la tendencia en las economías en desarrollo es un cambio estructural caracterizado por la migración de trabajadores hacia los sectores de servicios, con un número mínimo y, a veces, decreciente de personal en las fábricas.
Esta tendencia indica una desaceleración en la industria de los países de bajos ingresos. En comparación con estos datos, el UNIDO’s Industrial Development Report del 2020, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial, reporta el crecimiento de la industria y la productividad de los países que han incorporado los procesos industriales 4.0.
Además, el aumento de la productividad también ha incrementado el porcentaje de ocupados en esos países y el producto interno bruto. El informe explica que el éxito de la ejecución de la industria 4.0 depende en gran medida de políticas y procedimientos para la introducción y puesta en práctica de los procesos tecnológicos del nuevo entorno laboral (Banga y Te Velde, 2018).
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Habilidades en la industria 4.0
En la empresa donde trabajo, Intelitek, nuestro punto de vista sobre educación 4.0 se deriva de un concepto más familiar, conocido como industria 4.0. En el contexto industrial, este término describe el hecho de que la sociedad ha experimentado cuatro revoluciones industriales en los últimos 250 años.
Estas revoluciones han cambiado por completo no solo el mundo de la industria, sino también la comunidad, la naturaleza práctica de la mano de obra y la forma como vivimos en tiempos modernos.
Intelitek transforma la educación en todo el mundo con soluciones integrales de aprendizaje tecnológico. Nuestras herramientas y tecnologías innovadoras capacitan a los instructores e inspiran a los estudiantes a mejorar el mundo que los rodea. Entendemos las necesidades cambiantes de su carrera y de las aulas de tecnología, y diseñamos soluciones flexibles para satisfacer esas necesidades.
Los programas de Intelitek ofrecen las habilidades y competencias necesarias para carreras en demanda, brindando asistencia y desarrollo profesional para asegurar el éxito continuo de sus programas. Estamos creando resultados para estudiantes, maestros, naciones y economías.
La formación y adaptación de la mano de obra a la industria 4.0 plantea un problema: la creciente brecha entre los rápidos y frecuentes cambios tecnológicos y el ritmo de adquisición de las habilidades por parte de los trabajadores, que es relativamente lento.
Por tanto, los países que deseen incorporar los procesos industriales 4.0 deberán invertir en el desarrollo de las habilidades de la fuerza laboral y capacitar a los trabajadores en las áreas requeridas.
El autor es director ejecutivo y de ventas para América Latina de Intelitek.
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